Visviri celebra a su primera médica
Stephanie Saavedra marcó un hito por ser profesional permanente en el poblado de la Región de Arica y Parinacota. Atiende de lunes a viernes en una tierra lejana, fronteriza, al norte, donde no hay electricidad.

“Para mí esto es hermoso. Y un tremendo desafío profesional”, cuenta la médico Stephanie Saavedra, de 28 años, casada, quien lleva dos semanas residiendo en Visviri, en la Región de Arica y Parinacota. Allí, en uno de los recodos fronterizos del norte de Chile, la profesional trabaja de lunes a viernes, en horario de oficina, con temperaturas que en esta época bajan de los 8 grados Celsius durante el día, para atender a todos sus pacientes. ¿La particularidad de su labor? Por primera vez en la historia, esta zona cuenta con una profesional de la salud de forma permanente. “Entiendo su cultura, su modo de pensar y sé algo de su lengua”, dice la facultativa, quien atiende una población donde el 90% pertenece a la etnia aymara.
Mirando el cielo
Poco más de 213 mil habitantes tiene esta región. De éstos, el 97,7% vive en la ciudad. El resto vive en zonas rurales, por lo general apartadas. Localidades pequeñas, de difícil acceso y clima hostil, que como otros pueblos lejanos pierden población en vez de crecer.
Uno de sus casos más notorios es el de la comuna de General Lagos, la más extrema del norte de Chile, emplazada a cuatro mil metros sobre el nivel del mar y limita con Perú y Bolivia. Según el Censo 2002, 879 personas residían en la zona. En 2012, bajaron a 739. “Es natural que la población vaya decreciendo, porque no hay oportunidades. Los jóvenes emigran a Arica. Ni siquiera tenemos energía eléctrica”, reconoce el alcalde de General Lagos, Gregorio Mendoza. Entre las carencias de la zona también estaba la salud. Dos postas rurales tiene la comuna, que recibían la visita de médicos cada uno, dos o tres meses, según la especialidad. Eso, hasta que Stephanie llegó. “Para entregarles los medicamentos o las recetas, en la mayoría de los casos, debo hacerlo en aymara, porque así me entienden. Con esta cercanía se sienten agradecidos. Me regalan charqui de llama, maíz tostado, quínoa. Me invitan a almorzar”, relata.
Agrega que será un todo proceso el acostumbrar a los habitantes de la localidad a tener una atención como en las grandes ciudades. “Aquí la gente tiene una cosmovisión distinta, concibe de otra forma los procesos de salud y de recuperación. Por ejemplo, una persona tiene hora de atención a la 10.00, pero no llega a la consulta porque prefiere seguir pastoreando su ganando”, añade.
Saavedra en rigor nació en Uruguay. Sus padres, ambos matrones, emigraron a ese país para seguir estudiando, “pero llegué yo, después mi hermano y todo se complicó. Volvimos a Chile y nos radicamos en Iquique”.
El ejemplo de sus papás inspiró a Stephanie para elegir su profesión. “Mi mamá trabajaba en Pozo Almonte haciendo rondas rurales y también atendía a personas en riesgo social. Yo siempre sentí el llamado para trabajar en salud pública y zonas desprotegidas”.
Estudió Medicina en la Universidad del Mar, sede Iquique, y apenas egresó postuló a médico general de zona. Tuvo buen puntaje, por lo que tenía la posibilidad de elegir la localidad. Y optó por General Lagos. “Es una zona muy inhóspita y sentía que había una brecha de médicos que era necesario cubrir”, comentó la mujer, que todos los viernes, si no tiene turno, regresa a Arica a pasar el fin de semana con su esposo. “Es difícil dejar la familia lejos, estar en un lugar con un clima hostil, en altura, con precarias condiciones de trabajo. Pero uno se enamora de ejercer de esa manera. Por eso los generales de zona, después de especializarnos, volvemos al servicio público. Es la vocación que tenemos todos lo que trabajamos aquí. Si no, renuncias a la primera semana”.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.
Este septiembre disfruta de los descuentos de la Ruta del Vino, a un precio especial los 3 primeros meses.
Plan digital + LT Beneficios$3.990/mes SUSCRÍBETE