Zal Batmanglij, creador de The OA: "Quisimos ser libres de contar la historia que queríamos contar"

Brit Marlin

El cerebro detrás de una de las series más comentadas del momento habla con La Tercera. Aquí explica su reacción al divisivo final de la historia y el por qué la trama no sigue las reglas de la televisión.




Se ame o se odie -porque no existen puntos medios- The OA es uno de los casos más particulares en la historia reciente de la televisión. La nueva serie de Netflix fue lanzada el 16 de diciembre, siendo anunciada apenas unos días antes, casi sin promoción, ni prensa, ni un resumen de trama, más que adelantar que se trataría de una historia de ciencia ficción. Cuando finalmente debutó, pocos supieron como digerir inmediatamente la historia de Prairie (Brit Marling, co-creadora de la serie), una mujer que le cuenta su fantástica (y a ratos ilógica) historia a un grupo de inadaptados en una casa abandonada. Decir más de la trama sería arriesgarse a la confusión.

El resultado dividió a la crítica y a la audiencia. El periódico The Washington Post tildó el giro final -el aspecto más controvertido de la serie- como "ridículo" y "de mal gusto", mientras que la revista Entertainment Weekly aseguró que es "más fresca y exótica" que Stranger Things, producción con la que se le ha comparado.

El otro co-creador de la historia, Zal Batmanglij -quien además dirigió los ocho episodios-, reacciona con risas nerviosas al fenómeno en que transformó su serie. "La verdad, el cómo se llevó el proceso de lanzamiento fue decisión de Netflix. Pero para nosotros fue emocionante hacerlo, el estrenar una serie casi sin preámbulo", cuenta a La Tercera.

La serie tiene muchas particularidades, como que algunos capítulos duran una hora y otros 30 minutos. ¿Por qué es eso?

Queríamos sentirnos libres de contar la historia que teníamos que contar, y hacerla como queríamos. No le encontraba sentido a adaptarnos a una fórmula que ya no es relevante en estos días, como la antigua televisión, esa de sentarse a ver la tele una hora por reloj, a un horario específico, comiendo comida chatarra (se ríe).

¿Siempre se pensó en Netflix para estrenar The OA?

La verdad no. Sólo sabíamos que queríamos contar una historia larga. Cuando comenzamos Netflix no era lo que es hoy. Piensa que partimos trabajando esto el 2012, y House of Cards, que es la que empezó el fenómeno, salió a principios de 2013. Entonces claro, primero se lo ofrecimos a diversas cadenas, pero Netflix fue con la que nos terminamos casando.

¿Tenía alguna influencia en específico en mente para esta historia?

Creo que nos influenciamos más en el mundo, que en otros programas u otra película. Cuando empecé a trabajar esta historia, había algo de sentirse abrumado, perdido y atrapado en el mundo que me parecía interesante. Pero nunca pensé que cuatro años después, justo cuando la serie estuviera lista, esos sentimientos serían la normalidad del ser humano. Pareciera que en diciembre de 2016, todos se sentían igual de esquizofrénicos que yo en 2012 (se ríe).

Los personajes de la serie son muy distintos, pero comparten el ser inadaptados. ¿Le llamaba eso la atención?

Creo que me siento naturalmente atraído hacia ellos. Ellos son los que tienen historias que necesitan ser contadas, no las personas que tienen todo en su lugar. Si alguien tiene una vida normal, no tiene que escapar de su casa todas las noches a escuchar la historia de una mujer en una casa abandonada.

El final de la serie es muy divisivo. ¿Tenía previsto que algo así pasaría?

Es un momento difícil, sabía que iba a generar ruido. Pero, la verdad, no pensé que sería así de visceral. Literalmente me han mostrado vídeos de YouTube de gente llorando y gritándole a la televisión (se ríe). Es excelente pensar que estamos teniendo una conversación al respecto. Sobre los críticos que han odiado esa escena, me parece también que es la misma gente que pide que haya momentos reales y serios en la televisión, y ahora que se ven enfrentados a uno, no lo aceptan.

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