Política

Jara compromete cambios programáticos con foco en reactivación económica y colaboración público-privada

Aunque la abanderada comunista logró imponerse con un triunfo contundente, lo hizo en un escenario con baja participación y con el oficialismo herido. La carrera, reconocen en su equipo, está cuesta arriba, por lo que tendrá que hacer varios gestos para sumar a sectores moderados. Por lo pronto, espera anunciar la suspensión de su militancia y empujar cambios en la directiva de su partido para evitar flancos.

Jara compromete cambios programáticos con foco en reactivación económica y colaboración público-privada JONNATHAN OYARZUN/ATON CHILE

Sonriente. Así llegó Jeannette Jara -junto a su pareja Claudio Rodríguez- a su comando, ubicado en la calle Cumming, en la comuna de Santiago. La abanderada comunista arribó a las 17.18, cuando ya habían empezado los conteos en Magallanes que, a esas alturas, la mostraban con ventaja en relación a sus contendores Carolina Tohá, Gonzalo Winter y Jaime Mulet.

A las afueras del lugar, poco a poco, comenzaron a llegar dirigentes y personas que se aglomeraron por los alrededores del sector. Ahí se instaló un escenario y una pantalla, que reproducía una playlist de Los Prisioneros. Poco a poco el ambiente de júbilo se comenzó a esparcir entre los adherentes.

Jara siguió el conteo de votos en el segundo piso de las instalaciones, donde estuvo acompañada de Rodríguez y la cúpula comunista, entre ellos, el presidente del PC, Lautaro Carmona; y la secretaria general, Bárbara Figueroa.

En el primer piso del lugar, en tanto, se agruparon algunos de sus voceros como la diputada Ana María Gazmuri. “¡Se siente con fuerza, Jara Presidenta!”, comenzó a escucharse pasadas las 18.21, cuando el conteo de votos ya iba avanzando y la abanderada comunista había consolidado su triunfo.

A esa misma hora arribaron en el comando los ministros Nicolás Cataldo (Educación) y Jaime Gajardo (Justicia), ambos militantes del PC. “La tendencia indica que nuestra candidata está encabezando”, aseguró Carmona, a las 18.30.

A las 18.36, el Servicio Electoral (Servel), entregó su primer cómputo. Con el 13% de las mesas escrutadas, Jara iba arrasando con el 59,03% de los votos, mientras que Tohá figuraba con 28,84%, Winter con 9,23% y Mulet con 2,90%.

Al rato después, un segundo conteo la dio por ganadora y en el comando empezaron a celebrar abiertamente. La exministra del Trabajo no escondió su felicidad mientras recibía abrazos de los presentes.

A las 18.52, Bárbara Figueroa, quien además es su jefa de campaña, realizó un punto de prensa, en el cual dio por triunfadora a la abanderada comunista. “Ahora viene la tarea más significativa que es convocar a las grandes mayorías, al resto de los candidatos, sus comandos. Ese es el desafío principal”, sostuvo.

A esas alturas, Jara ya preparaba su discurso junto a Darío Quiroga, uno de sus principales orejeros, con quien determinó que hablaría después que lo hicieran todos los otros candidatos.

A las 20.48, la carta PC -flanqueada por varios dirigentes, entre ellos Carmona y el derrotado Gonzalo Winter- se refirió a su holgado triunfo. “Quiero partir diciéndoles que hoy vengo a ofrecer mi corazón... mi corazón de mujer chilena“, partió diciendo Jara.

Además, recordó su origen de familia humilde y aseguró que “no dejen de soñar y que nadie les diga que sus sueños son imposibles”.

La exministra además agradeció a todos los partidos del Socialismo Democrático, al Frente Amplio y valoró también a la expresidenta Michelle Bachelet. “Las diferencias no son un problema, son una oportunidad”, sostuvo.

Pero Jara no solo se quedó ahí, sino que también profundizó en lo que será su campaña, comprometió sumar a los distintos sectores y cambios a su programa de gobierno. “A partir de mañana nos toca construir el programa que le propondremos a Chile, y los necesitamos a todos”, indicó.

En esa línea, la exministra aseguró que “pondré al centro de mis esfuerzos es el de impulsar el crecimiento económico del país: un crecimiento económico que nos posicione a la vanguardia de los mercados internacionales (...), un crecimiento económico que entiende que para ser sostenible económicamente tiene también que ser sostenible medioambientalmente, y acá ninguna empresa, de ningún tamaño ni sector económico se nos puede quedar atrás: empresas más eficientes son empresas más competitivas, y esas son las empresas que le hacen bien a Chile”.

