El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, admitió hoy que alberga "pocas esperanzas" de que las conversaciones con el gobierno chino vayan a dar resultados pronto, pero defendió la continuidad del diálogo y animó al pueblo tibetano a perseverar en su causa.

"A juzgar por la actitud de la actual cúpula china, hay pocas esperanzas de obtener un resultado pronto. Aún así, nuestra postura de continuar con el diálogo permanece inalterada", dijo el Dalai, en un comunicado difundido con motivo del 51 aniversario de la fallida insurrección tibetana.

El líder tibetano precisó que durante más de 30 años ha intentado dialogar con las autoridades chinas y resolver el contencioso a través de la llamada "vía del medio", una propuesta que prevé una mayor autonomía del territorio tibetano dentro de China y que, en su opinión, "beneficia" a ambas partes.

"A pesar de que he articulado claramente las aspiraciones tibetanas, que están de acuerdo con la Constitución de la República Popular China y la ley de autonomía regional, no hemos obtenido ningún resultado concreto", se lamentó.

Tenzin Gyatso, el XIV Dalai Lama, calificó de "decepcionante" la ausencia "de respuesta positiva" por parte de las autoridades chinas, pero se mostró esperanzado en que llegará un día en "el que la verdad prevalecerá. Por lo que es importante que todo el mundo sea paciente y no abandone".

Ninguna de las rondas de diálogo chinotibetanas iniciadas en 2002 ha supuesto avances en el conflicto entre China y los líderes tibetanos exiliados.

"Tanto si el gobierno chino lo reconoce como si no, hay un problema grave en el Tíbet", abundó el Dalai, exiliado en la India.

El Dalai se felicitó de la expansión de la cultura budista en Oriente y Occidente.

"Esto supone un poco de consuelo para nosotros durante el período más crítico de la historia del Tíbet".

Además, denunció que el gobierno chino esté llevando a cabo una campaña de "reeducación patriótica" en monasterios tibetanos con la que está sometiendo a los monjes a condiciones "parecidas a una prisión", con el objetivo de "aniquilar el budismo". 

También subrayó que la causa tibetana cuenta con el apoyo de la comunidad internacional, de los intelectuales chinos y de "muchos líderes políticos y espirituales, incluido el Presidente de Estados Unidos", Barack Obama, con el que se entrevistó recientemente.

Y dijo que es "evidente que la causa tibetana no es una disputa entre los pueblos chino y tibetano, sino que ha surgido por las políticas ultraizquierdistas de las autoridades comunistas chinas".

La fracasada revuelta tibetana de 1959 costó el exilio del Dalai Lama a Dharamsala, localidad india situada a los pies del Himalaya que también acoge el gobierno tibetano en el exilio.

En la vecina Nepal, país donde viven unos 20.000 tibetanos exiliados, las fuerzas de seguridad detuvieron hoy a unas seis personas que se manifestaban para protestar contra el régimen chino con motivo del aniversario de la insurrección.

Según la agencia nepalí NepalNews, unos 300 tibetanos exiliados corearon eslóganes contra China y enarbolaron la bandera tibetana en las cercanías del monasterio de Bouddha, el santuario budista más importante de Katmandú.