Más información, mejores decisiones: cómo Chile está transformando las trayectorias educativas

Antonio tiene 12 años. Este año cambió de escuela por tercera vez. Al llegar a su nuevo colegio, nadie sabía que había repetido un curso, ni que su madre había pedido ayuda al municipio porque no podía llevarlo a clases. El profesor jefe solo vio a un niño callado, con inasistencias reiteradas. Nadie conectó las piezas. Nadie supo que Antonio estaba a punto de salir del sistema.
Historias como la de Antonio son más comunes de lo que quisiéramos. En Chile, miles de estudiantes transitan por el sistema escolar con fragmentos de información dispersos, lo que dificulta apoyarlos a tiempo. ¿Qué pasaría si pudiéramos identificar esos quiebres justo cuando ocurren? ¿Y si cada escuela tuviera una visión completa del camino educativo de cada estudiante?
Esa es justamente la idea detrás de Chile Presente: Protegiendo trayectorias educativas, una plataforma desarrollada por el Ministerio de Educación con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Su propósito es claro: transformar datos en decisiones y anticiparse a la desvinculación escolar.
Tras la pandemia, las trayectorias educativas se volvieron una prioridad estratégica. En 2022, el 38% de los estudiantes presentaba inasistencia grave y la desvinculación superaba el 1,6 %, superando los niveles prepandemia (Centro de Estudios Mineduc, Apuntes 68).
Desde entonces, Chile ha desplegado múltiples esfuerzos. Entre 2022 y 2024, la asistencia aumentó más de tres puntos porcentuales, alcanzando un 86,5 % anual (Centro de Estudios, Apuntes 87). Un pilar clave ha sido el Plan de Reactivación Educativa,, que incluye equipos territoriales conocidos como revinculadores, quienes trabajan directamente con escuelas y familias para reinsertar a estudiantes excluidos del sistema.
En ese contexto nació Chile Presente, con una visión que no solo apunta a recuperar estudiantes, sino también a prevenir la desvinculación. Su núcleo es una plataforma digital que integra información clave de cada estudiante —asistencia, rendimiento, trayectorias, datos demográficos y sociales— en una ficha unificada, desde la educación parvularia hasta la enseñanza media.
Esta plataforma no solo organiza información: genera alertas preventivas que permiten activar intervenciones oportunas desde los distintos niveles del sistema. Es una herramienta viva, que ayuda a ver más allá del aula y a entender mejor la historia de cada estudiante.
Desde el BID, sabemos que no basta con tener tecnología sofisticada. Lo esencial es que las herramientas sean útiles, simples y diseñadas pensando en quienes están en contacto directo con los estudiantes: docentes, equipos directivos, profesionales de apoyo y sostenedores. Por ello, el diseño de Chile Presente priorizó la usabilidad, la pertinencia territorial y la posibilidad de compartir información clave de forma segura y efectiva.
Chile ha dado un paso importante. Pero para que esta herramienta transforme de verdad las trayectorias educativas, debe ser usada activamente por quienes están más cerca de los estudiantes.
La historia de Antonio podría haber sido distinta si alguien hubiera visto a tiempo su ficha de trayectoria. Hoy, gracias a esta plataforma, eso es posible.
El desafío ahora es claro: convertir datos en decisiones, y decisiones en oportunidades reales de aprendizaje para todas y todos.
Por Gregory Elacqua, economista principal de la División de Educación en el Sector Social del Banco Interamericano de Desarrollo, Catalina Amenábar, Consultora División de Educación Banco Interamericano de Desarrollo y Carolina Méndez, Especialista en educación de la oficina del BID en Perú
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