En esa línea, afirmó que “he aprendido que sacamos lo mejor de nosotros cuando el sector público y privado colaboramos codo a codo en pos de objetivos comunes y mi compromiso aquí es uno: alcanzar un crecimiento económico que haga que la riqueza del país llegue a la casa de todas las familias de Chile”.

La otrora titular del Trabajo, en medio de las críticas que recibió por las posturas de ella y su partido sobre Cuba y Venezuela, agregó que “no quiero a Chile subordinado a gobiernos extranjeros ni modelos extremos, por eso mantendré una política internacional basada en la independencia y el multilateralismo, defensora de los DD.HH. en cualquier lugar del mundo donde se violen, en línea con lo que ha sido nuestra tradición como Estado”.

Finalmente, Jara apuntó a sus adversarios en la derecha. “Enfrentamos un escenario de ascenso de los populismos de ultraderecha en el mundo, esos que creen que hablando más fuerte, gritando o insultando al resto, se solucionan los problemas que ellos mismos crearon. Nuestro país no es la excepción”, dijo.

Un poco antes, a las 19.37, a través de su cuenta de X, Jara aseguró que “frente a la amenaza de la extrema derecha, respondemos con unidad, diálogo y esperanza.”.

Y aunque Jara logró imponerse con holgura y con un triunfo contundente, lo cierto es que lo hizo no en el mejor de los escenarios: con una baja participación, que alcanzó -hasta el cierre de esta edición- un poco más de 1,4 millones de votos, menos de lo que logró solo el PC y el Frente Amplio en los comicios de 2021, donde solo esos dos partidos consiguieron movilizar un poco más de 1,7 millones de votos.

La poca votación incluso, alimentó las expectativas en la derecha de que sean dos candidatos de su sector los que pasen a la segunda vuelta presidencial, por lo que el desafío de Jara será mayor.

Esto, en un contexto donde la exministra del Trabajo tendrá que administrar las heridas que dejó la campaña en el oficialismo -donde algunos ya acusan que hubo un diseño para perjudicar a Carolina Tohá- y embarcar a los sectores de centro a su candidatura.

Por lo mismo, en el oficialismo esperan que ella haga varios gestos y concesiones para amarrar apoyos.

Los días previos

Y es que si bien en los últimos días, Jara empezó a asentar la idea de ganar en los comicios, lo cierto es que en un inicio su apuesta era, en el mejor de los casos, obtener el segundo lugar. Disputar ese sitial para la exministra del Trabajo ya era suficiente. Incluso, ella misma reconoció, en entrevista con La Tercera, que “ni siquiera me esperaba ser candidata a las primarias. Y lo soy. Entonces, me sorprendo cada día de las cosas que van pasando”.

En su círculo más íntimo transmiten que Jara se embarcó en la idea de ser la abanderada comunista para evitar que el exalcalde Daniel Jadue fuera la carta presidencial del PC. Esto, porque consideraba que Jadue, al estar formalizado por el caso Farmacias Populares, le haría un daño a la colectividad.

De hecho, su primer desafío fue amarrar los apoyos internos en un escenario en que tuvo que remar a contrapelo de lo que quería el presidente de su partido, Lautaro Carmona. El líder comunista en la interna empujó el nombre del exjefe comunal, sin embargo, no tuvo éxito.

Carmona además se transformó en la piedra del zapato de Jara durante toda la campaña. En más de una ocasión, sus declaraciones generaron flancos para la exministra, quien tuvo que salir a desmarcarse. El timonel PC instaló en la agenda pública debates en temas como Cuba, Venezuela, el rol de Jadue en su campaña y un nuevo proceso constitucional que pusieron a Jara en aprietos y desataron su molestia.

Ella rápidamente tomó distancia en más de una ocasión. Esto, porque todas esas intervenciones iban en línea contrario a su diseño de mostrarse como una candidata transversal y no de nicho, que responda a temáticas tradicionales del PC.

Con el triunfo en su bolsillo, Jara sabe que su partido seguirá siendo un flanco con el que debe lidiar, donde una de sus aliadas es Bárbara Figueroa. Por lo mismo, sabe que es un asunto en el que debe tomar decisiones.

Para evitar replicar estas complicaciones de cara a la primera vuelta presidencial, Jara está dispuesta a empujar un reordenamiento de fuerzas en el PC con el que, incluso, analiza empujar remover a Carmona de la presidencia comunista.

