Un Alpine A110 con ‘R’ de radical

Esta versión es más ligera y marginalmente más rápida en aceleración, y toda su aerodinámica fue calibrada para un rendimiento mejor en circuito.




Tal como te lo habíamos anticipado, hoy finalmente Alpine descubrió la versión más deportiva del renacido deportivo francés, que resurgió de sus cenizas en 2017. Se trata del nuevo 110 R, una verdadera bestia para los entusiastas de la marca y los amantes de las sensaciones más extremas.

Desde su renacimiento, el Alpine A110 se ha propuesto en diferentes versiones, GT, S y ahora R. Este último se planta sobre cuatro pilares: ligereza, chasis, aerodinámica y diseño, con el objetivo de llevar al máximo sus prestaciones tanto en la carretera como en los circuitos.

El nuevo Alpine A110 R hace alarde de deportividad con un auténtico despliegue de fibra de carbono, que contrasta con el color «Azul Racing» heredado del monoplaza de F1, aunque también estará disponible en otros colores. Gracias al uso de este ligero material, logra contener su peso situándolo en 1.082 kilos, 34 menos que la versión S.

La fibra de carbono se encuentra en el capó, en los spoilers delantero y trasero, y en los asientos que se han convertido en unos de competición Sabelt, con cinturones de seguridad de tipo arnés de seis puntos. Las llantas, que por sí solas, aportan una reducción de peso de 12,5 kilos respecto al A110S.

Aprovechando la tecnología de desarrollo del túnel de viento de la Formula 1 se modificaron numerosos elementos para optimizar la aerodinámica y el comportamiento a alta velocidad. El alerón trasero con soportes tipo cuello de cisne, por ejemplo, es menos inclinado y está algo más atrasado con un ángulo de ataque menor que en la versión S y consigue aumentar la carga sobre el eje trasero en 29 kilos a velocidad máxima.

El diseño del tren delantero claramente se inspira en el del A110 S, aunque el A110 R integra unas entradas de aire en el parachoques para ser más eficiente.

El difusor también fue revisado respecto al A110 S. Ahora es más ancho y cuenta con unas aletas más grandes y más bajas.

Un detalle verdaderamente único son los faldones laterales, que contribuyen a mejorar el flujo de aire para mejorar la eficiencia del vehículo.

Los ingenieros de Alpine consiguieron mejorar la eficiencia aerodinámica del coche en un 5%, lo que a la postre le ayuda a conseguir 10 kilómetros/hora más de velocidad punta que sus hermanos.

La altura del chasis es 10 mm menor que en el S y, con los amortiguadores ajustables, se puede bajar hasta 10 mm más para su uso en circuito. Las barras estabilizadoras son más rígidas (10% delante y 25% detrás) y los muelles se endurecen otro 10%, con unos amortiguadores regulables tanto en compresión como en rebote (un total de 20 posiciones).

Los neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 de alto rendimiento (215/40 delante y 245/40 en el eje trasero) se montan sobre llantas de 18 pulgadas, más abiertas en la parte delantera para permitir mayor refrigeración de los frenos. Este conjunto ofrece, según la marca, más estabilidad y agarre y permite ganar 0,5 segundos por kilómetro en pista frente a neumáticos estándar.

A nivel de motorización no ha habido novedades. Es el mismo que en la versión S: un cuatro cilindros 16 válvulas de 1.8 litros que proporciona una potencia máxima de 300 Hp y un par motor de 340 Nm, acoplado a una transmisión automática de doble embrague y 7 velocidades. Las novedades a nivel de chasis y aerodinámica se notan en la mejora de prestaciones frente a su hermano. Con el “launch control” alcanza los 100 km/h en 3,9 segundos y tiene una velocidad máxima de 285 km/h (4,2 seg. y 275 km/h en la versión S).

Incluye tres modos de conducción: Normal para el día a día, Sport para circular de forma ágil por carreteras abiertas y Track para disponer de los mejores ajustes posibles para sesiones en circuito.

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