Problemas vocacionales son la principal causa de deserción universitaria
En estudio del Mineduc los estudiantes reconocen que les falta información profunda sobre los programas antes de postular. <br />

"Me retiré de la carrera, porque no era lo que yo pensaba". Este es uno de los temores que acompaña a los jóvenes durante su proceso de postulación: si la carrera que eligieron es realmente la que querían.
Hasta ahora se tenía la percepción de que los estudiantes secundarios nunca tienen toda la información disponible para tomar una decisión bien fundamentada y que en el camino de la educación superior van confirmando su vocación.
Un estudio de la División de Educación Superior del Mineduc, desarrollado por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, confirmó estas suposiciones. El investigador Carlos Cáceres entrevistó en modalidad de focus group a 40 estudiantes de universidades del Consejo de Rectores y privadas que habían desertado en primer año y descubrió que el 70% se retiró por problemas vocacionales, desmotivación o insatisfacción con la carrera. Le siguen, como principales factores de abandono, los malos resultados académicos y, en tercer lugar, los problemas académicos.
Aunque este último es más importante entre los alumnos de universidades privadas: 25% de quienes estudiaron en una universidad privada sin aportes del estado señaló el dinero como causal. Y se explica, tanto por el costo del arancel, como por las menores becas estatales destinadas para este grupo de planteles.
PANORAMA DESCONOCIDO
"Muchas veces uno escucha el nombre de una carrera y después constata que las expectativas que tenía no era lo que realmente ofrecía el programa", dice un estudiante de Educación que desertó de una universidad privada y que participó en el estudio.
Una de las conclusiones de los jóvenes luego del fracaso en primer año es que no basta con conocer la malla curricular, y que les faltó recabar más antecedentes sobre las carreras antes de postular, como por ejemplo, las posibilidades laborales al egresar. De hecho, sólo uno de cada 10 estudiantes se informa acerca del mercado laboral antes de elegir qué estudiar, según reveló la última Encuesta Nacional de la Juventud, realizada por el Injuv.
Con respecto a los problemas de mal rendimiento, los participantes del estudio coinciden en que si se egresó de un colegio municipal o de la modalidad técnico profesional hay más probabilidades de desertar por estas causas. Además, los estudiantes se quejan de que los docentes carecen de pedagogía para enseñar, y que los ramos de primer año son demasiado abstractos.
A pesar de esta mala experiencia inicial, la mayoría de los jóvenes se dio una segunda oportunidad para continuar en la educación superior. El 35% de ellos se cambió a otra universidad y otra carrera, un 15% se cambió de carrera en la misma universidad, mientras que una cifra similar se retiró, pero está en un preuniversitario preparando la PSU. Sólo un 7% no sigue estudios.
UN PROBLEMA GRAVE
En Chile, uno de cada cinco estudiantes que ingresa a las universidades deserta de su carrera durante el primer año, siendo la cifra levemente superior en las universidades privadas sin aporte del Estado, en comparación con las del Consejo de Rectores. Al tercer año la cifra alcanza el 40%, según los últimos datos entregados por el Consejo Superior de Educación.
El costo de educar a jóvenes que no se titularán no sólo afecta a las familias sino también a las universidades y a las arcas fiscales. Según cifras de 2005, la deserción universitaria le cuesta al país el equivalente al 26% del gasto público en educación superior, esto es unos 57 mil millones de pesos.
LO QUE ESTÁN HACIENDO LAS UES
Pese a que casi todos los planteles tienen políticas para combatir la deserción, hay algunas que tienen programas más focalizados debido al perfil de su estudiantado.
Es el caso de la Universidad del Bío Bío, en la Octava Región. El 44% de los alumnos de la institución proviene de los quintiles más pobres, y el 93% egresó de un establecimiento particular subvencionado o municipal, siendo su tasa de deserción del 48% al tercer año.
La estrategia del plantel consiste en aplicar planes de reforzamiento académico, pero también hacer una inducción a los aspectos emocionales y sociales de ingresar a la vida universitaria, lo que incluye una amplia presentación de los beneficios estudiantiles de la institución, como becas y servicios de salud.
También hay estrategias específicas para las carreras con mayor tasa de deserción. Como es el caso de ingeniería, donde el 25% de los alumnos se retira. En este caso, la preocupación es a nivel mundial y las estrategias dan para todo. Es así como en Estados Unidos algunas instituciones desarrollaron un sistema de tutorías especiales, y la U. de Pittsburgh incluso entrega a sus alumnos una "Guía para sobrevivir y ser exitosos en primer año".
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