Review | Resident Evil 4 regresa con un remake a la altura de su predecesor

La popular entrega regresa con un título que se mantiene fiel al original a la vez que implementa cambios acorde a los tiempos modernos.


Finalmente ha llegado Resident Evil 4 Remake, nueva versión de uno de los juegos más queridos de la querida franquicia de Capcom. Resident Evil 4, como ha sido llamado el juego -con el título original pasando a llamarse Resident Evil 4 (2005)-, sigue la línea de los remake que ha estado realizando Capcom en los últimos años y que buscan traer al presente juegos lanzados hace ya más de una década.

A pesar de esto, el caso de Resident Evil 4 es especial, no sólo porque sea uno de los juegos más recordados y populares que ha tenido la franquicia, si no que también, porque es un juego que cuenta con una jugabilidad que al día de hoy sigue siendo atractiva. Cabe recordar que RE4 fue el juego encargado de dejar atrás la clásica cámara fija de la saga, y el primero en optar por una vista por sobre el hombro con escenarios en 3D, todo esto a la vez que marcó el inicio del giro más enfocado en la acción que el terror.

Es así como la primera pregunta que surge al momento de enfrentarnos con este remake es si era realmente necesario, sobre todo por el riesgo que supone recrear un juego tan querido y exitoso. Esta pregunta encuentra una respuesta a los pocos minutos de juego ya que salta a la luz que desde Capcom han hecho un trabajo increíble actualizando determinados elementos pero manteniendo todo aquello que volvió tan popular a esta entrega.

Una historia que se mantiene fiel a la original

Pero comencemos con la trama... a grandes rasgos la historia se mantiene casi por completo del juego original, con Leon S. Kennedy, el antiguo novato de la policía de Raccoon City y que pudimos conocer en Resident Evil 2, siendo enviado a buscar a la desaparecida hija del presidente de Estados Unidos, Ashley Graham. Esta búsqueda lo llevará hasta un recóndito pueblo de España donde un parásito ha infectado a las personas, todo a raíz de un misterioso sujeto, líder de una secta, llamado Osmund Saddler.  Es en este pueblo y tras una serie de sucesos, que Leon comienza su viaje para acabar con Saddler a la vez que intenta mantener a salvo a la hija del Presidente.

Aunque el juego de esta forma se mantiene muy fiel al original, si le da un trasfondo mucho mayor al personaje de Leon, que en esta ocasión mantiene mucho más fresco en su memoria el desastre que ocurrió en Raccoon City, un ejemplo de esto es el comienzo del juego donde Leon recuerda no sólo la tragedia de Raccon City, si no que también el entrenamiento que tuvo que pasar para volverse el agente experto que es actualmente.

La historia de esta forma, tal como en el juego original, se desarrolla de forma ágil mientras vamos descubriendo los misterios que oculta este pueblo.

Un elemento que me generaba dudas de cara a este remake, era como las misiones secundarias afectarían el desarrollo de la historia y si serían de una u otra forma un elemento anticlimático al momento de ir avanzan, sin embargo al jugar descubrí que estas se acoplan a la perfección al juego, sin molestar en el desarrollo de la trama y sólo volviéndose un añadido que te permite acceder a mayores recursos de cara a mejorar armas o obtener equipamiento. Las diferentes misiones secundarias que entrega el juego de esta forma consisten en eliminar a determinado enemigo, destruir los emblemas azules escondidos en ciertos escenarios o encontrar algún ítem y venderlo al Buhonero, con lo cual no se sienten invasivas y si así lo quieres las puedes ir desarrollando a medida que vas avanzando en la trama sin mayores problemas.

Otro aspecto que llama la atención de este remake es que aunque mantiene la historia original, y algunos de los momentos más recordados del juego, como salvar al perro y la pelea contra el gigante, suma elementos entre estos hitos entregando una mayor profundidad, a la vez que mantiene lo necesario para dar esa sensación de nostalgia que provoca el revisitar un juego de la infancia.

