Paula

La importancia de ser tolerantes cuando no todos toman los mismos resguardos

Con el paso de las semanas son cada vez más las zonas del país que se encuentran en las distintas fases del plan Paso a paso, y en muchos casos ya hay una transición donde se puede incluso salir los fines de semana y juntarse con un grupo reducido de personas. Sin ir más lejos, el primer fin de semana de septiembre fue un verdadero momento de encuentro entre personas que no se veían hace meses, quienes compartieron picnics y días completos disfrutando de los parques y aprovechando los días soleados.

Por supuesto que salir no es obligatorio, así como tampoco lo es invitar a grupos reducidos de amigos a casa. Querer cuidarse está bien y en ese sentido querer mantener el aislamiento -en tiempos en que las cifras del Covid-19 en Chile se mantienen desde hace algunos días, y los nuevos contagios no dejan de aparecer- no es una idea disparatada.

Ambas posiciones, la de cuidarse en casa y la de salir teniendo todos los resguardos y acatando protocolos, son igualmente válidas, pero de todas formas se vio en redes sociales una aparente sorpresa por la “ligereza” con la que algunas personas se están tomando la pandemia, y cientos de críticas contra quienes decidieron pasar un tiempo afuera con seres queridos.

“La extensión de estos periodos de cuarentena ha sido mayor a la que hubiéramos querido en términos de salud mental, y aunque la conducta individual repercute en la salud colectiva, cada uno tiene necesidades individuales como la de reunirnos con seres queridos y tener una vida libre”, dice la psicóloga Constanza Toro.

Estar confinados en nuestros hogares, que durante meses han sido los mismos espacios en que hemos trabajado, estudiado y vivido, ha sigo mentalmente agotador, por lo que, de acuerdo a la especialista, muchas personas llevan semana a semana atentas a las recomendaciones de las autoridades para saber cuándo y en qué medida pueden volver a retomar su vida.

“A su vez, existe mucho temor en la población, porque esto es como una ruleta rusa. Hay personas de edad que se enferman y no les pasa nada, mientras que hay jóvenes que han fallecido a causa del virus, y esto hace que muchos opten por seguir resguardándose en sus hogares”, dice.

También está en juego el control que las personas pueden tener sobe las situaciones. La pandemia hizo que todo se volviera incierto y muchos sienten que quedándose en sus casas aislados pueden tener un mayor control sobre su salud, lo que les da más seguridad.

“Pueden sentir que los demás son irresponsables en la medida que realizan acciones que ven como perjudiciales y se puede generar una sensación de injusticia al pensar que ellos se están cuidado mientras los demás no ponen de su parte, dice la psicóloga y agrega: “Pero si alguien sale tomando todas las medidas y todos los resguardos, no habría por qué decirles nada”.

Las disputas y presiones existentes entre quienes quieren seguir en casa y los que de a poco empiezan a querer retomar una vida normal dentro de las posibilidades que se nos van entregando seguirán, sobre todo si las cifras de contagios no ceden. Lo importante será respetar los espacios del otro y no juzgar sus decisiones. Solo de esa manera podremos ir retomando una vida social sana de Covid y sana también en lo emocional.

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