Éticamente incorrecto

SEÑOR DIRECTOR
Lo ocurrido con Cencosud es un claro ejemplo de que lo legal no siempre es lo éticamente correcto. Una buena forma de reflexionar al respecto es lo que se conoce como ”ética de mínimos y de máximos”. Las leyes suelen basarse en una moral de mínimos, es decir, las reglas mínimas para lograr una convivencia pacífica en una sociedad plural. Por debajo de esa línea, la realidad no sería tolerable.
Lo que se esperaría es que las personas se conduzcan voluntariamente inspirándose en una ética de máximos, es decir, incorporando los valores y principios para hacer un mundo mejor y más justo, y no simplemente tolerable. Especialmente de quienes por el lugar que ocupan en la sociedad, sus acciones tienen consecuencias de impacto en la vida de muchas personas.
Ya es hora de que los legisladores dejen de esperar tanto de la buena voluntad, se tomen este asunto en serio, y ajusten las reglas para que el “mínimo aceptable” proteja de una buena vez a los más vulnerables.
María Laura Aued
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