Studygram: el boom de los influencers del estudio en Instagram

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Comparten apuntes de cuidada estética y orden, consejos de estudio y han reemplazado, en tiempos de pandemia, a la interacción en colegios y universidades. Los llamados "influencers del estudio" se han vuelto populares en Instagram y acá, algunos studygramers hablan de la tendencia y de cómo internet se convirtió en un "profesor virtual" para todos.


En Instagram se ha vuelto popular el studygram, estudiantes que ejercen la labor de mentor entre sus pares en el ámbito académico. No solo es quien comparte apuntes -que siempre son ordenados y de cuidada estética con letras diferentes y colores llamativos- sino que también transmite apoyo y experiencias. Un "influencer del estudio". Ana María Fuentes (25), por ejemplo, partió en 2018. "Quería motivarme, porque me gusta estudiar, pero muchas veces, y más en este contexto, uno no se anima. Me costó encontrar un partner en la universidad y, con todo esto de la pandemia, aún es así. Y también quería ayudar al resto", resume la estudiante de Ingeniería Comercial en la Universidad Andrés Bello (UNAB) de Viña del Mar, que tiene más de 19 mil seguidores en su red social. Más que artículos de papelería, que es lo común en el contenido de los studygramers, Fuentes decidió comenzar a compartir archivos digitales para que sus seguidores pudieran hacer buenos apuntes y libros vinculados a la carrera. "Conocí a otros que hacían studygram y ahí me decidí a dar el salto y a cambiar mi contenido", resume ella. A su cuenta llegan muchos estudiantes de Ingeniería Comercial, algunos buscan artículos de papelería, dice, pero también quienes piensan que compartirá sus apuntes exactos de clases. "No tengo problemas con eso, pero cada universidad tiene su propio programa, y  no le puedo decir a alguien que a mí me lo enseñaron así y así", dice Fuentes. "Me gusta pensar que ayudo a la gente, que les entrego motivación en base a mi historia, para continuar estudiando.", añade. Además, dice que una de las grandes motivaciones para esta tendencia es que los mismos dueños de estos perfiles buscan la propia motivación para el estudio. Así como ella, hay otros que generan contenido vinculado a otras áreas, como Nutrición, Medicina o Pedagogía, entre otros. Hay studygramers que comparten videos o fotos para realizar apuntes más atractivos, los que le hablan a sus pares de carreras universitarias y quienes generan contenido relacionado a los idiomas. Trinidad Jerez (25), es Licenciada en Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile y, desde hace unos años, tiene una cuenta en Instagram orientada a entregar tips para quienes quieran aprender japonés. Dice que nunca quiso dedicarse realmente a la pedagogía y comenzó a tantear terreno en las redes sociales. Tras la universidad, hizo una especialización como community manager y creó varias cuentas en Instagram. El de japonés es solo una de ellas. "Como siempre me han gustado los idiomas, particularmente esta cuenta era la que usaba para estudiar, porque quería aprender japonés", relata. Cada vez que aprendía una palabra o algo nuevo con respecto a la lengua nipona, hacía un post para la red social. Un día, dice, decidió cambiar la estética de sus publicaciones y el aspecto visual en general de la cuenta. Esa cuenta, que era la que tenía menos seguidores, pasó de tener veinte "Me gusta" a 600 y ya son cerca de 24 mil followers. En su perfil se pueden encontrar distintos recursos para el estudio del idioma, como guías de caligrafía, ejercicios, dictados, libros de texto, ensayos para los distintos exámenes internacionales de la lengua, consejos para el aprendizaje autodidacta, vocabulario, entre otros. Sobre el studygram, dice que "motiva ver un apunte lindo y que a la gente le guste. Además, como a uno le puede ir bien en el estudio, los mismos usuarios quieren que a ellos les vaya bien". Además, dice que este tipo de cuentas ayudan a acercar a personas que estén en la misma situación. "Antes no conocía a nadie que estudiara japonés. Y ahora me doy cuenta que hay muchos interesados y que aprenden conmigo. Hay gente que sabe menos que yo, y quienes saben más, por lo que también aprendo", añade.

