
Expertos abordan los desafíos para la región a 50 años de la primera reunión que instaló el Plan Cóndor
El investigador estadounidense Peter Kornbluh y el brasileño Roberto Simon, que este jueves participaron en un seminario sobre el tema en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, entregaron a La Tercera sus visiones sobre el impacto del sistema de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur instalado en 1975.

En un documento secreto, titulado “Acta de clausura de la primera reunión interamericana de inteligencia nacional”, revelado por el Archivo de Seguridad Nacional que conserva la Universidad de Georgetown, queda de manifiesto el inicio del fatídico Plan Cóndor, el sistema de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur que persiguió y eliminó a miles de personas por motivos políticos.
“En Santiago de Chile, el 28 de noviembre de 1975, se procede a clausurar la primera reunión interamericana de inteligencia nacional, con la participación de las delegaciones de los países de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, quienes acuerdan efectuar las siguientes recomendaciones para su accionar futuro”, detalla el documento.

Entre esas recomendaciones, se señala “facilitar los medios para publicar informaciones destinadas a atacar a la subversión y que digan relación con nuestros países”. Y agrega: “El presente organismo se denominará Cóndor, aprobado por unanimidad, conforme a la moción presentada por la delegación de Uruguay en homenaje al país sede”. Precisamente, en representación de Chile, firma el acta de clausura Manuel Contreras Sepúlveda, coronel de Ejército y director de Inteligencia Nacional.
A 50 años de la primera reunión del Plan Cóndor, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos organizó este jueves una jornada de reflexión y diálogo interdisciplinario. Bajo el nombre “Plan Cóndor 50 años. Diálogos desde el Cono Sur“, el encuentro reunió a víctimas, familiares, defensores de derechos humanos y académicos con el objetivo de generar una conversación sobre los alcances históricos, políticos, sociales y humanos del Plan Cóndor.
La jornada abrió con una conferencia inaugural a cargo del destacado investigador estadounidense Peter Kornbluh, quien ha dedicado décadas a la desclasificación de documentos secretos del gobierno de Estados Unidos relacionados con la dictadura de Augusto Pinochet y otras intervenciones en América Latina durante las décadas de 1970 y 1980.
En el seminario destaca también la participación del periodista e investigador brasileño Roberto Simon, autor del libro “El Brasil de Pinochet: La dictadura brasileña, el golpe en Chile y la Guerra Fría en América del Sur”, una obra reveladora que examina el papel de la dictadura brasileña en el contexto del golpe de Estado en Chile, las conexiones entre las dictaduras sudamericanas y la influencia de la Guerra Fría en la política del continente.
Tanto Kornbluh como Simon comentaron a La Tercera el significado que tiene la conmemoración de los 50 años del Plan Cóndor, la información que falta por revelar, la disposición de los gobiernos regionales a permitir la desclasificación de material sobre esta operación y el juicio que existe hoy en EE.UU. sobre el apoyo de su gobierno a operaciones de inteligencia y el asesinato de opositores en el continente en el marco del sistema de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur.
“Cincuenta años después de la inauguración del Plan Cóndor en una reunión secreta en la Academia de Guerra de Chile, la siniestra historia de esta singular forma transnacional de represión sigue resonando en la historia de Chile, en la historia del Cono Sur y en los acontecimientos mundiales”, apunta Kornbluh, investigador del Archivo de Seguridad Nacional (EE.UU.), referente internacional en el estudio del intervencionismo estadounidense en América Latina y el acceso a archivos desclasificados.
“Revisitar el Plan Cóndor después de medio siglo sirve como recordatorio de las atrocidades comprobadas contra los derechos humanos cometidas por la dictadura de Pinochet. La conmemoración del Plan Cóndor brinda una oportunidad para que las víctimas de la represión multilateral y sus familias sean reconocidas, recordadas y escuchadas. Y el 50º aniversario de la reunión inaugural del Plan Cóndor en Santiago de Chile brinda una gran oportunidad para que el gobierno chileno reitere: ‘Nunca más’”, añade el autor del libro “Pinochet desclasificado: Los archivos secretos de Estados Unidos sobre Chile”.
“Creo que es importante decir que, en términos de significado, hicimos un gran progreso en los últimos 50 años, incluso con los desafíos a la democracia que vemos hoy en día, con la polarización política, con el revisionismo histórico”, opina Simon.
“La verdad es que la región ha hecho un progreso muy importante en las últimas décadas, en términos de la garantía de los derechos humanos, también en la fuerza de las instituciones, la fuerza de nuestras democracias”, apunta el investigador brasileño, para quien “eso es fruto de una lucha colectiva”. “Es importante reconocer eso, que los tiempos terribles de la Operación Cóndor están hoy en el pasado, no serían posibles hoy en día”.
“Faltan muchos documentos”
Sobre la información que falta por revelar sobre la Operación Cóndor, Kornbluh reconoce que “cincuenta años de investigaciones periodísticas, legales y de derechos humanos han producido un extraordinario registro histórico” sobre está operación.

