La noticia de la vuelta del bombo a la galería sur del Estadio Nacional emocionó a los fanáticos azules, que se congregaron en masa para ver la vuelta de este elemento a la hinchada. En la previa del partido, cuando el coloso ñuñoíno se encontraba totalmente vacío, unos pocos privilegiados pudieron ver bajar nuevamente por las escaleras de la puerta 14, bajo el marcador, el bombo gigante de la barra azul.

Instalado solo, a los pies de la pista atlética del estadio, enrejado y como principal espectador del partido frente a Audax, se pudo escuchar nuevamente el clásico sonido de los mazos golpeando el paño del instrumento. Las personas que Azul Azul designó para esta tarea se fotografiaban con los hinchas y los palos para golpearlo. Todos querían inmortalizar aquel momento con los jóvenes de polera roja con un Chuncho y dos mazos de bombo cruzados tras el chuncho, para así guardar en el recuerdo el retorno a Los de Abajo.

"Ojalá canten hoy" o "volvió la fiesta", se escuchaba por los pasillos del estadio. Frases que demostraban el difícil momento del equipo y la felicidad dentro de la barra. El bombo comienza a sonar y con el ritmo de estrechez de corazón de Los Prisioneros, la hinchada empezaba a cantar "sale león, sale león". Con esto, se levantan desde los otros sectores los fanáticos azules para recibir al equipo. Miles de papelitos y rollos dan la bienvenida a los once jugadores, mientras el instrumento sigue enjaulado con un considerable contingente de barristas resguardando el lugar.

Cuando Julio Bascuñán pitó el inicio del juego, la ilusión de los fanáticos azules se acrecentaba. "Ojalá sea cábala el bombo" dijo un joven con la polera de la U del año 2011 en la galería sur. Con el gol de Ubilla a los 5',  comenzó a sonar aún más fuerte. Parecía la última vez que estos jóvenes tocando el instrumento en la galería de Universidad de Chile. Sus fanáticos se emocionaban.

Con los dos goles de los itálicos, sin embargo, la hinchada comenzó a cantar más fuerte y a pedirles a sus jugadores más compromiso. "Moja la camiseta, como yo sobre el tablón", cantaban al son del bombo. Terminado el primer tiempo, era hora de hidratarse para seguir tocando otros 45’ minutos y levantar al equipo para conseguir un triunfo.  Los dos hombres de polera roja saltaron la reja y comenzaron a subir las escaleras para beber algo antes de volver a su labor. A su paso, todos se movían para permitirles llegar a su destino. Quedaba un tiempo y de la mano de su hinchada, tenían que dar vuelta el resultado.

Con el gol de Corujo a los 75', la algarabía se recuperó, pero no por completo. No alcanzó para ganar. Aún así, el reestreno del bombo pasó la prueba. No fue foco de conflictos ni de viejas pugnas de poder. Al menos en la gelería, la hinchada tiene algo que festejar. Por ahora.