Para muchos podría resultar rara o una excepción a la regla general. Porque Inga Sempé asegura que no escucha música y que lee apenas, un poco, algunas revistas de moda y nada más. La imagino, rubia, bien blanca, con una onda un poco vintage, trabajando en silencio, dibujando con su lápiz grafito estos bosquejos suaves. Ésa es ella, Inga Sempé. Una diseñadora que desde la timidez aparente se ha hecho un espacio en las grandes ligas del diseño internacional; es como la versión femenina y solitaria de los hermanos Bouroullec. Sus diseños se han desarrollado por una línea persistente de simpleza con una cuota precisa de encanto naif. Así ocurre con este sofá lanzado recientemente por Ligne Roset en Milán. El cuerpo de haya natural o pintada, pero siempre con una delgada colchoneta que hace de asiento y respaldo. Pensando en hacerlo apropiado al gusto de todos, existe una versión con la colchoneta más corta, así uno de los lados se puede usar como mesa. Porque una de las ideas básicas de Inga es que parte de la decisión de cómo se usa tal o cual objeto está finalmente en el usuario, además eso lo hace más entretenido, asegura. Por ello es que podemos encontrar en su repertorio desde lámparas con forma de sombreros de cocineros hasta ralladores de queso y coladores de pasta con la forma de la bota itálica. Juguetona, pero sobre todo interesada en hacer la vida mejor, hacer de nuestras casas espacios inteligentes y cómodos. “La belleza nace de la comodidad”, ha dicho, y también que lo doméstico la inspira, ese pequeño mundo que se desarrolla y crece dentro de las puertas de nuestro mundo privado.

www.ingasempe.fr

• Nació en París en 1968. Dice que el talento para el dibujo lo heredó de sus padres; por un lado, el ilustrador Jean-Jacques Sempé y, por el otro, su madre, una pintora danesa.
• Se graduó en la ENSCI en París en 1993. Luego trabajó con Marc Newson y Andrée Putman. En el 2000 abrió su propio estudio en París, desde donde ha colaborado con Ligne Roset, Capellini, Luceplan, Edra y Baccarat.