Trump: la semana que remeció su campaña

Partidarios del Presidente Trump saludan al Marine One que aterriza en Florida.

Las encuestas muestran que el Presidente solo se ha recuperado en parte de su desempeño del primer debate y su manejo del coronavirus en la Casa Blanca.


En los días posteriores al primer debate del 29 de septiembre entre el Presidente Donald Trump y su contendor demócrata, Joe Biden, el Mandatario enfrentó dos problemas. Uno de ellos fue el desempeño que tuvo en el debate, aunque él lo calificó de magnífico entre sus familiares y el personal. Sin embargo, al día siguiente del encuentro, Jared Kushner, su alto asesor y yerno, le imploró a personalidades de los medios de comunicación y a otros aliados que se alinearan con su suegro en relación al agresivo estilo que Trump había mostrado, según personas familiarizadas con las llamadas. Las encuestas iban a mostrar pronto que el desempeño del gobernante había tenido costos en su respaldo.

El otro problema fueron los efectos colaterales de la ceremonia de nominación a la Corte Suprema de la jueza Amy Coney Barrett, que se había realizado la semana anterior en la Casa Blanca. Anthony Fauci, el mayor experto de enfermedades infecciosas del país, describió el acto como “súper propagador” de Covid-19 y, dentro de días, Trump daría positivo a la enfermedad.

El jueves, Trump fue hasta Nashville, Tennessee, para participar del segundo y último debate con Biden. Fue la última oportunidad para que ambos se pararan en el mismo escenario e hicieran sus discursos directamente a los votantes antes de la elección el 3 de noviembre. También fue una oportunidad para el Presidente de tratar de recuperar terreno de la semana perdida del primer debate. Algunos asesores lo instaron a que repensara su estrategia de preparación del debate, pero el miércoles en la tarde Trump no había asistido a ninguna sesión de preparación, ya sea formal o informal, según dijeron personas relacionadas con el asunto.

Las encuestas sugieren que Trump se ha recuperado solo en parte de una serie de reveses que lo golpearon esa semana. Más de una docena de funcionarios de la Casa Blanca, personal de campaña y asesores republicanos dicen que Trump estaba dañado por sus propias decisiones sobre cómo enfocar el debate y cómo bloquear la propagación del coronavirus al interior de la Casa Blanca.

Públicamente Trump es optimista, pero en privado parece estar consciente de que se está quedando atrás en la carrera, dicen las personas familiarizadas con el tema. Él ha intentado de establecer orden en varias formas inusuales. Tim Murtaugh, director de comunicaciones de la campaña, dijo que la atención del Presidente se encontraba en su argumento final para los votantes, que se centraría en las cinco décadas de Biden en el gobierno y los tratos de su familia en China.

Desde el diagnóstico del Presidente y más de una docena de asesores, los funcionarios de la Casa Blanca han presentado una serie de teorías sobre el origen del brote. La mayoría ha dicho que cree que la infección se remonta al anuncio formal del Presidente el 26 de septiembre de la jueza Barrett.

Después de una ceremonia en el Jardín de las Rosas con la jueza Barrett ese sábado por la tarde, Trump se trasladó a la Sala de Recepción Diplomática para tomar algunas fotos con la jueza Barrett y su familia. La multitud en el interior se hizo más grande cuando el Presidente invitó a varios de los senadores republicanos que habían estado en el Rose Garden. En total, 10 personas que asistieron al evento de la Casa Blanca después dieron positivo por coronavirus, seis de las cuales pasaron un tiempo en la Sala Diplomática, incluido el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y la exconsejera de la Casa Blanca Kellyanne Conway. Christie y Conway fueron parte del equipo que pasó un tiempo ese fin de semana en la Oficina Oval preparando al Presidente para el debate. Otros en el grupo incluían a Stepien y Miller y al abogado de Trump, Rudy Giuliani.

El primer debate históricamente ha sido complicado para los mandatarios, que generalmente están más fuera de práctica que sus rivales que han pasado meses perfeccionando sus habilidades de debate durante las primarias. Trump evitó las sesiones tradicionales de debate de práctica en favor de discusiones más informales con su equipo, dijeron los asesores. En un momento, durante la práctica, le preguntó al grupo: “¿Por qué están aquí, chicos? ¿Por qué no me estás defendiendo en televisión?”.

Una vez en el escenario del debate, Trump terminó enredado con el moderador Chris Wallace e interrumpiendo a su oponente tantas veces que Biden se volvió hacia él en un momento y le pidió que se “callara”. Trump les dijo a sus asistentes después que culpaba a Wallace por sus propias interrupciones. Su desempeño sorprendió a los asesores, uno de los cuales luego lo describió como “una de las heridas autoinfligidas más increíbles de todos los tiempos”. A las 12.54 a.m. del viernes, tuiteó que él y la primera dama habían dado positivo.

La reunión del personal de la campaña esa mañana fue cancelada, ya que los asistentes se apresuraron a hacerse un test. Durante las próximas 24 horas, tres miembros del equipo de preparación del debate del Presidente, Christie, Stepien y Conway, dijeron que ellos también habían dado positivo. Cuando el Presidente llegó al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed la noche del 2 de octubre, para lo que sería una estadía de tres noches, se decidió en la sede de la campaña de no tomar riesgos hasta que el personal tuviera más información sobre el estado de salud de Trump, dijeron los funcionarios de campaña.

El 3 de octubre en el hospital, Trump notó una gran brecha después de la 1 p.m. en Fox News, cuando ninguno de sus seguidores estaba al aire. Deseoso de aclarar informes contradictorios sobre su salud después de que una fuente anónima, posteriormente identificada como Meadows, dijera que su condición era precaria, él le dictó una declaración a Giuliani, declarando que estaba listo para dejar el hospital.

Luego, los asesores políticos corrieron para que los republicanos pro-Trump salieran al aire. Esa noche, dijo un asesor, en sus llamadas telefónicas Donald Trump se quejaba de que no se sentía bien e interrogaba a algunos de sus asesores que habían dado positivo: “¿Crees que te contagié?”.

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