El lunes pasado una cápsula Soyuz aterrizó en Kazajstán con tres tripulantes a bordo. Y su re-entrada en la atmósfera terrestre fue captada por Simon Wijker, piloto de la línea British Airways que realizaba un vuelo por el lugar.

Según cuenta la Agencia Espacial Europea (ESA), Wijker en un primer momento pensó que se trataba del satélite Goce, cuyos restos se esperaba que cayeran en esa misma fecha, pero luego de análisis realizados por expertos en desechos espaciales, se concluyó que no se trataba de este satélite, pues éste había impactado dos horas antes.

El piloto escribió a la agencia espacial sobre lo que observó en el vuelo: "Vimos un objeto al sur de nosotros, que no hemos podido identificar. Cuando se acercó más se convirtió en una bola blanca de fuego que viaja a una velocidad muy alta, después de la curvatura de la Tierra desapareció por el horizonte hacia el norte".

Tras descartar de que se trataba del satélite Goce, los especialistas concluyeron de que lo observado por Wijker era la cápsula que trajo a Tierra a Luca Parmitano, de la ESA, Karen Nyberg, de la Agencia Espacial Estadounidense (Nasa), y el comandante ruso Fyodor Yurchikhin.

Además, en este mismo vuelo trajeron de regreso la antorcha olímpica de los Juegos de Invierno de Sochi 2014, que durante cinco días estuvo en la Estación Espacial Internacional (EEI), en el primer relevo en el espacio en la historia de los Juegos Olímpicos.

La ESA aclara que todos los lanzamientos de naves espaciales y reingresos siempre se llevan a cabo en colaboración con los controladores aéreos que designen zonas de prohibición de vuelos de todas las aeronaves comerciales, por lo mismo, el avión desde donde se tomó la fotografía estaba a una distancia segura.