En simples palabras, ¿de qué se trata el proyecto Karün? Somos una empresa que fabrica anteojos de sol y ópticos hechos a mano por artesanos locales. Son de primera calidad, con materias primas nobles de la Patagonia chilena y otras zonas del sur de Chile. Usamos maderas nativas de demolición y de árboles caídos, como roble, lenga, raulí o alerce. Además, para los detalles de diseño, utilizamos plata, lapislázuli, cobre, cuero de salmón en desuso, entre otros. Desde el anteojo mismo hasta el estuche para guardar el objeto -de cuero- y el packaging es un trabajo impecable.

¿Tienen algún tipo de certificado que los sustente? Somos una empresa B certificada, considerando que en Chile hay solo 100 empresas B. Esta certificación se les da a las empresas que no buscan ser la mejor del mundo, sino que para el mundo. Apunta a un nuevo modelo de empresa en que se redefine el sentido del éxito. Ya no solo se trata de ganar plata, sino que abarca un tema social y ambiental.

¿Por qué crees que Karün puede hacer un cambio importante en la industria de la moda? Esta inmensa industria es la segunda o tercera más contaminante del mundo, y mi objetivo es hacer un cambio importante, crear moda pero que no contamine. Que sea una moda consciente desde la selección de las materias primas, pasando por los procesos productivos hasta la creación del producto final.

¿Te consideras un innovador? ¿Por qué? Considero que todos tenemos la capacidad de innovar, pero para desarrollar esta capacidad hay que estar convencido de un objetivo y trabajar para llegar a él. Una vez que tienes eso claro, la innovación se va dando en el día a día cuando vas resolviendo los problemas que se presentan. Al igual que los cambios, creo que la innovación es un proceso. En este contexto, sí me considero un innovador.d

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