Histórico

La manera de encontrar un hombre después de los 40

El libro de la periodista y escritora inglesa Shane Watson retrata con humor el mundo de las profesionales exitosas, independientes y tan seguras de sí mismas que logran ahuyentar a los hombres que se acercan. Su consejo es no ser tan exigente, relajarse y, simplemente, vivir.

"Es más fácil que te secuestren en un avión antes que casarte después de los 40". Esta es una de las tantas versiones modernas para decir a las mujeres mayores que ya perdieron el tren, que no podrán casarse y que es mejor no seguir soñando. Es la forma de pedirles que sean pragmáticas, que dejen de lado la búsqueda, porque el camino hacia un amor duradero y feliz está lleno de obstáculos, la mayoría colocados por ellas mismas.

Al menos, esa es la hipótesis que plantea la periodista y escritora Shane Watson, en su libro How to meet a man after forty o "Cómo encontrar un hombre después de los 40", publicado a principios de año. El libro ha causado polémica en un mundo donde los solteros han comenzado a superar a los casados. Para la periodista Stephanie Merritt, de The Observer, el libro hacer reír y enfurece, por lo que recomienda leerlo casi como estar viendo un episodio de Sex and the city. Es decir, entretención y caricatura, con una pizca de realidad.

En su texto, Watson llama a las mujeres a remover las trabas y exigencias que ellas mismas ponen para fijarse en un hombre. Porque a veces están tan preocupadas de chequear su listado de detalles y manías (ver recuadro), que es probable que no se den cuenta que tienen delante a una potencial pareja.

En la práctica, según explica Watson en Sunday Times, estas mujeres terminan construyendo verdaderas fortalezas desde cuyos torreones miran con sospecha a cualquier hombre que se acerque. Y si bien esta estrategia sirve para alejar a algunos indeseables, con el tiempo también hace desistir a varios buenos candidatos.

¿QUIÉN LOS NECESITA?
Después de décadas de disputas de género, las mujeres hoy gozan de mayores espacios de independencia laboral, financiera e, incluso, sicológica frente a los hombres. Según advierte el texto, parecen tenerlo todo, desde su estatus profesional, hasta casa propia y tarjetas de crédito. Casi para preguntarse, ¿quién necesita un hombre?

Entonces, en la fiesta no prestan atención -ni por accidente- al amigo del anfitrión que, con la mejor de las intenciones, fue invitado para ella. Nada de coqueteos ni de halagarlo o expresar algún interés por él. Y al momento de irse, nada de dar el número telefónico, a menos que él lo pida, e incluso así, puede recibir una negativa. Todo, hasta su lenguaje corporal parece decir: "Puedes intentarlo todo, pero no estoy tan desesperada como para comprometerme".

Esta es la mejor fórmula para ahuyentarlos, plantea Watson. Quizás, para un aventurero que no piensa ni remotamente en casarse, esta mujer es un desafío, un golpe de aire fresco dentro del conformismo social. Pero el hombre que busca un compromiso de largo plazo ve en su autosuficiencia una actitud de confrontación.

EXPERIENCIA PROPIA
La detallada descripción que ofrece Watson no es ficción. Es la experiencia que vivió hasta sus 40 como profesional resuelta y satisfecha, en la que ningún hombre pensaría como disponible para una relación. Pero además, su ejemplo desafía las estadísticas de que, después de esa edad, es poco probable que una mujer se case. Y de ahí lo valioso de su testimonio.

Su consejo es no poner condiciones, "porque es probable que mientras mira con horror las sandalias que él se puso, esté dejando de notar su ingenio, su encanto o el brillo de sus ojos".

LA LISTA DE CONDICIONES DE LAS MUJERES
Con humor, la autora detalla la lista de exigencias que alguna vez tuvo respecto de los hombres, y que las mujeres deben abandonar:
-Debe tener cabello. Esto es bueno pero, ¿qué tal si él exige como primer punto unos pechos abundantes? Esto cambia las cosas, ¿o no?
-No debe tener una ex esposa o niños. Así, el fondo común a compartir no será tan pequeño.
-Que no use polerones tipo marinero, si no terminará llevándola a un pub para su comida de aniversario.
-No debe usar joyas como aros o gruesas cadenas de oro, lo que equivale al mal gusto de dejarse crecer la uña del dedo pequeño.
-Nada de sweaters con cuello en V y sin ropa debajo, dando a entender que es muy ardiente.
-Que no cante desafinado.
-Debe tener un buen trabajo, pero nunca uno que le exija levantarse a las 5.30 de la mañana y andar para todos lados con su laptop el fin de semana o en vacaciones.
Watson sostiene que lo único que no es negociable es:
-Que sea amable. Porque alguien desalmado con seguridad será cruel con los animales y con los niños.
-Debe adorarla y ser tan o más inteligente que usted. De lo contrario, vivirá fijándose en su talón de Aquiles.
-Debe ser capaz de hacerla reír en toda circunstancia, incluso cuando en el aeropuerto se da cuenta que no llevó el pasaporte.
-Por último, a usted tiene que gustarle incondicionalmente.

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