Nunca imaginó Jordi Cases, farmacéutico en Olesa de Montserrat y socio de Barcelona, que la denuncia que presentaría el 5 de diciembre del año pasado en la Audiencia Nacional acusando a Sandro Rossell, entonces presidente del club catalán, de "apropiación indebida en su modalidad de distracción del dinero" en el fichaje de Neymar, generaría un terremoto de proporciones todavía desconocidas en la ciudad condal.

Cases, quien posteriormente recibiría una carta del propio Barcelona amenazándolo con las penas del infierno si no retiraba la denuncia, decidió seguir adelante en su camino por descubrir toda la verdad de la operación que llevó al astro brasileño al club azulgrana. Como socio de la institución creía haber descubierto algunos hechos que no cuadraban con los US$ 72 millones de que decía haber pagado el equipo de Alexis Sánchez por el ex delantero de Santos.

La campaña en contra de Cases se hizo feroz, luego de que la Audiencia Nacional se declarara competente para indagar sobre la denuncia el pasado 18 de diciembre. Ese día se empezaría a escribir el desenlace de Rossell como presidente de Barcelona.

Apuntado como el cabecilla de la oposición al dimitido timonel del club catalán, hasta ahora nadie le ha encontrado algún vínculo político a Cases. Sí le han colgado varios carteles para poner en duda su reputación. Uno de ellos lo acusó de ser el supuesto delfín del ex presidente Joan Laporta y de Johan Cruyff, reconocidos detractores de la gestión de Rossell.

Sin embargo, la historia de este farmaceútico está marcada por sus denuncias y votos de censura en contra del ahora ex presidente. Antes de denunciarle por los dineros ocultos en el traspaso de Neymar, promovió un voto de censura en contra del ex presidente que no resultó y también defendió un referéndum para aceptar o rechazar el patrocinio de Qatar Foundation en la camiseta.

Lo que nunca dimensionó Cases es que la denuncia que presentaría en diciembre pasado dejaría al descubierto la fragilidad del club. De hecho, ayer le reconoció a algunos medios que se tomaría el fin de semana para pensar si retiraba o no la acusación.

Al menos su abogado, Felipe Izquierdo, así se lo aconsejó. "Yo pararía el proceso. En este punto alguien podría aprovechar para hacer daño al Barça y esto no lo quiero", señaló el profesional, quien adimitió que su defendido quedó muy sorprendido por la renuncia de Rossell.

Sea cual sea la decisión que tome Cases, lo cierto es que la tormenta que sacude por estos días a Barcelona está lejos de acabar. Con Rossell afuera y un traspaso que seguirá generando tantas dudas como los millones que se pagaron a Santos y a la famiia del jugador, aún queda saber si todo esto terminará afectando a un equipo al que, en el último tiempo, se le juntaron todas las malas noticias, tanto  dentro como fuera de la cancha.