Cerca de las 19.00 horas del miércoles de la semana pasada, cuando senadores y funcionarios comenzaban a salir del Congreso, un grupo de dirigentes se preparaba para trabajar.

A una sala de reuniones de la Cámara Alta llegaron representantes de los cuatro partidos del Socialismo Democrático y de la Democracia Cristiana (DC). El objetivo era uno: abordar de qué forma enfrentar la elección parlamentaria de noviembre.

Esto en consideración de que aún no es claro si el sector competirá en los comicios en un solo pacto, como lo ha solicitado el gobierno del Presidente Gabriel Boric, o si se dividirán en dos listas.

Los asistentes fueron el presidente de la DC, Alberto Undurraga; la secretaria nacional de ese partido, Alejandra Krauss, y los secretarios generales del PPD, el Partido Radical y el Partido Liberal: José Toro, Lorenna Saldías y Anahís Castañeda, respectivamente. También llegaron Bartolomé Reus (Partido Liberal), Gonzalo Bascuñán (Partido Radical) y el exvicepresidente del Partido Socialista (PS) Eduardo Bermúdez, quien, pese a que ya no es parte de la directiva, mantiene un activo rol dentro de la colectividad.

Además hubo un participante especial: el exsenador Guido Girardi (PPD). Él ha sido uno de los principales articuladores de la idea de una lista parlamentaria que reagrupe al Socialismo Democrático con la DC.

La conversación entre los dirigentes, quienes se habían reunido previamente en mayo, ha sido franca. Desde un comienzo la DC hizo ver que para mantener este tipo de encuentros es necesario trabajar sobre la base de que el sector se dividirá en dos listas parlamentarias.

Para Undurraga es una línea roja volver a pactar con el Partido Comunista (PC). El diputado ha argumentado que entre su colectividad y la que encabeza Lautaro Carmona hay diferencias significativas, como en lo que se refiere a relaciones internacionales y economía.

En la primera reunión, además, Bermúdez hizo presente que tanto su partido como el PPD hoy tienen una responsabilidad mayor. Esto debido a que el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, es socialista, mientras que la candidata presidencial del Socialismo Democrático, Carolina Tohá, es militante PPD. En ese sentido, el dirigente sostuvo que, por ahora, no plantearán públicamente la viabilidad de una segunda lista, para evitarles problemas a ellos.

El comentario de Bermúdez respondió a que, de manera insistente, el Presidente Boric ha enfatizado en la necesidad de integrar una lista parlamentaria única y amplia. Ese fue el mensaje que entregó a su alianza en el último encuentro oficialista en el Palacio Presidencial de Cerro Castillo, en Viña del Mar, el martes de la semana pasada.

Ahí, con presidentes de partido y jefes de bancadas parlamentarias presentes, el Mandatario remarcó que una lista única es un imperativo. En esa ocasión, de forma inédita, participaron dos representantes de la DC: el diputado Eric Aedo y la senadora Yasna Provoste.

El mensaje fue reforzado el domingo por el ministro Elizalde. En entrevista con La Tercera, el expresidente del PS sostuvo que “la lista unitaria o única tiene por objeto, en primer lugar, optimizar el resultado electoral. Si los partidos quieren tener candidatos, pueden promover muchas listas, pero si los partidos quieren tener parlamentarios electos, la unidad es fundamental. Y, adicionalmente, a nosotros nos parece necesario constituir una fuerza amplia para enfrentar los desafíos que tiene la sociedad chilena en el futuro”.

Además, el ministro del Interior planteó que “estamos instando a los partidos del oficialismo para trabajar con ese objetivo. El Presidente fue explícito en la reunión de Cerro Castillo y a mí cada vez que se me ha consultado públicamente también he sido explícito”.

Desde el Socialismo Democrático explican que ellos quisieron tener este acercamiento con la DC en consideración de que los ocho secretarios generales del oficialismo se han juntado de forma periódica para abordar la elección parlamentaria, pero con la Falange al margen. Por lo mismo, consideran necesario sentarse a la mesa con ellos y conocer sus aspiraciones.

Las colectividades que se han reunido en el Senado han optado por conversaciones que, por el momento, no abarquen más partidos. En particular, según reconocen en el Socialismo Democrático, se ha evitado involucrar a Acción Humanista y a los regionalistas verdes, tiendas que apenas tienen dos diputados en la Cámara y que, por lo mismo, deben ser ambiciosos en la negociación si es que quieren sobrevivir.

Además, al interior del oficialismo existe malestar con los regionalistas verdes por su comportamiento en las elecciones municipales y regionales del año pasado. En esa ocasión, ellos presentaron una candidata para competir contra Claudio Orrego por la Gobernación Metropolitana, cuando él era la carta de todo el resto de la alianza.

Y, además, en el Biobío nominaron como candidato a gobernador a Alejandro Navarro. Él se convirtió en uno de los mayores dolores de cabeza de la alianza en el marco de esas elecciones, debido a la cercanía que evidenció con Hugo Chávez y Nicolás Maduro. De hecho, varios dirigentes del sector se desmarcaron y reconocieron que no votarían por él. Al final perdió ampliamente frente a la carta de la derecha, Sergio Giacamán.

Jaime Mulet, el candidato presidencial y líder de los regionalistas verdes, hizo un emplazamiento al oficialismo el fin de semana. “No estamos para hacer arreglines y listas entre cuatro paredes (...). No va a haber lista única. Y lo quiero decir con mucha claridad”, sostuvo.

Previamente, durante el verano, Mulet tuvo acercamientos con la DC, los radicales, los liberales y Acción Humanista para explorar un posible pacto parlamentario, pero esas conversaciones quedaron suspendidas.