“Sin embargo, faltan muchos documentos. Las naciones del Plan Cóndor -Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, junto con Brasil, Perú y Ecuador- han publicado registros de dichas operaciones que permanecen ocultos en los archivos de sus servicios de policía secreta. Países europeos como Francia, Alemania y Reino Unido, que tenían interés en el Plan Cóndor, no han revelado cuál era dicho interés. Estados Unidos ha publicado numerosos documentos reveladores -con tachaduras-, pero posee muchos más registros altamente clasificados sobre las acciones y comunicaciones del Plan Cóndor. Existe una gran cantidad de documentación en Washington que, lamentablemente, permanece como ultrasecreta”, detalla.
En la misma línea, Simon destaca que “hay archivos en Estados Unidos y aún hay muchas cosas que no fueron desclasificadas sobre la operación, pero de manera más general, sobre el apoyo de Estados Unidos a dictaduras en la región, la oposición a figuras de izquierda. Entonces hay mucho trabajo a ser hecho en Estados Unidos, donde hay muchos archivos, una documentación muy rica que nosotros desafortunadamente en la región no tenemos”.
“Pero en la región también me parece que, tanto en Brasil como Chile, Argentina, no hay una oposición clara a la apertura de los archivos, pero eso es muy distinto de un esfuerzo para tornarlos públicos y disponibles para los investigadores, los periodistas y a todos. Entonces creo que la segunda parte es lo que falta, incluso de crear mecanismos entre los países para compartir informaciones históricas o para procuradores o gente que hace investigaciones criminales para tener acceso a los archivos de otros países y compartir datos”, insiste. “Creo que ese es el gran desafío hoy en día”, apunta.
La oportunidad para Boric y Lula
Respecto a la disposición de los gobiernos regionales a permitir la desclasificación de material sobre el Plan Cóndor, Kornbluh recuerda que “cada gobierno es diferente, pero todos, ya sean liberales o conservadores, enfrentan el mismo problema: la resistencia de sus servicios de inteligencia y militares a divulgar los registros sobre sus abusos pasados contra los derechos humanos”.

“Sin embargo, con el presidente Gabriel Boric en Chile y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, ambos líderes podrían aprovechar el 50º aniversario para divulgar más registros sobre el Plan Cóndor”, plantea.
El juicio a la operación hoy en EE.UU.
Tanto Kornbluh como Simon abordan también el juicio que existe hoy en EE.UU. sobre el respaldo de Washington a operaciones de inteligencia y el asesinato de opositores en el continente en el marco del Plan Cóndor.
Así, el investigador norteamericano destaca que “los informes de inteligencia estadounidenses desclasificados sobre el Plan Cóndor dejan claro que Estados Unidos conocía las operaciones y apoyaba la colaboración multinacional para recopilar información sobre las actividades de los militantes opositores a los regímenes del Cono Sur. Además, durante la era Kissinger apoyó guerras sucias en la región”.
“Sin embargo, los documentos también muestran que funcionarios estadounidenses, incluida la CIA, se opusieron a las operaciones de los escuadrones de la muerte del Plan Cóndor fuera del Cono Sur e intentaron socavar sus operaciones europeas. Como se le informó a Henry Kissinger en un documento informativo ultrasecreto sobre el Plan Cóndor: ‘En el ámbito internacional consideran que los generales latinoamericanos son amigos nuestros. En especial se nos identifica con Chile, y eso no puede hacernos ningún bien’”, consigna Kornbluh.

“Pero hay otro papel que Estados Unidos también ha desempeñado y que merece atención y reconocimiento: la desclasificación de documentos detallados sobre el Plan Cóndor, que se han utilizado como prueba para responsabilizar a Manuel Contreras, Pedro Espinosa, Jorge Videla y otros por sus crímenes relacionados con el Plan Cóndor. La desclasificación de documentos estadounidenses durante los últimos 25 años, especialmente bajo los presidentes Clinton, Obama y Trump, ha impulsado significativamente el registro histórico sobre el Plan Cóndor; la divulgación de documentos estadounidenses, en nombre de la libertad de información, debería servir de modelo para que otros países hagan lo mismo”, comenta.
Por su parte, Simon se refiere a las distintas visiones que hay en Estados Unidos sobre el rol que jugó Washington en los tiempos del Plan Cóndor. “Creo que la imagen de la política externa de Estados Unidos en la región en los años 60, 70, 80 es un poco el reflejo de la polarización política que existe hoy en ese país. O sea, la izquierda cree que toda la influencia norteamericana en la región es un poco resultado de aquellos años terribles y existe un sentimiento de responsabilidad. Pero es verdad que Estados Unidos también tuvo un rol importante en la restauración de la democracia en algunas partes”, recuerda.

“Pero para la derecha es la negación completa o la ignorancia sobre lo que pasó. No les interesa ni es un tema para ellos. Pero es importante decir que dentro de la derecha también hay una fuerza de America First, de aislar a Estados Unidos, de no involucrarse en problemas de otros países. Así que imagino que todas las intervenciones en todo el mundo son vistas de manera muy negativa”, señala.
Y añade: “Creo que hay varios tipos de derecha en Estados Unidos, pero no es un tema relevante para ellos. Con Tucker Carlson u otras personas de Charlie Kirk que son del trumpismo, jamás escuché algo sobre el apoyo de Estados Unidos a las dictaduras del Cono Sur”.
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