Samsung Galaxy Z Flip4: un gran plegable con pocas novedades

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La marca coreana insiste en su familia de teléfonos almeja, la que a pesar de su alto precio ha tenido una buena aceptación. Su cuarta versión, eso sí, aunque funciona muy bien, no muestra grandes diferencias con su predecesora.




Los teléfonos celulares plegables no son ninguna novedad. Al revés: a comienzos de este siglo fueron furor y películas como The Matrix ayudaron aún más a transformarlos en íconos pop. Acaso el zenit de esa generación es el reverenciado Motorola RAZR, que debutó a comienzos del 2004, quizás el modelo más deseado por esos días, hace casi 20 años, bastante antes de la llegada del iPhone (2007) y la era de los smartphones modernos que conocemos hoy.

Desde entonces los avances tecnológicos en los teléfonos móviles se han acelerado progresivamente, aunque lo que no ha cambiado tanto es su diseño: el rectangular formato candy bar se transformó en un estándar absoluto para toda la industria hasta el día de hoy. Pero eso, al fin, está en proceso de cambio.

Al menos en eso ha insistido Samsung desde que comprobaron la posibilidad de doblar el vidrio. O más específicamente, la pantalla. Aferrados a ese chiche se lanzaron con todo a la piscina, para paulatinamente dar no una sino que dos alternativas de tamaño y uso a partir de una pantalla plegable. La experiencia de tener un celular comenzaba a refrescarse.

“Alejandro, ¿crees que los teléfonos plegables tienen futuro?”, me preguntó Hong Sang Jo, presidente y CEO de Samsung para América Latina, hace algunos meses en Barcelona. Sin dudar, le respondí que sí. Que tomaría tiempo, que habría que esperar bajas de precio, modificaciones de diseño y ciertas mejoras, pero que la gente los iba a apreciar a la larga.

Lo comprobé durante este par de semanas de prueba: cada vez que saqué el Flip4 en algún evento social, especialmente durante las Fiestas Patrias, el efecto en los demás fue siempre el mismo: asombro.

El detalle es que, salvo tímidas intentonas de Motorola, al introducir sin mucho bombo una nueva versión de su modelo RAZR el 2020, y de Huawei, que actuó de manera similar cuando lanzó su P50 Pocket, Samsung hasta ahora es el único que de verdad se ha atrevido a exponer al público general las bondades que ofrece un celular plegable. Y van en su cuarta generación.

Curiosamente, varias marcas ya tienen sus plegables listos hace rato, pero que lamentablemente han sido lanzados sólo en ciertos mercados. Es el caso de Oppo (Find N), Honor (Magic V) o Xiaomi (Mi Mix Fold). Al parecer, hay demasiada timidez y cautela. No así en Samsung, que presentó hace poco su Samsung Galaxy Z Flip4.

Especificaciones Técnicas

  • Dimensiones: 165.2 x 71.9 x 6.9 mm (abierto) / 84.9 x 71.9 x 15.9-17.1 mm (cerrado)
  • Peso: 187 grs.
  • Pantalla: Dynamic AMOLED 2X plegable de 6.7″ (abierto) y 1.9″ (cerrado), 120Hz de tasa de refresco, HDR10+ y 1200 nits (máx)
  • Procesador: Qualcomm Snapdragon 8+ Gen 1 (4nm)
  • Memoria: 8 GB RAM
  • Almacenamiento: hasta 512 GB
  • Cámara trasera: 12 MP, f/1.8, 24mm (gran angular) / 12 MP, f/2.2, 123˚ (ultra gran angular)
  • Cámara frontal: 10 MP, f/2.4, 26mm
  • Batería: 3.700 mAh (con carga rápida de 25 watts e inalámbrica)
  • Sistema operativo: Android 12 (con capa UI 4.1)

Liviano, compacto, bonito

No mentiré: lo primero que me llamó poderosamente la atención fue lo delgada de la caja. Y claro, dentro solo venía el celular y el apartado de cartón donde se incluye el manual de referencia, la garantía, la uñeta para abrir el puerto SIM del aparato y un cable USB-C enrollado. Nada más. Para variar, el cargador no viene incluido: no es algo nuevo y otros fabricantes, como Apple, también lo están haciendo hace rato.

