Cámara hiperbárica suma cinco años sin ser instalada en Coquimbo

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Informe de Contraloría denunció irregularidades en la planificación de la compra. Asocian muertes de buzos a la falta de esta tecnología en la zona.




El 28 de noviembre de 2012, las autoridades de la Región de Coquimbo llegaban hasta el Hospital San Pablo de la ciudad homónima para anunciar la llegada de una cámara hiperbárica al establecimiento. A cinco años de aquel día, el instrumento nunca ha operado. Un informe elaborado por la Contraloría General de la República (CGR), con fecha 22 de septiembre de 2017, dejó en evidencia la situación al advertir que el equipamiento se encuentra "sin uso y sin cumplir con el objetivo por el cual fue adquirida". Lo cual ha equivalido a una serie de procedimientos administrativos en busca de responsabilidades.

Según el comunicado publicado por el Ministerio de Salud en 2012, su objetivo era "tratar los síndromes de descompresión que habitualmente afectan a buzos y pescadores artesanales que sufren accidentes por inmersión". Además, la inversión de $197 millones otorgaría a la ciudad la única cámara entre la II y V Región, "por lo que debiese atender todos los casos de descompresión de buzos profesionales, civiles, deportistas y personal de las Fuerzas Armadas de Chile, que ocurran entre la Tercera y Cuarta Región", señalaban en la ocasión.

No obstante esta promesa, los buzos que han padecido de Enfermedad Asociada a Descompresión Inadecuada (EADI) han sido trasladados hasta el Hospital Naval de la Región de Valparaíso.

El informe de la Contraloría asegura que en la Región de Coquimbo han ocurrido 63 casos de EADI entre 2012 y febrero de 2017, cifras que ubican a la IV Región a la cabeza en el nivel nacional. De estos casos, el diputado Miguel Ángel Alvarado (PPD), denunciante del hecho a la CGR, asevera que dos o tres de culminan en muertes.

Según relata el congresista, el último fallecimiento se produjo en noviembre de 2017, en cuyo caso el traslado de la víctima, desde Puerto Aldea a Coquimbo y luego a Valparaíso, tardó 17 horas.

Hasta el lugar no llegó con vida. "Fue una tortura la que recibió, estas cosas son dramáticas. Es una bomba de tiempo. En cualquier momento puede pasar nuevamente algo de estas características".

De acuerdo al director del Servicio de Salud Coquimbo, Ernesto Jorquera, pese a que la cámara fue recibida "conforme" en su momento, a posteriori los equipos médicos consideraron que no cumplía con las condiciones de atención y la calificaron de "poco segura". El análisis de la máquina elaborado por la empresa Landmarine, señaló que "las modificaciones y adquisiciones" tienen un costo de $128.458.728. Cifra que en su momento, asegura la autoridad, no ha podido ser pagada. "La gente se olvida que en la región hubo un terremoto en 2014 que nos cambiaron las prioridades en salud. Hubo que reponer muchas cosas", indicó Jorquera, quien añade que junto con el dinero requerido para el instrumento, se deben sumar aproximadamente 200 millones "para habilitar el lugar".

El documento del ente contralor asevere que por concepto de gastos de traslado, gastos de hospitalización en Viña del Mar se han gastado desde 2012 más de $194 millones. "Monto muy superior al costo de reparación aludido precedentemente", cuestiona el informe.

Sin embargo, estos argumentos no han sido suficientes para quienes cuestionan la gestión realizada desde Salud. Para Jaime Araya, presidente de la Asociación Gremial de Buzos mariscadores de la Región de Coquimbo, "a las autoridades poco les importa la vida de los buzos de este país. Cuántos más van a morir. O tenemos que salir a hacer tira las calles, a romper la vía pública para que nos escuchen".

Según el diputado Alvarado, "es una situación bastante escandalosa que la hemos puesto en conocimiento de la CGR. Hay que buscar las responsabilidades respectivas, en este caso en el Ministerio de Salud".

Para el concejal de Coquimbo Fernando Viveros, "este informe viene a ratificar una seguidilla de errores que han existido en los últimos años", en tanto enfatiza que la falta de esta tecnología "nos deja en una situación de mucha vulnerabilidad de Antofagasta a Valparaíso, donde no tenemos ninguna cámara hiperbárica funcionando, ni público ni privada".

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