
Desde el conflicto entre los hermanos Schupper a la fallida venta a empresario chino, las causas del cierre de Corona
Sin reuniones de última hora con la banca y con sus accionistas prácticamente resignados, Corona enfrenta el inminente fracaso de su plan de reorganización. A contrarreloj, los hermanos Schupper deben conseguir fondos para evitar la quiebra definitiva de la multitienda fundada hace casi 70 años.
No hay reuniones de última hora con la banca, y los accionistas están prácticamente convencidos de que no lograrán el financiamiento necesario para evitar la liquidación voluntaria de Corona. La histórica multitienda, fundada en 1955 por el inmigrante judío-holandés Leonardo Schupper —quien llegó a Chile tras la Segunda Guerra Mundial—, atraviesa horas decisivas para su futuro.
A contrarreloj, los hermanos Paula, Malú y Herman Schupper, a través de sus asesores financieros, deben reunir $12 mil millones antes del cierre de este lunes 30 de junio. Si fracasan en sus gestiones, la veedora Daniela Camus enviará un informe a la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir), informando el incumplimiento del plan de reorganización, lo que activará formalmente la declaración de quiebra.
Corona emplea a cerca de 1.800 trabajadores en sus 51 tiendas, distribuidas desde Arica hasta Punta Arenas. Actualmente, enfrenta una deuda total de $67 mil millones, siendo sus principales acreedores el Banco Internacional (13,21% del pasivo total, sin considerar obligaciones con empresas relacionadas), Anhui Garments Imp. and Exp. Co. Ltd (6,99%) y Banco de Crédito e Inversiones (BCI), con un 6,80%.
A pesar de los esfuerzos de sus accionistas por salvar la compañía fundada por su padre, la semana pasada los bancos involucrados —Banco Internacional, Banco Security y BCI— comunicaron formalmente que no otorgarán el financiamiento solicitado. Esta negativa resulta especialmente crítica, considerando que el pasado 5 de junio estas mismas entidades habían aprobado una propuesta de reorganización financiera para evitar el colapso de la empresa, que cuenta con más de 70 años de historia.
En ese entonces, cinco acreedores preferentes —Banco Santander-Chile, BCI, Banco Security, Banco Internacional y Penta Vida Compañía de Seguros—, cuyos créditos suman $14.070 millones, habían respaldado el plan de reestructuración.
Esta es la segunda vez en menos de cinco años que Corona pide ayuda a sus acreedores para evitar la quiebra. En 2020, la empresa ya había solicitado una reorganización judicial de sus pasivos, producto de los efectos del estallido social de 2019 y la pandemia. Tras algunos meses, finalmente sus acreedores respaldaron el plan de reestructuración y la firma logró esquivar la quiebra. Sin embargo, la multitienda en octubre de 2024 volvió a acogerse a una reorganización.
Más allá de la falta de financiamiento para la continuidad operacional de la firma, los hermanos Schupper a través de sociedades relacionadas conservan la propiedad de una serie de inmuebles, como Inmobiliaria e Inversiones Don Leonardo Limitada, Doña Selma Inversiones S.A, Inmobiliaria Alef S.A y Amud SpA.
Corona puso en prenda una serie de bienes para evitar la quiebra. Entre ellas sus marcas comerciales: Corona, #CORONALOOK, Corona Mi Solución, Corona... Lo Soluciona, MIO by Corona, Mi Solución Corona, Tarjeta Corona Soluciones Financieras, Tarjeta Corona, Banco Corona, Corona Banco y Corona Corredora de Seguros. Además de dos cuentas corrientes del Banco Internacional y una cuentas por cobrar a Transbank ventas tarjetas de crédito y débito. Los activos descritos, avaluados en su conjunto ascienden en UF 374.253,64.
Razones
Las fuentes consultadas explicaron que al menos tres son las razones por las cuales Multitiendas Corona no ha logrado superar su crisis financiera y hoy se encuentra al borde de la quiebra. Una de ellas es el conflicto entre sus accionistas, quienes, si bien han postergado el cobro de rentas de arrendamiento y otros pasivos relacionados —inyectando en la práctica unos $27 mil millones—, no lograron conseguir el financiamiento para inyectar capital fresco ni alcanzar una fórmula definitiva para sostener a la empresa. Incluso, se planteó la posibilidad de modificar la estructura de propiedad de la compañía, pero esas conversaciones no llegaron a puerto. Esto ha generado un vacío crítico en el financiamiento, dejando a la empresa sin los recursos necesarios para seguir operando con normalidad.
Otro factor determinante ha sido el complejo entorno económico que ha enfrentado Corona en los últimos años. La firma sufrió saqueos masivos durante el estallido social, lo que afectó directamente al 50% de sus tiendas. Luego, con la llegada de la pandemia, debió cerrar el 100% de sus locales durante varios meses, afectando gravemente su operación y sus ingresos. Aunque logró salir adelante tras un proceso de reorganización en 2020, el escenario volvió a empeorar. En los últimos dos años, la caída prolongada del consumo minorista, la inflación acumulada superior al 15% y el aumento sostenido de los costos operacionales —especialmente en arriendos— deterioraron aún más la situación. A esto se suma la falta de acceso al crédito, una condición que ha golpeado a todo el sector, pero que en el caso de Corona ha sido insostenible.
La tercera causa corresponde al fracaso de la negociación para vender la compañía a un inversionista asiático, vinculado a la sociedad Sprint Forest de propiedad del empresario chino Nann Tai Wen. Esta operación fue considerada una posible vía de salvación, pero se vino abajo de forma abrupta por razones ajenas a la empresa: cambios en la política arancelaria entre China y Estados Unidos hicieron desistir al interesado. Tras la caída de esa alternativa, se apostó por estructurar un financiamiento a través de una nueva sociedad —formada por los propios accionistas y respaldada con activos inmobiliarios— por un monto de $22 mil millones. Sin embargo, hasta ahora, esa operación tampoco se ha concretado.
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