Sin duda en el aspecto que más cambios hay con respecto a la entrega original es en los gráficos, desde Capcom ya tienen unos años trabajando con el RE Engine -motor gráfico que debutó de la mano de Resident Evil VII- y sin duda esa experiencia se nota, ya que el juego luce sencillamente increíble, muy en línea con lo que ha sido la saga en los últimos años. Aunque el RE Engine no es un motor perfecto, sobre todo al momento de hablar de brillos en los cabellos o líquidos, la experiencia de Capcom con este hace que los escenarios, así como los personajes tengan un nivel de detalle que da gusto y que se logre mantener el ambiente en todo momento.

Una jugabilidad acorde a los tiempos modernos

Finalmente, donde también nos encontramos con varios cambios es en la jugabilidad, ya que el remake implementó una serie de cambios con el fin de acomodarlo a los tiempos actuales. Entre estos, se encuentra los cambios hechos al combate cuerpo a cuerpo, donde ahora nos encontramos con un cuchillo que se gasta y la posibilidad de hacer un ‘parry’ a los ataques de los enemigos. Los cambios mencionados tienen una parte positiva y negativa, por un lado, los cuchillos que se gastan nos obliga a ir recogiendo más por el camino y con ello tener una buena organización en nuestro limitado inventario, mecánica que resulta atractiva porque da un poco más de estrategia y hace que no se pueda abusar de esta arma para acabar con los enemigos. Sin embargo en el caso del parry, aunque es una mecánica bastante atractiva, no está del todo bien implementada, esto principalmente a que la ventana para realizar el movimiento es casi imperceptible, con un pequeño brillo en la esquina inferior derecha indicándonos cuando se puede hacer. Esto nos deja con dos opciones, por un lado presionar el botón constantemente al momento de recibir un ataque, quitándole todo tipo de destreza al uso de este, o simplemente no utilizarlo, haciendo que la mecánica quede relegada a un segundo plano.

A pesar de esto, la jugabilidad se siente increíble, aplicando también algunos cambios menores, y como ya mencionábamos se encuentra fuertemente centrada en la acción, debiendo enfrentar en varias ocasiones a hordas de enemigos que buscan acabar con nuestra vida o llevarse a Ashley. Es así como los combates resultan ágiles y dinámicos con una variedad de opciones a nuestro haber, como la posibilidad de usar diferentes armas o incluso iniciar estos de forma sigilosa para reducir el número de enemigos a enfrentar. Todo esto, hace que el juego sea realmente atractivo y nos haga plantearnos en cada momento cual es la mejor estrategia posible.

Un elemento del que hay que hablar es del personaje de Ashley, tanto de su jugabilidad como su desarrollo, y es que los juegos donde hay que acompañar/cuidar a otro personaje, no siempre resultan del todo digeribles, esto principalmente porque se vuelven una carga que termina volviendo la jugabilidad muy pesada o molesta. Para esto, es que se han implementado una serie de cambios al personaje en esta nueva entrega, siendo el más grande el hecho de que ya no cuenta con una barra de vida, con lo cual podrá recibir golpes infinitos aunque con una condición y es que Ashley aunque no tiene barra de vida quedará incapacitada en caso de recibir golpes cayendo al piso. En ese momento si es golpeada morirá y por ende perderemos la partida, sin embargo si nos acercamos podremos ayudarla a ponerse de pie y con ello continuar el juego.

Esto hace mucho más digerible la jugabilidad, ya que no tenemos que estar pendientes de su vida, y basta con saber posicionarse bien en los combates para que esta no sea derribada. A la vez, Ashley, en esta versión es un personaje mucho más maduro y soportable que en el juego original, algo que tiene que ver con la mayor profundidad que han buscado darle al desarrollo de trama de este juego.

En conclusión...

Resident Evil 4 es un excelente remake de una queridísima entrega, el juego no sólo mantiene la esencia que volvió tan popular al título original, si no que implementa una serie de cambios que lo vuelven aún más profundo y atractivo, con mecánicas acorde a los tiempos modernos y una atractiva narrativa que te deja con ganas de más.

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