Salimos del Dieciocho y entramos oficialmente de lleno a la primavera, y para celebrarlo quisimos armar una revista con más color, con más aire, con exteriores y flores, porque todo eso nos hace bien y merece ser celebrado. Partamos con las flores, un ramo simple de flores lindas es todo lo que se necesita para poner una nota de color y buen humor en la casa, eso lo podemos extrapolar a papeles murales, telas y platos, y si se ponen un poco más creativos incluso a la comida. Hay una serie de flores comestibles que no solo ponen la nota de color, también de sabor; búsquenlas y aprendan a usarlas, les garantizo un ¡wow! cada vez que presenten un plato con ellas.

Y en la búsqueda de elementos propios revisitamos el chancho de greda, figura icónica de la alfarería tradicional chilena y símbolo de abundancia y plenitud, por algo fue transformado en alcancía de greda, cuyas tres patas auguran buena fortuna.

Entrevistamos a Carolina Oneto, experta en quilts y en llevarlo a un nuevo nivel explorando técnicas y combinaciones de manera persistente; al ver sus trabajos uno no puede dejar de pensar en la primavera y en una explosión de colores y texturas, y al revisar sus trabajos dan ganas de meter las manos, de hacer; para los que se atrevan con esta técnica, ella hace clases.

Por último, el espacio que elegimos para este número es una casa moderna y abierta, que desde Israel nos enseña a crear arquitectura más transparente y liviana, donde los límites entre exterior e interior se funden hasta desaparecer; con el clima que tenemos en las regiones norte y centro del país es algo a lo cual deberíamos estar más acostumbrados.