A pesar de despliegue de última hora, La Moneda no logra salvar a Pardow
Pasadas las 9.30 ya estaban en la Cámara, los ministros Elizalde (PS), Lobos (indep.), Grau (Frente Amplio) y Delpiano (PPD). La titular de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo (PC), fue una de las últimas en llegar para tratar de dar vuelta el resultado adverso. Finalmente el libelo se aprobó por 80 votos a favor, 39 en contra y 16 abstenciones.

Aunque la suerte del exministro de Energía, Diego Pardow, ya estaba echada al menos hace dos semanas, casi todos los ministros del comité político llegaron temprano al Congreso para acompañar a su excompañero de gabinete en el juicio constitucional iniciado en su contra por la oposición.
La acusación constitucional contra Pardow fue presentada por todas las bancadas de oposición (UDI, RN, libertarios, Evópoli, republicanos, socialcristiano, demócratas, amarillos y el PDG) a raíz de su responsabilidad política en el error metodológico que aplicó un doble cobro inflacionario en las cuentas de la luz. A ello se le sumó, además, el problema de Transelec en 2024, que alertó un en octubre de 2024 un error en la valorización de sus activos, que también incidió en un alza de las tarifas.
Todos estos antecedentes, que tocaban un área extremadamente sensible para la ciudadanía, hacían de este proceso uno de los casos más complicados para La Moneda.
El resultado final así lo demostró: 80 votos a favor, 39 en contra y 16 abstenciones.
A la oposición le bastaba tener asistencia completa, 75 votos, y sumar dos votos a favor de aliados del gobierno, para aprobar el escrito y transformar a Pardow en el primero de las 8 autoridades del gobierno de Boric que es acusado oficialmente por la Cámara.
El escenario para el exministro era complicado porque, ya incluso antes de las elecciones, pues una veintena de diputados afines al Ejecutivo estaban por aprobar la acusación. Incluso bastaba que solo tres de ellos se ausentasen para que el libelo pasara a manos del Senado, que ahora se constituirá en jurado para resolver si finalmente el extitular de Energía queda inhabilitado de ejercer cargos públicos por cinco, independientemente de que el Presidente Boric ya le haya pedido la renuncia por su responsabilidad política en este escándalo.
Pasadas las 9.30 ya estaban en la Cámara, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde (PS) y sus partes de la Secretaría General de la Presidencia, Macarena Lobos (indep.); de Hacienda, Nicolás Grau (Frente Amplio); y de Defensa, Adriana Delpiano (PPD). La titular de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo (PC), fue una de las últimas en llegar.
La decisión del Ejecutivo era mostrar que, al menos, un militante de las principales colectividades del gobierno estuviera en la sala para dar una respaldo simbólico a Pardow y desplegarse para convencer a indecisos y dar vuelta a quienes ya se habían manifestado a favor del libelo.
Aunque la ministra de la Mujer, Antonia Orellana (Frente Amplio) fue la única integrante del comité político en no apersonarse en el hemiciclo, en el mismo gobierno justificaban su ausencia por el hecho de que el frenteamplismo gubernamental ya estaba representado por Grau y tenía una actividad en Santiago sobre Sala Cuna.
Orellana optó por desarrollar otra agenda en la mañana. Primero asistió sobre cuidados y llegó al Congreso pasado el mediodía para participar de una sesión de la Comisión de Trabajo del Senado, donde se está discutiendo el proyecto sobre de sala cuna. Para el gobierno, la prioridad era orientar el trabajo de los ministros a la defensa de iniciativas emblemáticas antes que sumarse a los cabildeos, que , presuntamente, con los cuatro secretarios de Estado desplegados ya era suficiente.
Aún así, a pesar de que Pardow es militante del Frente Amplio, en las filas de este partido el ambiente no estaba tranquilo. A pesar de que diputados frenteamplistas aseguraban que rechazarían el libelo, igualmente admitían tener una visión crítica a la gestión del Ministerio de Energía.
Al margen de la ausencia de Orellana, para el gobierno era más importante el papel de la ministra Vallejo (PC), quien según algunas fuentes gubernamentales, se había mostrado reticente a hacer vocerías en apoyo al acusado.
En el Partido Comunista el ambiente estaba particularmente revuelto, con señales a favor de la acusación y declaraciones desestimando la presentación. Esa zigzagueante postura era muestra de que no había claridad respecto de cómo votar.
Sin embargo, mayoritariamente el PC decidió rechazar. Incluso, para el caso de la diputada Karol Cariola, quien siempre fue la más crítica de la gestión de Pardow, se encontró una salida alternativa: hoy figuraba como pareada con el jefe de bancada de los libertarios, Cristián Labbé, por lo tanto, con ello se marginaba de la votación.
El grupo PPD-Independiente era otro flanco complicado. Cuando comenzó la sesión, la ministra Delpiano se acercó a conversar con el diputado Raúl Soto (PPD), uno de los que estaba en duda, pero más inclinado para aprobar la acusación. En este comité, que integra a nueve legisladores, había al menos tres apoyos declarados al libelo (Jaime Araya, Carlos Bianchi y Camila Musante) y tres dispuestos a votar en contra. Los tres restantes estaban en duda. A la hora de las intervenciones, la diputada Musante no despejó las dudas. Si bien criticó a Pardow, no fijó cómo sería su voto definitivo o el de su bancada.
Durante la mañana, en todo caso, la ministra Lobos era una de las más activas. Sostuvo conversaciones con legisladores liberales, radicales y democratacristianos que mayoritariamente estaban a favor del libelo. La secretaria de Estado, en todo caso, ya venía realizando gestiones desde inicios de semana, lo que sirvió para que algunos miembros de estas bancadas cambiaran su voto de aprobación del libelo a una abstención.
En el caso del PS, tarea que le correspondía a Elizalde, ya ayer sus diputados tenían decidido rechazar el libelo o abstenerse , lo que igual beneficiaba al exministro.
Sin bien al cierre de esta edición, el despliegue del comité político acortó las cifras holgadas que tenía la acusación la semana pasada, del orden de 90 a 100 votos a favor, el esfuerzo fue insuficiente para dar vuelta el resultado adverso.
De partida, una contundente señal dio este martes, el diputado Jaime Mulet (Frevs), quien presidió la comisión revisora y dio su voto a favor. Esa decisión la ratificó en la sala.
Su voto, además de otros independientes como René Alinco, Jaime Araya, Carlos Bianchi, Karen Medina, Mónica Arce, Gaspar Rivas, entre otros, dieron la mayoría necesaria a la oposición.
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