Natalie Cole: "A las cantantes de ahora sólo les interesa ser ricas y famosas"
La cantante estadounidense, hija de Nat King Cole, habla con La Tercera de sus dos shows de noviembre en Chile y de la relación con su padre.

Natalie Cole (63) pone las cosas en su lugar. "Mi padre fue el pionero: la primera gran figura anglo en darle valor a la música en español y en enamorarse de ella, muchísimo antes de que se convirtiera en el boom que es hoy. En eso ayudó a todos", apuesta a La Tercera, al teléfono desde su residencia en Los Angeles, la hija mayor del fallecido cantante y pianista Nat King Cole, en torno al carácter precursor de su padre, establecido en tres discos con clásicos del cancionero latino que grabó entre 1958 y 1962 y que hoy funcionan como faro de su propio presente: Natalie Cole en español, lanzado en junio pasado, es el título donde, medio siglo más tarde, replica el ejercicio y que sirvió de impulso para sus próximos dos recitales en Chile, el 18 de noviembre en Movistar Arena y un día después en casino Monticello (entradas en PuntoTicket).
Pero, más allá de reverenciar el legado del hombre que siempre batalló por desplomar las barreras raciales y geográficas, Cole despunta una conexión mucho mayor. Su progenitor aún sigue siendo una presencia casi ineludible en su carrera y en su vida. "Para mí, él sigue siendo grandioso", subraya con cierto suspiro genuino, pese a que ya cuenta más de cuatro décadas removiendo de manera pública el mismo recuerdo.
Una suerte de fantasma que en 1991 retornó al primer plano: pese a tener una exitosa carrera que a mediados de los 70 disfrutó de su mayor cima en el circuito del soul estadounidense, ese año apareció en un recordado dueto virtual junto a Nat King Cole, donde ambos resucitaban el clásico Unforgettable, detonando un suceso que acumuló ventas millonarias, tres premios Grammy -incluyendo Album del año- y un fenómeno planetario que no masificaron las alianzas tecnológicas con figuras fallecidas, sino que también el propio linaje del clan Cole.
Su padre murió en 1965, cuando usted tenía 15 años. ¿Cómo afectó eso en su vida y su trayectoria?
Desde el momento que ocurrió hasta hoy, siento que hay una parte menos de mi persona. Hay algo que también murió, sobre todo cuando te das cuenta que es una persona demasiado joven, tenía 45 años, una edad donde no esperas la muerte, menos de manera tan fulminante (falleció de cáncer al pulmón). Es difícil perder a un padre cuando eres chico, porque finalmente es el primer hombre de tu vida. A mí me afectó mucho en mis relaciones sentimentales. Era un hombre tan extraordinario y era difícil estar a su altura que, por eso, siempre me costó mucho encontrar novio (ríe).
¿Cómo superó esa ausencia?
Tuve que crecer. Me sentí triste durante muchos años y tuve que gastar mucho tiempo para sobrellevarlo. Imagina, éramos muy cercanos: nos gustaban los deportes, los autos y, obvio, cantar.
El reconocimiento mundial en torno a su padre, ¿la ayudó a usted en el inicio de su carrera?
No totalmente, porque, en el instante en que falleció, me gustaba mucho la música, pero estaba totalmente cerrada a seguir en ella. Por años estudié medicina y me sentía ajena al mundo del espectáculo. Pero los giros del destino, contra todo pronóstico, hicieron que me convirtiera en una cantante. Pero nunca fue mi meta ser famosa. Además, pertenezco a los 70, la era del reinado de una generación talentosísima de artistas, como Diana Ross, Marvin Gaye, Stevie Wonder, entonces, todos me decían: '¿Para qué te vas a meter en esto? ¡Va a ser sólo sufrir!' (se ríe). Pero bueno, aquí estoy.
Usted perteneció a los 70, pero también a los 90 y su carrera sigue hasta hoy, una era donde las figuras de la música negra son muy diferentes. ¿Lo ve así?
Si, totalmente, porque antes todas cantábamos, pero a las cantantes de ahora sólo les interesa ser ricas y famosas. La excepción es Beyoncé, aunque vamos a ver qué tal se mantiene, porque ha ido mostrando muchas pausas. Alicia Keys también es una gran compositora. Pero no sé si estos artistas van a tener largas carreras, de más de 30 años... puede que sólo tengan una trayectoria de 10 años.
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En 2008, Natalie Cole copó un par de titulares al criticar en duros términos a Amy Winehouse, la mayor ganadora de los premios Grammy de esa temporada, por considerarla "un mal ejemplo". Desde esos días, se notaba su alergia a los nuevos insignes del soul y el R&B. Pero mucho antes, la hija del artista que pasó por Chile en mayo de 1959 -con shows en el Hotel Carrera y el Teatro Astor, entre otros sitios- también adquirió notoriedad por su adicción a las drogas y el alcohol, lo que, según algunos médicos, derivó hace cinco años en una grave hepatitis C que la tuvo al borde de la muerte.
¿Cómo vivió esa experiencia?
Fue demasiado dura, pero llegó una familia de El Salvador que se declaró fanática de mi música y que me donó el riñón de una de sus integrantes, lo que finalmente pudo salvarme. Ellos son ángeles para mí, hicieron lo imposible. Además, hicieron que un trozo de Latinoamérica viviera hoy en mi cuerpo.
Tomando en cuenta la familiaridad que ya tenía con la música en español, ¿por qué tardó en grabar un álbum en ese idioma?
Sentí que ahora era el momento, porque siempre he querido expandir mi audiencia internacional y siempre tengo ganas de hacer alguna aventura que no he tomado antes. Estoy en la edad perfecta para hacerlo y para ir a lugares tan distintos como Chile, donde, aparte de repasar mis grandes éxitos, interpretaré al menos seis temas de esta reciente trabajo: quizás El día que me quieras, Amapola o Acércate más, donde vuelvo a cantar con mi padre. De hecho, fue la primera canción que yo le escuché: cuando él la interpretaba, yo sólo tenía ocho años. Ahora, es un nuevo tributo a su presencia.", sintetiza el gerente de Space, Marcelo Tamburri, sobre la apuesta de telerrealidad.
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