Producción: Isabel Margarita Carrasco y Cate Calderón

“Si olvidas  tu pasado, tu futuro no tiene alma”, dicen los habitantes de George Town. Razón por la que no es raro encontrarse con un pueblo lleno de construcciones coloniales, pero como si se hubiesen hecho hoy. El rescate y cuidado de su cultura, historia y tradiciones son la característica principal de los personajes de la isla de Penang, en Malasia.

Entre sus calles está Macalister, una especie de “patrimonio vivo”, si se investiga un poco. Malayos, indios y chinos dan vida a este lugar, conocido por su comercio de especias y por ser una de las áreas donde mejor se come en Asia. Y ahí se encuentra el Macalister Mansion, una residencia que data de principios de 1900 y que fue restaurada para convertirse en una invitación para todos los turistas.

Esta gran casona fue pensada bajo la idea de ser una antigua mansión inglesa -la primera colonia inglesa de Malasia estuvo en la isla de Penang en 1781- y honra a sir Norman Macalister, uno de los primeros gobernantes británicos del lugar. El exceso de blanco y perfección en cada espacio hablan por sí solos. Por otro lado, dar hospitalidad como si se estuviese en casa,  a través de la comida, bebida, música y ambiente, es el concepto que ellos quisieron realzar.

Sus ocho habitaciones, según aseguran, fueron pensadas para que se experimente “lujo y confort”, siendo cada una diseñada de forma particular. En todas se encuentran distintas piezas de arte para acentuar lo contemporáneo. Cada una de estas obras se eligió bajo la influencia de la historia de vida de Norman Macalister.

Además cuentan con distintas áreas, todas ligadas al estilo de vida de la isla. Tanto en el living como en el comedor y bar, entregan la exquisita experiencia de probar la comida local y sus bebidas.

W: macalistermansion.com