Viajada
Esta casa, del arquitecto Jorge Nordenflycht, es una con bitácora de viaje. Se ideó y construyó en Santiago, sin embargo sus muebles volaron desde Estados Unidos. Los dueños de casa se dieron el tiempo -y juntaron las ganas también- para elegir afuera cada mueble, otorgándole un aire fresco y único: la mayoría de las cosas que tienen aquí no se repetirá en otra casa.
Sillón y sofá únicos, mesa y lámpara irrepetibles. Así es todo lo que podemos visualizar en esta enorme casa de Chicureo: único e irrepetible. Lo que ocurre es que sus dueños renovaron todo el mobiliario -a excepción de algunas cosas de valor sentimental- y hay mínimos objetos de la casa anterior. Esta propiedad, que demoró alrededor de 16 meses en levantarse, guarda objetos y mobiliario que viajaron en barco desde Estados Unidos. “Si bien la casa es grande y amplia, queríamos que fuera acogedora. La anterior la vendimos con todos los muebles, entonces nos vinimos para acá con las manos vacías. Fue así como decidimos, bajo la asesoría de Anita Domínguez, ir a EE.UU. y comprar todo allá. Casi todo es de las tiendas Pottery Barn y Restoration Hardware. Yo le iba mandando fotos de las cosas que me gustaban a la Anita, y lo bueno es que casi siempre coincidíamos con los gustos”, explica ella.
Así bien, la casa tiene 3 niveles, el de más arriba es donde se emplazan los principales espacios comunes y abajo hay una sala de juegos para sus niñitas, de 10, 8 y 5 años. El hall de entrada es muy amplio, al igual que los pasillos de toda la casa, también generosos. “En general, y a través de las conversaciones con el arquitecto, priorizamos los espacios propios de las niñitas y los espacios familiares comunes que son la cocina, la sala de estar y la sala de estudio. Las niñitas además están en una edad en que juegan y aprovechan todos los espacios de la casa”, detalla.
El mobiliario, en términos generales, se mueve en la paleta de los blancos, pasando por los tonos invierno y beiges. El hormigón de la arquitectura complementa estas tonalidades que transmiten una continuidad luminosa entre espacio y espacio. Algunos de los muebles que sí conservaron son los dos sillones del hall de acceso -que pertenecían a la abuela del dueño de casa y fueron restaurados-, un sillón negro del pasillo principal, la mesa de la cocina y el arrimo que está junto a ella.
El jardín, un trabajo muy bien elaborado, es obra de Josefina y Pía Passalacqua. En él quisieron también dar continuidad a las líneas puras de la arquitectura, y el lugar físico donde se sitúa, Chicureo, también dio directrices sobre cómo realizarlo. “Chicureo es una zona más seca, por lo tanto tratamos de nos construir zonas de pasto muy extensas porque el agua es más cara y además escasea. Por esto que hicimos un jardín con un porcentaje alto de maicillo. El concepto que aplicamos fue básicamente hacer setos y trabajamos todo el jardín en cuadrado”, explica Josefina. Passalacquapaisajismo.cl
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