
La Región de Los Ríos florece con tulipanes en el bicentenario entre Chile y Países Bajos
En Los Ríos, los campos de tulipanes simbolizan los 200 años de relaciones entre Chile y los Países Bajos; impulsan el empleo femenino y abren nuevas oportunidades agrícolas en el sur.
A 850 kilómetros de Santiago, en la Región de Los Ríos, se esconde un mar de colores que parece un espejismo. En medio del verde profundo, un tapiz de tulipanes se abre paso para la celebración de los 200 años de relaciones bilaterales entre Chile y los Países Bajos.
La postal que recibió a las autoridades y representantes de ambos países este lunes 13 de octubre no podía ser más simbólica. Ahí los visitantes recorrieron los campos de Southern Tulips, una empresa chileno-holandesa que cultiva 150 hectáreas con más de 50 especies distintas de tulipanes.
En unos días comenzará la cosecha. Y es que los bulbos -el verdadero tesoro del cultivo- serán limpiados, clasificados y enviados a destinos tan lejanos como Estados Unidos, Taiwán, Turquía o la Unión Europea.

“Estamos acá hace más de una década”, cuenta Edienshon Meneses, jefe de centro de la empresa. “El corazón del proyecto son 85 hectáreas en Los Ríos y otras 30 en la Región de Los Lagos. La estrella, por supuesto, es el tulipán. Trabajamos con 65 variedades distintas, según lo que cada mercado prefiere: los americanos buscan colores fuertes, los europeos los tonos delicados, los asiáticos los rosados”.
Pero lo que florece a la vista no es el objetivo final, sino la engorda del bulbo, que luego viajará miles de kilómetros para seguir su ciclo en el hemisferio norte. “La flor la usamos solo como registro de calidad”, explica Meneses. “Nuestro foco no es vender flores, sino producir bulbos sanos, robustos, que mantengan la pureza genética”.
La elección del sur de Chile no fue casual. Los suelos fértiles, temperaturas templadas y una luz suave en primavera replican las condiciones de Holanda, pero en sentido opuesto del calendario. Por eso, el país se ha convertido en el principal proveedor de bulbos del hemisferio sur.
“Los neerlandeses confiaron en nosotros, nos transfirieron tecnología y nos ayudaron a demostrar que podíamos alcanzar su mismo nivel de calidad. Hoy estamos a la par, y en algunos casos, incluso mejor”.
Southern Tulips emplea a unas 350 personas durante la temporada alta, el 90% mujeres. Y no son los únicos.
En las afueras de Valdivia, el vivero Valdivia Lilies se dedica desde fines de los noventa a la producción de liliums de exportación. Allí se cultivan 80 hectáreas de flores que viajan, principalmente, a China y a los Países Bajos. De las 4.900 hectáreas que existen en el mundo dedicadas a esta flor, Chile concentra 400, lo que lo convierte en el actor más importante del hemisferio sur.
“Todo lo que hacemos acá se exporta”, dice Jorge Buschman, director Bulb Group Chile, que agrupa a Southern Tulip y Southern Peony. “Apenas un 5% queda en Chile. Lo demás viaja a más de 30 países. Y eso ha sido posible gracias a esta cooperación de décadas”.
Para esta nota, ambas empresas solicitaron reserva de la ubicación de sus campos.

La embajadora de los Países Bajos en Chile, Elke Merks-Schaapveld, observa el paisaje y comenta que “los tulipanes representan mejor que nada esa relación: son un símbolo compartido. Chile y los Países Bajos son dos naciones que exportan bulbos, que producen a contratemporada, y que al unirse se fortalecen mutuamente en el mercado global. Es una relación que florece, literalmente, gracias a la colaboración y al conocimiento”.
Pero el tulipán no solo florece en los campos del sur. En Santiago, su creciente popularidad ha llegado a niveles impensados. En 2024, por tercer año consecutivo, se celebró el Día del Tulipán -organizado por la Cámara Chileno-Holandesa-, como bienvenida a la primavera.

El evento, que replicaba una tradición neerlandesa y prometía regalar 50 mil flores frente al Teatro Municipal de Las Condes, terminó desbordado: calles cortadas, desmayos, peleas, una estación de Metro cerrada y cientos de personas que se quedaron sin su flor.
“Ha cambiado mucho el gusto nacional”, comenta Meneses. “Antes costaba sacar al chileno del clavel o la rosa. Hoy hay un boom por el tulipán. Y después de la pandemia, ese amor por las flores se disparó”.
Por lo mismo, este año la celebración se realizará de forma reservada en la Embajada de Países Bajos, en Santiago, y también en la ciudad de Valdivia.

Andrés Cartes, gerente de producción de Tulipanes Chile, que se ha encargado de la puesta en escena de los tulipanes en Santiago, para celebrar el día de la flor nacional de Países Bajos, coincide: “Es una flor que no necesita adornos, se presenta sola. Producimos unas 80 mil flores por semana, la mitad se exporta y la mitad se queda en Chile. La gente la ha hecho suya”.
Desde la mirada regional, el impacto de esta industria va más allá de lo estético. “Es increíble lo que está ocurriendo”, dice Fernando Paredes, gerente general de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo de Los Ríos.
“El cultivo de tulipanes y flores en general abre una oportunidad enorme para innovar en la agricultura del sur, especialmente en tiempos de cambio climático. No solo diversifica la matriz productiva, también impulsa el empleo femenino: cerca del 70% de la mano de obra son mujeres, y de ellas, más del 80% son jefas de hogar. Es un impacto no solo económico, sino profundamente social”.
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