Una querella por lesiones, daños y amenazas, fue la que presentó la facultad de filosofía de la Universidad de Chile por el violento ataque que recibió por parte de encapuchados el profesor
Kamal Cumsille, afuera del Centro de Estudios Arabes de la facultad y que le provocó graves daños en su cara y en el ojo izquierdo.

La acción judicial fue entregada en el octavo juzgado de garantía de Santiago.

La decana de la Facultad, María Eugenia Góngora, acompañada por la abogada Javiera Villalón. Góngora, señaló que "presentamos una querella por lesiones, en primer lugar y por daños contra quienes resulten responsables por lo ocurrido en nuestra facultad el día
jueves 4 de octubre".

Góngora agrega que "Lo que sucedió según los testimonios es que un grupo de encapuchados
agredió con una bomba de pintura al profesor al intentar detener a los
encapuchados que protestaban. Y le rompieron la cara dañándole un ojo
izquierdo".

Además, con esta acción, las autoridades de la facultad buscan "responsabilizar a los hechores y dar una señal muy clara, que no pueden suceder estas cosas en un recinto universitario. Haremos todo
lo que esté en nuestro poder para para que estos hechos no se repitan y, sobre todo, porque lo que le sucedió al señor Cumsille, nos agrede y afecta a todos nosotros".

La abogada Javiera Villalón, del Campus Juan Gómez Millas, recinto en el que en su interior ocurrieron los hechos, señaló que "la querella es contra quien resulten responsables por los daños graves en contra del profesor Kamal Cumsille y la profesora Marcela Sedán, daños a la
propiedad en el recinto universitario y por último por amenazas en contra de los profesores en específico, pero también en contra de los bienes de la universidad".

Si bien a las autoridades les ha costado obtener nuevos antecedentes sobre el caso, ayer un nuevo incidente se produjo en el mismo lugar, en el que unos 20 encapuchados entraron a la facultad "marcando territorio", según la decana de la facultad de Filosofía.

El profesor atacado, aún se encuentra con dolencias en su rostro, pero presentó una leve mejoría al removérsele la pintura que contenía la bomba, de la córnea, lo que le hacía preveer que la visión del docente se vería severamente afectada.