La excusa es el discurso de reducir los embalajes y la chatarra tecnológica, algo que se entiende, pero me pregunto qué pasa con un usuario que por primera vez compra un celular Samsung. Seguramente tendrá por ahí un viejo cargador USB, pero eso está lejos de ser lo ideal, debido a los pocos watts que estos tienen. ¿Es necesario comprar el enchufe aparte, entonces? No lo sabemos, pero seguramente sí, en especial si queremos gozar de cargas más rápidas y eficientes.

Pero sigamos con la caja. El Flip4 viene extendido; es decir, la almeja aparece abierta. Pero inmediatamente al sacarlo se procede a cerrarlo, operación que, con algo de práctica, puede ser realizada solo con una mano, aunque no es lo más cómodo.

Cerrado, el teléfono adopta una forma casi cuadrada, con bordes redondeados, especialmente en sus esquinas inferiores. Por el otro, tenemos el módulo que abarca todo el ancho del aparato, poco más de un tercio, incluye la pantalla con los dos lentes fotográficos principales y, justo arriba del modelo, en la continuación de la parte morada, el pequeño sensor de flash. Al medio, tenemos una robusta bisagra, que soporta hasta 200 mil pliegues (según el fabricante) con la marca engravada al medio. Bonito.

Al costado derecho, en la mitad superior está el botón de encendido, con lector biométrico, y los botones de volumen. Al otro lado tenemos las antenas y el puerto de entrada para tarjetas SIM (¿cuándo las eSIM?).

Diseño y apariencia casi idénticas a su antecesor

Cerrado y en una mano, el Flip4 es sorprendentemente liviano (187 gramos, es decir cuatro gramos más pesado que el anterior) y cómodo de trasladar. Se siente seguro con la mano cerrada y la facilidad con la que se puede meter al bolsillo de un pantalón, chaqueta o bolso no tiene comparación. Es compacto, ligero, ultra portable y resistente al agua (por su certificación IPX8 aguanta hasta 30 minutos a 1.5 metros bajo el agua). Es el primer gran punto a favor: en optimización de diseño Samsung claramente aprendió de sus iteraciones anteriores y ha hecho la pega. Hay mejoras aunque no mucha novedad.

Personalmente me tocó para analizar un modelo color lavanda (bora purple), pero el Flip4 viene también en colores gris, pink gold y celeste, una gama claramente orientada a los colores más pasteles y suaves. Elegantes, podríamos agregar, aunque finalmente las diferencias con el modelo anterior, lanzado el año pasado, no se sienten tan radicales. Al contrario.

Donde sí hay algunos cambios es en la pantalla de información o cover screen, que sigue siendo AMOLED y mantiene sus 1.9 pulgadas de tamaño. Esta se ubica por la parte externa del teléfono y entrega información mientras está cerrado: ahora ofrece más variedad de contenido y personalización. Su sistema de notificaciones táctiles es muy similar al de sus relojes, así que quienes usen wearables de la marca estarán familiarizados con la dinámica. También se pueden contestar llamadas y acceder a widgets como alarmas, calendario, control de música, YouTube y mucho más.

Al abrirlo, tenemos una hermosa, resistente y delgada pantalla de 6.7″, la que permite una fluida experiencia. Ahora, la pregunta del millón: ¿se siente la bisagra en el medio? Claro que sí. De hecho, puede ser un imán para dedos juguetones, ya que es un relieve por el que dan ganas de pasar. Pero esta vez, eso sí, se siente muchísimo más discreto a la vista. En general, prácticamente ni se nota en el uso diario, especialmente con fondos blancos o claros. En cambio, si el usuario gusta de usar modos oscuros (como el suscrito), el pliegue se hace más notorio

Fuera de eso, tenemos la misma pantalla táctil AMOLED 2X tope de línea con HDR10+ y tasa de refresco de 120 Hz del año pasado. Grande y hermosa pantalla, no hay duda, pero con ninguna mejora o diferencia respecto al año anterior. Quizás no sea necesario… por ahora.