Preuniversitarios online

Alejandra Falabella, doctora en Sociología de la Educación de la Universidad de Londres, dice que internet, en el contexto actual, se ha vuelto la herramienta ideal al momento de hablar de educación y conocimiento. “Debiera ser un derecho para todos, porque es como uno accede a las redes de conocimiento. En cuanto permites ese acceso, el conocimiento es público”, plantea la también miembro del cuerpo académico del Doctorado en Educación que realizan la Universidad Alberto Hurtado junto a la Universidad Diego Portales. Destaca que, como en el caso de algunos que hacen studygram, se comparte contenido vinculado a la escritura manual y se puede potenciar el aprendizaje. “Escribir a mano alzada es importante y, con todo lo digital, a veces se nos olvida que el ejercicio del lápiz y el papel es importante, porque cognitivamente aprendes de forma distinta”, afirma. Ana María Fuentes, la studygram con 19 mil seguidores, dice que hay sitios web donde los estudiantes pueden conectarse, prender su cámara y apagar el micrófono, para generar un ambiente similar al de una biblioteca o al interactuar con los compañeros de carrera. Falabella suma que ese detalle es uno de los que los alumnos extrañan: el espacio de socialización. “La escuela y universidad son espacios para ello, para generar identidad y relación entre pares y de desarrollo de distintas etapas. Todo ese espacio se perdió”, comenta. Sobre la tendencia, dice que es la constatación de que el conocimiento ya no está sujeto a un profesor, “como en la educación antigua, y hoy los productores del conocimiento y enseñanza somos todos e internet lo hace más democrático”. Con los estudiantes obligados a estar desde casa y con la Prueba de Transición (PTU) en preparación, los preuniversitarios impulsaron programas en línea, para así alistar a los escolares. Universidades como

,

y

lanzaron iniciativas gratuitas para apoyar a los escolares en el proceso de preparación para la prueba. Otras, como Puntaje Nacional, llevan 12. Sebastián Arancibia, CEO y cofundador de Open Green Road, empresa de tecnología de la educación desarrolladora de iniciativas como

y Aprendo Libre, cuenta que en 2020 tuvieron 180 mil alumnos. Con respecto a años anteriores, el crecimiento ha ido progresivo. Por ejemplo, el peak de 2019 fue en agosto, con 57 mil usuarios únicos. Para agosto de 2020 fueron 83 mil estudiantes. Solo en abril de este año llevan 84 mil 400 usuarios únicos. En su plataforma gratuita, los estudiantes pueden formar parte de una comunidad, donde hacen preguntas y se responden sus dudas; se realizan ensayos para la PTU, donde pueden hacer pruebas libremente y descargarlas e imprimirlas; clases en vivo y videos de clases pasadas o una biblioteca de recursos para estudiar la distintas materias. La empresa, que factura cerca de US$3 millones al año, tiene presencia en México, Chile, Colombia y este año planean expandirse a Brasil. Para asegurar que su modelo se mantenga gratuito, tienen distintas modalidades para sostenerse. Una de ellas, explica Arancibia, es el cobro a los colegios, con quienes tienen un acuerdo para entregar analíticas de sus alumnos y así ayudarlos a mejorar en determinadas áreas. Actualmente trabajan con 550 instituciones en Chile. En los otros dos países tienen un estimado cercano a otros 200. También cobran a universidades por aparecer en una sección de carreras universitarias que tienen en el sitio y trabajan en soluciones tecnológicas y de educación para diversas instituciones. Una de ellas es el College World, “el DEMRE de Estados Unidos”, y por el cual reciben una mensualidad por el servicio prestado, porque “la prueba oficial para México es una plataforma nuestra”. “A veces dicen que los alumnos no quieren aprender o estudiar, pero solo se aburren. Hay que encontrar la forma de llegar a ellos e internet permite llevar el conocimiento de distintas formas”, dice el ingeniero y añade que “hay mucha hambre por estudiar, pero hay que llegar de la forma correcta”. Sobre el studygram, hace una analogía: “Muchas veces, en el cine, un crítico apunta negativamente a los blockbusters y acusan que eso no es cine real, pero ¿qué pasa si eso te ayuda a llevar al público a las salas y se interesan realmente? Es lo mismo”. Por eso plantea que el esfuerzo del studygram y de quienes hacen guías, "es un muy buen trabajo”.

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