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Casa/Vitrina

En 10 años más se ve viviendo en su propio hotel boutique en las más remotas lejanías del sur de Chile. La intensidad de Hugo Grisanti, proveniente quizás de la sangre italiana que corre por sus venas, se evidencia también en la casa donde vive hace unos meses.

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La primera noche que alojé en esta casa fue el pasado 27 de febrero, recién terminada la mudanza", cuenta como anécdota el arquitecto y decorador Hugo Grisanti. Tan poco conocía la casa nueva, que para escapar recorrió "el camino más largo que hasta ahora puedo imaginarme", dice sonriente.

En base a las sensaciones que producen los colores, Hugo fue definiendo los ambientes de su casa, como el living que irradia, según él, "frescura y alegría" en contraposición con el comedor, que refleja cierta solemnidad.

Tuvo la suerte que la mayoría de los elementos decorativos aún permanecían embalados, por lo que la pérdida no fue mayor, comenzando al día siguiente con el intenso trabajo de decoración, que contempló como primer paso darle color a cada uno de los ocho ambientes que componen la construcción."No considero jamás una pared blanca, y me atrevo a mezclar, por ejemplo, un muro celeste junto a un arrimo de espejo que antecede un papel mural selvático de Marimekko", cuenta Hugo.

Aquí no se escapa detalle, todo está bien dispuesto. Esta es la fórmula que el decorador usa en su propia casa y en los proyectos que le encargan, convencido siempre de que "hasta el espacio más chico merece un ambiente escenográfico", detalla. Y para esto puede tomarse una mañana completa, ojalá escuchando alguna pieza de Eric Satie, para lograr la idea que tiene en mente y que a modo de archivo va recopilando y "más tarde quedan grabadas en imágenes que se almacenan en mi computador".

"Soy un ansioso, todo el tiempo estoy  imaginando nuevas ideas. Si tú volvieras en unos meses más te aseguro que verías cambios", aclara. Aquí está la respuesta a su intensidad, esa pasión por la vida que tiene y de todo lo que acarree el más mínimo detalle artístico. "Tengo sangre italiana", concluye.

El sector que más gusta a este decorador es la cocina, a la que dio un matiz cítrico. "Ahí paso largos ratos, además ahí está mi rincón místico con imágenes de vírgenes y santos", dice Hugo.

Su casa es la mejor vitrina de lo que en verdad le gusta a este decorador. Distintas artesanías latinoamericanas que trae de los viajes que realiza, antigüedades que busca con paciencia hasta descubrir objetos únicos y tapices de las más diversas texturas y colores, conviven perfectamente sin necesidad de regla alguna.

Inspiración

Sin reglas se logra la convivencia entre lo ecléctico y lo solemne.

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