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Espacio: Doble uso

Por un lado, aquí se cocina, se preparan recetas y se experimenta hasta con el ingrediente más básico. Por otro, diariamente en este lugar se reúne un clan familiar, en torno a un diseño que se pensó para congregar.

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Producción: Paula Lyon / Fotos: Jaime Palma

LIBROS. Siempre es necesario un buen libro que nos inspire o nos enseñe a cocinar ricos platos para el día a día hasta las comidas más sofisticadas; estas son algunas novedades en libros de cocina La Toscana, $31.000; Jaime Oliver's, Meals in Minutes, $29.000 (Milaires, Alonso de Córdova 2843) LE CREUSET Un clásico de la cocina, de origen francés, producidas desde 1925, además de ser estéticamente muy atractivas, son de hierro fundido, que permite un buen ajuste entre sus piezas, son aptas para distintas fuentes de calor, higiénicas, duraderas y vienen en una amplia gama de colores Olla blanca mediana, $169.800 (Coquinaria, Alonso de Córdova 2437) Cerámica minimal blanco y negro Marazzi,  consultar precio en tienda (Duomo Av. Kennedy 6980).

El gusto por la cocina se tiene por vocación o se adquiere con el tiempo. No importa cuál es el modo con que nos aproximemos a este fascinante mundo, porque lo que vale es que, cuando se ama la cocina de verdad, tenemos el derecho de hacer todo lo que se complazca en ese lugar.

La equipamos de la mejor manera posible, buscamos los mejores aliños e ingredientes y la ambientamos bajo un diseño acorde a la funcionalidad que necesitamos y la estética que nos inspira a estar ahí y permanecer largos ratos, dándonos el tiempo para improvisar con esmero y sin tanta receta.

Nunca como hoy había estado tan en boga el tema gastronómico, la fusión de sabores, la comida saludable, los muebles a medida y la tecnología en utensilios. La cocina se ha convertido en el espacio principal de la casa, es el corazón de un hogar porque siempre se termina el día en este lugar. Tiene un doble uso.

La diseñadora Bárbara Fernández (morfosis.cl) junto a su marido arquitecto, Diego Balmaceda, son unos convencidos de lo anterior y lo demuestran no solo en sus encargos arquitectónicos, sino además en su propia cocina.

Se trata de un espacio que remodelaron por completo y equiparon con lo mejor de la marca Fagor, incluso una vaporera de alimentos empotrada, cuando llegaron a vivir a este departamento ubicado en un edificio de más de 40 años en la calle Presidente Errázuriz, en Las Condes.

"Me gusta mucho cocinar y todos los días preparo algo, por esto mismo la cocina tenía que ser un espacio lindo, que invitara a entrar ya que todos las noches comemos aquí en familia ", dice Bárbara junto a sus dos hijas, Olivia y Bárbara.

Para esto, la diseñadora se enfocó en tres puntos importantes: blancura, limpieza y funcionalidad, en respuesta a su inspiración personal que viene de lo más simple y puro. "Cuando llego a mi casa necesito un espacio descansado ya que todo el día por mi trabajo me relaciono con texturas, colores y diversos materiales", dice.

Con el tiempo esta simpleza se ha ido complementando con algunos elementos que han ido llegando de a poco, de las mismas decoraciones que realiza Bárbara o regalos que recibe, entregando el toque decorativo necesario para este lugar que es el principal punto de encuentro de esta casa.

Una antigua lámpara de lágrimas pintada de color negro traída de una feria de las pulgas de Buenos Aires, delicados paños de cocina al estilo Martha Stewart, copas y platos de diseño clásico y dos serigrafías del artista José María Ibáñez, son algunas de las decoraciones que están a la vista. Todo el resto se guarda dentro de amplias cajoneras que llegan hasta el suelo evitando incorporar muebles aéreos.

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