Producción: Juan Pablo Larraín / Fotos: Jaime Palma / Retrato: Claudia Ávila, arquitecta de Errázuriz & Ávila arquitectos asociados.

Reloj pizarra Alessi, $78.500 (Interdesign, Isidora Goyenechea 3200) DE DISEÑO Las teteras usualmente no constituyen materia de preocupación dentro de las cocinas, sin embargo son un elemento que casi siempre está a la vista, por esto elegir una bien diseñada es una excelente decisión Tetera Bodumassan con dos vasos, $39.900 (CocinArte, Costanera Center L. 4129) DESTAPADOR Puede constituir un precioso elemento de decoración en un bar o una cocina. Aquí, un claro ejemplo Sacacorchos  Alessandro, $45.000 (Interdesign) Rallador Richard Sapper, $43.000 (Interdesign).

Como revestimiento  de las puertas de los muebles se optó por dos materiales, uno laminado insinuando madera en un tono suave, neutro, y para la isla un lacado color celadón. La cubierta es de Silestone. Estos colores hacen juego con el pavimento de hormigón.

De la mezcla de la arquitectura contemporánea y la decoración cálida de los propietarios surge un concepto de cocina familiar con aires de relajo. Aquí parte y termina todo. Se toma un rico mate en la mañana, se hacen pastas a la hora de almuerzo y los niños sus tareas escolares.

El concepto de que "todo está a la mano" se impone por sí mismo. No solo los ingredientes, libros y  utensilios sino que mientras la dueña de casa hace sus mejores recetas puede observar a sus hijos nadar en la piscina o acompañar a su marido en la preparación de un asado dominguero. También están al alcance sus recuerdos, que atesora con mucho cuidado, como las teteras heredadas por su madre y otras que ha ido recolectado en su vida. Su reinado en este espacio se nota fácilmente.
 
Su gustos y necesidades, por supuesto, están presentes. De hecho, muy orgullosa comenta que fue la gestora de pintar la isla de color celadón. "Recibí un pocillo de cerámica gres de la mano de una amiga en la ciudad histórica francesa Uzés. Pese a que se rompió en el camino, pude rescatar un pedazo y utilizarlo como referencia", comenta.

Los requerimientos de luminosidad y funcionalidad fueron cumplidos exitosamente por las arquitectas María Fernanda Errázuriz y Claudia Ávila, que dispusieron una isla central y mesones en dos de su cuatro lados. Además aprovecharon la vista de la casa instalando ventanales de piso a cielo, permitiendo una integración al 100% con la terraza, el quincho y la piscina.  En tanto, al norte hay dos ventanas horizontales que se abren a un patio interior, capturando el sol del mediodía.