Bordes costeros para la integración



SEÑOR DIRECTOR

La ocupación informal del borde costero ha venido cambiando el paisaje nortino por décadas, generando enclaves de crecimiento irregular y expuestos a zonas de riesgo. Esta precarización del borde costero, bajo la imposición del derecho a la segunda vivienda, ha sido un tema no resuelto por sucesivos gobiernos. Hoy, 504 habitantes/ocupantes de Flamenco en Chañaral esperan la regularización de la tenencia. Barranquillas y Los Pulpos en Caldera, concentran 3.783 unidades en 182 hectáreas de propiedad fiscal, sin considerar otras extensiones privadas.

Recientemente, el Ministerio de Bienes Nacionales ha planteado su posición, que considera la entrega en propiedad como principal herramienta. El compromiso con la solución es una buena señal, pero su implementación requerirá de un modelo de gestión con liderazgo, que ha de implicar la participación de otros actores relevantes.

En la complejidad del problema, Bienes Nacionales avanza, pero no cuenta con las competencias suficientes, ya que se requieren acciones concertadas del ámbito normativo, de gestión y de inversión, que dialoguen con capacidades locales y regionales.

En síntesis, se ha abierto una oportunidad para enfrentar el ordenamiento territorial, a través de la planificación y gestión integrada, con visión de largo plazo, sentido de urgencia y sustentabilidad. Éste puede ser un gran legado del gobierno si se hace bien.

Alberto Texido

Académico Universidad de Chile

Roberto Moris

Académico de la Universidad Católica

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