Union Española llevó a cabo una expedición histórica para el fútbol sudamericano. En julio de 1972, los rojos de Santa Laura fueron el primer club del continente en viajar a Africa para jugar amistosos con equipos de la región. El destino fue Zambia, donde disputaron tres partidos en cinco días, contra la selección local y un combinado de clubes. Allí fue donde Juan Olivares, arquero de Chile en Inglaterra 1966, sufrió la potencia de Godfrey Chitalu, el mejor jugador en la historia del fútbol zambiano. Este le anotó dos goles en  dos partidos. Ambos terminaron 1-1.

"Recuerdo que jugamos en Lusaka, N'Dola y Kitwe. Como es un país minero, había contacto por Codelco, cuando estaba en proceso de nacionalización. Ellos jugaban bien, hacían un fútbol muy físico y tenían muy buen juego aéreo. El susodicho nos hizo dos goles de cabeza", rememora Alberto Fouillioux.

El par de goles a los hispanos forman parte de la extraordinaria producción goleadora de Chitalu. Ese año marcó 107 goles, sumando los conseguidos con la camiseta de la selección y por su club, Kabwe Warriors. Esta campaña lo deja, en el papel, como el máximo goleador mundial en un año calendario, muy por encima del argentino Lionel Messi (86) y el alemán Gerd Müller (85), quien también estableció su marca en 1972. El gran problema es que la FIFA no reconoce las anotaciones del zambiano, por lo que su federación está intentando que sean aceptadas.  "Como es habitual, los medios europeos han estado proclamando que el récord era de Gerd Müller, cuando es del gran 'Ucar'", escribió el investigador Jerry Muchimba.

El sobrenombre al que alude Muchimba en su artículo describe fielmente el estilo de juego físico de Chitalu, que fue apodado "Ucar" por una frase publicitaria acuñada en las transmisiones radiales del país: "Chitalu está supercargado como las pilas Ucar".

Gracias a sus goles, Chitalu fue votado mejor jugador de su país en cinco ocasiones (1968, 1970, 1972, 1978 y 1979) y es el máximo anotador de la selección zambiana, con 78 tantos en 108 partidos. Dos de esas dianas fueron marcadas en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980.

Después de terminar una gloriosa carrera como jugador, el artillero siguió su carrera como entrenador. En esta nueva faceta dirigió precisamente a los dos elencos que defendió como jugador, los Warriors y la selección. En 1991, fue elegido mejor DT de Zambia y al año siguiente pasó al equipo nacional. Su prometedora carrera como técnico fue truncada por el accidente aéreo que le quitó la vida a 30 personas el 27 de abril de 1993 en las costas de Gabón.