Varias dudas tiene el mercado sobre cómo quedará el regulador bancario con la nueva Comisión del Mercado Financiero (CMF). La institucionalidad colegiada para supervisar el mercado de valores y seguros, y a la que progresivamente se incorporará la banca y pensiones, ha sido valorada en varias aristas, como en la mejora de la fiscalización y en la sanción de infracciones.

Pero no todo es miel sobre hojuelas para este proyecto de ley, ya aprobado en el Congreso y a la espera del visado del Tribunal Constitucional (TC). A las críticas de la Corte Suprema, que advirtió que el nuevo ente regulador podría "perturbar garantías constitucionales", se suman una serie de interrogantes.

Un ejemplo es que, en el ámbito de la supervisión bancaria, no estaría resuelto el futuro de los aportes que actualmente, y según lo establece la legislación, hacen los propios bancos al financiamiento de la Superintendencia de Bancos (Sbif). "¿Qué va a pasar con esos recursos?", se pregunta una fuente.

"Este tema se discutirá cuando se envíe la Ley General de Bancos al Congreso", señalan en el Ministerio de Hacienda, al ser consultado al respecto.

La entrada al Congreso del proyecto de ley que reformará ese cuerpo legal había sido anunciada para 2016. No obstante, el gobierno espera que el texto que crea la CMF salga del Tribunal

Constitucional para el envío. Es decir, eso podría ocurrir hacia fines de este trimestre, atendiendo a los tiempos del TC y a que se avecina el receso legislativo de febrero

"Eso tiene que adaptarse", dice Alejandro Alarcón, académico de la Universidad de Chile y ex gerente general de la Asociación de Bancos (Abif). Explica que si bien la banca ha estado disponible para hacer ese financiamiento, una parte importante del mismo vuelve a las arcas fiscales, constituyéndose en "verdaderos impuestos". Añade: "Creo que es la oportunidad de corregirlo".

Según la Ley de Presupuestos de este año, el aporte de la banca al financiamiento de la Sbif ascenderá a $ 60.624 millones, lo que representa el 99,4% de los ingresos de la entidad. De ese monto, según la misma ley, $ 42.731 millones serían reintegrados al Fisco.

Sin superintendentes

Esa no es la única inquietud. Fuentes consultadas manifiestan aprensiones respecto de la forma en que se engranará la actual Sbif con la CMF. "La integración no va a ser fácil", sostiene un agente del rubro, y añade que se debe "decidir la estructura respectiva".

Otra inquietud en el sector es que aún existe incertidumbre en cuanto a si se mantendrá o no la figura de los superintendentes como primera instancia de fiscalización por debajo de los comisionados de la CMF. También, por las atribuciones y funciones de cada una, si ambas coexistirán.

Sin embargo, Hacienda aclara sobre ese punto: "La figura del superintendente desaparece, porque esta es reemplazada por un cuerpo colegiado", indican en Teatinos 120.

Composición

La Asociación de Bancos destaca que la CMF es un avance para la regulación financiera, por cuanto es consistente con las mejores prácticas internacionales y fortalece el debido proceso en un procedimiento sancionatorio. Pero también advierte que "hay algunos aspectos que nos preocupan".

"Uno de ellos es la composición del consejo de la CMF", indica el gremio. "Este debe integrarse con los mejores profesionales y contar con autonomía en sus decisiones. El modelo a seguir es el Consejo del Banco Central", añaden.

Fuentes del rubro indican que esas variables, junto con una posible politización, pueden estar en riesgo si se atiende a que las remuneraciones que percibirán los comisionados serán similares a las que hoy reciben los superintendentes y no al nivel de los consejeros del Central.

Los superintendentes, en la actualidad, perciben remuneraciones brutas -sin los descuentos por previsión, por ejemplo- cercanas a los $ 8,5 millones. Mientras, en el ente rector van desde los casi $ 10 millones líquidos -hechos todos los descuentos- para los consejeros y hasta los $ 11,6 millones líquidos en el caso del presidente.

Sobre esto, Hacienda consigna que el proyecto de ley establece criterios de idoneidad, inhabilidades e incompatibilidades para quienes ejerzan estos cargos. "Creemos que con estas condiciones llegarán candidatos muy buenos al CMF. De hecho, hasta ahora los superintendentes han cumplido a cabalidad las condiciones de idoneidad y su labor ha sido buena", apuntan en la cartera.