Todos los días nos vemos expuestos a nuevas noticias de cifras de contagios y muertos por coronavirus. Y como la información a ratos puede alarmarnos, muchas veces estamos alertas a no generar contacto con otras personas y tememos ser nosotros mismos un foco contagioso. A pocos días de que comience el otoño, ya percibimos el frío y los cambios de temperaturas nos exponen a resfriados y algunos malestares físicos. ¿Pero qué pasa cuando nuestro estado de alarma comienza afectar nuestra vida cotidiana?

"No me ha tocado ver casos de personas que se sienten contagiosas, pero sí muchas que se sienten ansiosas o asustadas respecto de qué les puede pasar si se contagian y contagian a seres queridos o familiares. Es posible que la ansiedad lleve a la construcción de pensamientos irracionales, que, a su vez, exacerben la ansiedad y el miedo, lo que puede llevar a crisis de angustia o a cogniciones obsesivas que signifiquen un malestar generalizado", dice Daniela Becerra, psicóloga del Instituto Chileno de Terapia Familiar y Directora Clínica de Centro 1006. De ser así, sugiere consultar a un profesional de la salud mental, con el objetivo de realizar una evaluación que permita descartar o confirmar un cuadro clínico que eventualmente requiera tratamiento farmacológico y/o psicoterapia.

Daniela señala que es muy difícil que nuestro estado mental no afecte nuestra salud de forma integral y por eso es necesario estar atentos a cómo nos sentimos. "Si nos miramos a cada uno de nosotros como un sistema "biológico cultural", partimos de la premisa de que impactamos y somos impactados por el contexto del que participamos, lo que también repercute en la relación dinámica de nuestra biología con nuestros estados emocionales y psicológicos", dice.

Desde la medicina tradicional, Patricia Schonffeldt, médica broncopulmonar del Instituto del Tórax y especialista en medicina interna y en enfermedades respiratorias del adultos, recomienda tranquilidad a la hora de evaluar los malestares físicos que se pueden manifestar. "Si el cuadro es leve y no te obliga a ir a urgencias a hacerte el examen, hay que cuidarse en casa. Como estamos en fase 4 es importante no sobrecargar las urgencias con cuadros banales, porque hay personas que realmente sí necesitan atención profesional", dice la especialista. "He visto que hay mucha paranoia respecto a hacerse el examen de Covid-19 cuando no hay síntomas graves. Es como si uno quisiera hacerse un examen para saber si tiene gripe del tipo 1 o 2".

Patricia es clara en manifestar que muchos pacientes solo presentarán síntomas de Covid-19 leves, como un poco de tos seca y malestar general que pueden ser confundidos con un resfrío común. Ante cualquier duda, es mejor permanecer en casa. Pero hay casos en donde el virus se presenta como una gripe aguda que dura varios días. "Cuando te da una gripe normal, estás un día muy mal y luego empiezas a mejorar, pero en el caso de Covid-19 ese día de mucho malestar se convierte en varios días. Y no se pasa fácilmente. Los cuadros más importantes son la tos, dolor de cabeza constante, fiebre, malestar general y en varios casos pérdida del olfato. Si a ese malestar se le suma dificultad respiratoria, el paciente debe ir a urgencia", afirma.

Para resguardar nuestra salud mental y alejarnos de pensamientos obsesivos –que además pueden afectar a otros miembros del espacio en que vivimos– la sicóloga Daniela Becerra sugiere propiciar espacios de descanso individual, pero también de juego compartido y disfrute familiar o grupal. "Es importante que la experiencia de estar juntos no gire sólo alrededor de los deberes y responsabilidades. Tenemos que generar espacios para liberar el estrés y experimentar emociones más placenteras. También es importante respetar los espacios de silencio y de desconexión de cada miembro del grupo. Los roces inevitablemente van a surgir y se puede sortear juntos. potenciando los recursos y habilidades de cada uno".

Patricia Schonffeldt, por su parte, llama a sumarse a todas las medidas de protección que el gobierno ha recomendado y suma una nueva: dejar de fumar. "Una de las medidas más serias que hay que tomar, y que se ha dicho poco, es que hay que dejar este hábito. Si eres fumador y dejas de serlo, tienes un pronóstico mucho mejor. He visto que ahora en la casa, por aburrimiento y soledad, la gente ha aumentado el consumo, cuando tenemos que justamente hacer lo contrario", afirma.