Tuve la suerte de ver, en vivo y en directo, cómo las artesanas de Chiapas tejían y bordaban sus coloridos y atractivos textiles. Todo gracias a un viaje que hice a San Cristóbal de las Casas, capital de Chiapas, México, a mediados de los 90. Fue en plena época de la guerrilla impulsada por el famoso subcomandanteMarcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, cuya figura por esos días se veía replicada en cientos demuñecos en miniatura que los indígenas de la zona vendían en las ferias libres.

En elmismo período, la destacada investigadora norteamericana Patricia Marks Greenfield, de la Universidad de California, realizaba parte de una larga investigación sobre las tejedoras zinacantecas de los Altos de Chiapas, herederas de una de las tradiciones textiles más ricas de Centroamérica. Fue en los 70 cuando la profesional comenzó su trabajo, internándose en el mundo de estos indígenas de habla tsotsil, específicamente en la comunidad de Navenchauc, para ver cómo desarrollaban su arte. Como un grupo maya, las mujeres zinacantecas han aprendido históricamente desde pequeñas a tejer el telar de cintura. De hecho, se calcula, lo usan desde hace al menos unos 1.000 años. Se trata de un telar con muchas ventajas para las indígenas, ya que es fácilmente transportable, por lo que pueden cuidar a sus hijos y a sus animales. Dos décadas después, en 1991, la investigadora regresó a Navenchauc para ver la evolución de los textiles. Uno de los cambios fue cómo la alfabetización de las mujeres había influido en los diseños. Aunque sutiles, la norteamericana pudo constatar que en dos generaciones de madres analfabetas versus hijas con escolaridad –ahora también mamás–, los diseños de los telares tenían cierta smodificaciones a raíz de la mayor abstracción en los patrones. Greenfield constata que el aprendizaje de la lectoescritura llevó a este nuevo proceso de representación. Esto, aunque las clases en la escuela hayan sido en castellano y no en tsotsil. Todo esto lo muestra en su libro Tejedoras: Generaciones Reunidas. Evolución de la Creatividad entre los Mayas de Chiapas.

Es interesante comprobar también que a pesar del avance de la modernidad y la mayor escolaridad, éstas sigan tejiendo el telar como parte importante de su identidad cultural. Lo más lindo es ver cómo bordan sobre ellos todo tipo de flores y hojas junto a otros diseños más abstractos.

Es así como se pueden admirar hasta estos días blusas, huipiles y mantas, verdaderas obras de arte de las zinacantecas.

• El libro Tejedoras: Generaciones Reunidas (cuyas fotos fueron realizadas por Lauren Greenfield, hija de la investigadora), editado por Ediciones Universidad Católica de Chile, se vende exclusivamente en la red de Librerías de la Universidad Católica, ubicadas en Campus San Joaquín, Campus Oriente y Centro de Extensión de la Universidad Católica, Alameda 390. También se puede adquirir a través de la página web www.edicionesuc.cl. Su valor es de $24.500 pesos.