La obligación impaga



Por Mónica Zalaquett, ministra de la Mujer y la Equidad de Género

La última semana fuimos testigos de una situación que se arrastra por décadas y que afecta de manera determinante a miles de mujeres en nuestro país: el no pago de las pensiones alimenticias. La ley que permite el retiro del 10% de las AFP y que contempla la retención de los fondos para quienes no han cumplido durante años con la obligación que tienen con sus hijas e hijos, sacó este drama de los pasillos de los juzgados de familia y lo puso frente a la opinión pública.

En solo 15 días, el Poder Judicial recibió más de 460 mil solicitudes para retener los fondos de quienes optaron por olvidar su responsabilidad de padres y las causas por demandas de alimentos llegaron a 282 mil en el mismo periodo, 53% más que las de todo 2019. De paso afloraron cientos de relatos sobre la carga que significa para muchas mujeres tramitar la pensión alimenticia.

En su Cuenta Pública, el Presidente Sebastián Piñera anunció un proyecto para hacer expedito el proceso de retención del retiro del 10% para el pago de la pensión alimenticia adeudada y desde este ministerio pondremos toda la energía para sacar rápido esta normativa, pues sabemos que en el Congreso comparten la misma preocupación. Valoramos también que el mismo criterio se haya aplicado en la Ley del bono de 500 mil pesos para la clase media, al que se le retendrá hasta el 50%, por deuda de pensión alimenticia. 

Pero más allá de los mecanismos que el Estado ponga en marcha, cabe preguntarse por qué para muchos una deuda con sus propios hijos e hijas parece menos grave que una deuda con una casa comercial. Al parecer las sanciones sociales y penales no son suficientes, con lo que se ha establecido una cultura del incumplimiento que menoscaba la libertad de miles de madres que crían solas, en tanto pierden su autonomía económica. No solo eso, al ser responsabilidad de las mujeres entregar antecedentes sobre domicilio, situación de ingresos e incumplimientos del deudor, muchas ponen en riesgo sus trabajos por asistir a las citaciones de los tribunales. Así la cultura del incumplimiento se ha enraizado más allá de lo aceptable y la irresponsabilidad se ha convertido también en pandemia. Tenemos una deuda con las mujeres que se hacen cargo solas de la crianza de sus hijos, una deuda que no es solo de los llamados “papitos corazón”, sino de la sociedad completa.

Por eso, desde el Ministerio de la Mujer haremos todos los esfuerzos necesarios por impulsar un cambio cultural, y también todas las iniciativas legales que permitan terminar con esta deuda que profundiza las inequidades entre hombres y mujeres. Es urgente regularizar el pago de las pensiones alimenticias, es un acto mínimo de justicia, se lo debemos a miles de madres que día a día sacan solas adelante a sus hijos.

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