A los 79 años falleció este jueves Daniel Fernández Strauch, uno de los 16 sobrevivientes de la Tragedia de Los Andes, el accidente registrado en octubre de 1972, cuando un avión que se trasladaba desde Uruguay hasta Chile se estrelló en la Cordillera de Los Andes.

Entre sus pasajeros había miembros del equipo de rugby Old Christians Club, sus familiares y amigos, además de los tripulantes de cabina. De las 45 personas que viajaban en la aeronave, 16 lograron sobrevivir en condiciones extremas durante 72 días.

Solo cuando el clima mejoró, los rugbistas Nando Parranda y Roberto Canessa, pudieron descender de la montaña. Ahí se encontraron con arrieros chilenos, quienes los auxiliaron y dieron aviso a las autoridades para que fueran rescatados.

Fernández Strauch era ingeniero agrónomo y tenía 26 años al momento del accidente ocurrido el 13 de octubre de 1972. Es el cuarto de los sobrevivientes en fallecer. En 2015 murió Javier Methol, en 2023 José Luis Inciarte y hace apenas dos meses falleció Álvaro Mangino.

La historia que impactó al mundo ha sido retratada en libros y películas como ¡Viven! (1993) y “La sociedad de la nieve” (2023). El director de esta última, el español J.A. Bayona, le realizó un homenaje a Fernández Strauch en sus redes sociales.

“Daniel se marchó, pero no sin antes pelearla, como hizo toda su vida, dando ejemplo”, escribió Bayona.

En Montevideo, Pablo Vierci, autor del libro homónimo, confirmó a la agencia AFP el fallecimiento de su amigo.

“Estaba enfermo desde hace mucho”, comentó Vierci, sin dar más detalles.

Su rol en la montaña

J.A. Bayona, cuyo filme sobre el llamado “Milagro de los Andes” fue nominado al Óscar a mejor película internacional, definió a Fernández Strauch como un hombre con “corazón gigante”.

“En la montaña le tocó asumir un papel muy difícil”, recordó el cineasta.

Fernández Strauch, que tenía 26 años cuando quedó varado en la montaña, era uno de los que organizaba y distribuía los alimentos entre sus compañeros, junto a sus primos Eduardo y Adolfo Strauch.

Era “la tarea más horrible de todas”, reconoció en una entrevista con la AFP en 2023.

Los sobrevivientes, la mayoría integrantes del equipo amateur de rugby uruguayo Old Christians Club, debieron ingerir la carne de los difuntos, una de las aristas más dolorosas de la tragedia, en la que murieron 29 personas.