Sabe que un movimiento de ese tipo generará resistencia en algunos sectores del partido, sin embargo, hay una premisa que tiene sobre la mesa: su liderazgo está en una posición de privilegio, por lo que tendrá más poder para empujar un cambio de ese tipo.

De todas formas, varios comunistas advierten que ese camino no es sencillo, porque podría generarse una revuelta interna que le abra un flanco mayor. Por lo mismo, lo que sí sería más viable es que Carmona pase a una segunda línea en la contienda electoral y que se le pida moderar su tono.

La exministra además tiene otro desafío: sumar al resto de las fuerzas oficialistas a su comando, donde para ella es clave que el Partido Socialista tenga un rol protagónico. Además, tiene un desafío mayor: convocar a la DC y a otros sectores de centro.

Para eso, tiene otro diseño pensado: dar una señal y plantear públicamente la suspensión de su militancia. Una figura legal que en Chile no existe, pero que busca que sea un gesto simbólico para ampliar el espectro electoral.

De hecho, fue ella misma quien planteó -en abril pasado- la idea de renunciar a la colectividad. Una intervención que desató duras críticas en el propio PC, como por ejemplo de la diputada Carmen Hertz, quien acusó .

Aunque la extitular del Trabajo después se retractó y retrocedió de su idea, lo cierto es que en su comando sigue estando sobre la mesa esa propuesta. En su equipo, de hecho, esperan que sea la DC la que le pida el gesto a cambio de apoyarla como abanderada presidencial.

No se trata de una fórmula inédita, ya que, con la intención de abrazar a la mayor cantidad de actores posibles, también la han usado en el pasado presidentes como Patricio Aylwin, con la DC. Esto último fue recordado por Laura Albornoz, ex-DC que integra el comando de Jara.

Candidatura resistida

A comienzos de este año, Jara no se veía como candidata del PC. Ella misma dijo, en más de una ocasión, que su meta era aprobar la reforma de pensiones e implementarla durante el gobierno del Presidente Gabriel Boric.

Sin embargo, cuando vio que Jadue asomó como opción presidencial, la entonces ministra -empujada también por sus cercanos- se motivó y asumió la competencia. Pero el camino no fue fácil.

Cuando La Tercera dio cuenta, a comienzos de febrero, de la disputa que se avecinaba entre Jara y Jadue, dicha pugna solo creció, a tal punto que en la interna del PC se difundió una minuta en la que se trataba a la entonces ministra de “socialdemócrata”.

Luego, en marzo y abril, se llegaron a hacer dos comités centrales -96 integrantes- para definir el nombre del partido para la primaria.

Entre medio la comisión política, la cúpula del PC acordó proponer el nombre de Jara y evitar abrir la votación al comité central, para así evitar un desangramiento interno como el que se vivió cuando Bárbara Figueroa se impuso ante Karol Cariola y ganó la secretaría general.

Ahí Jara recién pudo respirar. Dos días después, cuando Boric regresó de un viaje a la India, la PC renunció y formalizó la aventura presidencial. Esta tampoco fue fácil, pues inició la carrera sin ser la favorita. De hecho, los analistas la ubicaron en un tercer lugar, por detrás de Carolina Tohá (PPD) y Gonzalo Winter (FA).

En esa posición se mantuvo hasta las primeras dos semanas de mayo, cuando Jara recién formalizó a los integrantes de su comando: Figueroa como generalísima y Daniel Núñez como estratega.

Hasta ese momento estaba trabajando con algunos de los comunistas más cercanos a ella, quienes ejercieron como orejeros el resto de la campaña. Ahí están la jefa de gabinete de Camila Vallejo, Susana González, y el subdirector de la Secom, Sebastián Fierro. Jara también mantuvo contacto con la propia vocera del gobierno, quien empujó su candidatura en las fechas de definición.

A inicios de mayo, Jara marcaba solo un 5% en las encuestas. Con la formalización de su equipo, y estudios en mano, la exministra diseñó su campaña en cuatro ejes: robarle electorado a Winter, conquistar el público mayor de Tohá, fidelizar el voto de base PC y, al mismo tiempo, tomar distancia del ala más dura del comunismo, para así dar señales a los sectores de centro y centroizquierda.

En el comando dicen que a ese diseño de campaña lo beneficiaron los errores no forzados de Tohá y Winter, quienes se enfrascaron en férreas disputas públicas, dejando el camino despejado para el avance de Jara.

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