Por Clyde Wilcox, profesor de la Universidad de Georgetown Qatar

Hoy, múltiples encuestas muestran que la aprobación de la gestión de Donald Trump está cayendo; Gallup muestra que el 40% de los estadounidenses aprueba su presidencia y el 57% la desaprueba, lo que arroja un resultado neto de -17%. Las pocas encuestas realizadas después de que Trump ordenara el bombardeo de las instalaciones nucleares iraníes muestran que la mayoría de los estadounidenses la desaprobaban.

En el pasado, la popularidad presidencial ha repuntado en los primeros días de la acción militar; tanto George H.W. Bush como George W. Bush alcanzaron su máximo nivel de popularidad en los primeros días de las guerras con Irak.

Dentro de la coalición MAGA de Trump hay un contingente considerable que se opone a la acción militar estadounidense, particularmente en Oriente Medio, y hubo fuertes y enojadas voces entre los partidarios habituales de Trump.

Marjorie Taylor Greene, en una serie de tuits, denunció el bombardeo y el historial de Estados Unidos de largas y costosas guerras en la región.

También crece la oposición a lo que Trump ha descrito como su “gran y hermoso proyecto de ley”, que se está tramitando en el Congreso. Las encuestas muestran que pocos votantes están a favor de recortar el gasto en Medicaid y casi la mitad está a favor de aumentarlo. Trump tuvo índices de aprobación netos negativos durante la mayor parte de su primer mandato, pero eso fue más importante entonces que ahora.

Normalmente, los índices de aprobación del desempeño presidencial son una forma de moneda: los presidentes populares pueden presionar a miembros de su propio partido, y a veces de otros, para que apoyen sus agendas, mientras que los presidentes impopulares no pueden.

Pero Trump cuenta con mayorías tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, y muchos congresistas temen oponerse a él debido a las amenazas de represalias políticas y, aún más graves, a amenazas de muerte provenientes de los partidarios del MAGA.

La Corte Suprema de Estados Unidos tiene una mayoría conservadora (y republicana) de 2 a 1 y ha votado cada vez más a favor de ampliar el poder presidencial; esta semana votó a favor de permitir que Trump deporte a extranjeros a terceros países.

Los politólogos que estudian la política estadounidense o el retroceso democrático están profundamente preocupados por los arrestos de políticos demócratas por parte de Trump, sus ataques a nuestras principales universidades, el uso de la Guardia Nacional y, posteriormente, de la Infantería de Marina en Los Ángeles, y su promesa de enviar militares a ciudades de estados demócratas (pero no republicanos).

Estas son acciones clásicas de autócratas, y solo una coalición que incluya a muchos republicanos preocupados por estas acciones, pero que temen alzar la voz, puede oponerse a ellas.