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Legado

Legado ALEJANDRO PIZARRO/ATON CHILE

Esperaba no tener que escribir esta columna, ya que afecta a miles de chilenos, pero alude a una irresponsabilidad sin precedentes para nuestras políticas habitacionales y urbanas.

Hace cuatro años, en este espacio, comenté la herencia que recibía el Presidente Boric de Sebastián Piñera: el presupuesto más alto en la historia del Minvu, cercano a los 3,6 mil millones de dólares, un banco de suelos de 273 terrenos -en su mayoría fiscales- para construir más de 50 mil viviendas, además de varios parques emblemáticos en ejecución y un programa de centros de comercio y servicios en el corazón de los barrios más desprovistos. Con ese viento de cola, celebré que el Presidente Boric y el ministro Montes comprometieran construir 260 mil viviendas del Plan de Emergencia Habitacional (PEH) durante su gobierno.

Pese a los esfuerzos iniciales, hoy, esta meta no solo está lejos de cumplirse, sino que han surgido antecedentes de que la herencia que dejará Boric a quien lo suceda será más bien una deuda gigantesca. La mala gestión y administración de los recursos y el desmantelamiento de las capacidades internas del Minvu son críticas. Casos como Democracia Viva, la desastrosa reconstrucción postincendios de la V Región, la compra de terrenos sin factibilidad técnica para dar viviendas a 1.200 familias bajo la llamada glosa Monsalve denunciada por el gobernador del Biobío, y los cerca de 300 millones de dólares que adeuda el Serviu Metropolitano a constructoras, dan cuenta que el gobierno tenía mucho relato y poco dato.

Otro legado ha sido la falta de una agenda ciudad. El gesto de Boric de mudarse al barrio Yungay contrasta con su temor a recuperar los centros urbanos vandalizados -o resignificados, en lenguaje frenteamplista- por el estallido o el comercio ilegal. Grandes proyectos como Villa Panamericana, el Mapocho Río, el Parque Costanera de Puerto Montt o el futuro Parque Barón en Valparaíso también fueron heredados. ¿Qué grandes proyectos urbanos dejará Boric? Si bien se reconoce el esfuerzo desplegado con el programa Ciudades Justas, al parecer se excedieron en la compra de terrenos y no les quedaría caja para pagar subsidios comprometidos.

Demoraron años en reformular a su antojo el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, no cumplieron la promesa del tren a Valparaíso ni del transporte público eléctrico gratuito en ciudades intermedias. Cuando levantaron la cartera de infraestructura pública más grande en la historia del MOP, sacan al director de Concesiones por “diferencias de estilo” con la ministra. Se postergan licitaciones, postergan los desalojos por orden judicial de tomas de terrenos usurpados, postergan los pagos a constructoras, traspasando todas esas complejas gestiones al próximo gobierno.

Años atrás celebré y deseé la mejor de las suertes al equipo de vivienda, ciudad, transporte y obras públicas que acompañarían al Presidente Boric. Hoy, lamentablemente, vemos que su legado urbano quedará, literalmente, al debe.

Por Pablo Allard, decano Fac. de Arquitectura UDD

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