Gran rendimiento pero sin novedades

Lo primero, al levantarme al caminar, es sentir el poco espacio que ocupa en los bolsillos, algo que se agradece mucho. Asumo que para el público femenino, que es al que más apunta la serie, la sensación de portabilidad debería ser igual o más conveniente. Pero más allá de una nueva convención en diseño compacto y portabilidad, la principal gracia del aparato es la posibilidad de plegarlo. Además, su chasis de aluminio y su construcción de vidrio (con el resistente Gorilla Glass) hacen que se sienta sumamente agradable a la mano y a la vez muy firme al roce de llaves u otros elementos de bolsillo.

Abierto se ve lindo, delgado y brillante. Con un procesador tope de línea como es el Snapdragon 8+ Gen 1 (actualización de la generación para una versión mejorada), el rendimiento y la fluidez a la hora de hacer correr apps habituales fue maravillosa pero no sorpresiva.

Un detalle por mejorar es la posibilidad de abrir el celular con una mano. Se puede, sí, pero no vamos a decir que es algo fácil de realizar de manera reiterada. Igual, la muy bien diseñada bisagra permite que no se produzcan accidentes indeseados con los dedos.

De hecho, todas las grandes funcionalidades que ofrece el plegado del celular ya las habíamos revisado el año pasado. Pero no es malo tampoco insistir en la extraordinaria funcionalidad y el cambio de hábito que significa ver el celular chiquitito, ocupando casi la mitad del espacio, o cómodamente desplegado.

Desde un apoyo en múltiples ángulos para grabar selfies y videos, con controles que se ubican en la mitad, como también para ver algo en alguna plataforma de streaming, hasta la posibilidad de acceder de manera rápida a notificaciones, sin abrir el teléfono: su versatilidad sigue siendo muy robusta y hace que la pantalla quede siempre donde uno lo desee.

En cuanto a sonido, no diremos que el Flip 4 destaca demasiado. Posee un set de parlantes estéreo pero la potencia solo es suficiente para que el sonido suene bien con apenas un grupo de gente alrededor de una mesa. Otros celulares, incluso de la misma marca, tienen bastante más potencia.

Batería para todo el día y cámaras cumplidoras

Bajo el capó, el teléfono no presenta grandes novedades comparado con el Flip3. Más allá de su procesador recién sacado del horno, su batería es marginalmente más grande que la versión anterior, lo que en conjunto entrega un muy buen rendimiento y performance. Es más, a pesar de que aparentemente la batería se ve pequeña en comparación con otros modelos, el Flip4 aguantó los rigores de uso durante todo el día. Lo bueno es que al cargarlo, mientras está cerrado, la pantalla exterior entrega la información precisa que uno pudiera llegar a necesitar, consiguiendo que la carga sea más eficiente.

Las cámaras tampoco destacan demasiado, aunque hacen la pega. Son los mismos dos lentes de 12 megapíxeles para gran angular y ultra gran angular del Flip3, y tienen todos los modos deseables para momentos específicos. Sus lentes son capaces de capturar videos hasta en 4K@30/60 cuadros por segundo. Muy bien, pero nada especial.

Veredicto Práctico

Pareciera ser que fue hace muchísimos años que los celulares almeja eran una realidad. Claro, las cosas han cambiado y hoy, con la disruptiva posibilidad tecnológica de poder acceder a pantallas plegables y hasta enrollables, la imaginación es el límite.

Y salvo leves mejoras y actualizaciones, el Flip 4 no innova demasiado en su línea, pero al mismo tiempo da la impresión de que tampoco tiene que hacerlo. Hoy es el único y muy probablemente el mejor plegable disponible en el mercado. Por ahora.

Veredicto: ⭐⭐⭐⭐★


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 21 de septiembre de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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