Por Maximiliano VillenaFitch y recorte de gasto de US$6 mil millones propuesto por Kast: “Vemos como un reto que se logre en tan poco tiempo”
Irais Pérez, Country Business Leader de Fitch Ratings en Chile, señala que el perfil de riesgo de Chile es estable "independientemente de las políticas de los partidos políticos que pasaron a segunda vuelta". De todos modos planteó respecto de los dos candidatos que van al balotaje: "Queremos ver qué hay detrás para que se concreten sus propuestas".

En septiembre de este año, Fitch Rating ratificó la nota soberana de Chile en A- y señaló que no anticipaba demasiados cambios para la situación del país tras las elecciones presidenciales y parlamentarias realizadas este mes. Ahora, de cara a la segunda vuelta del próximo 14 de diciembre, mantienen esa posición.
Así lo sostiene Irais Pérez, Country Business Leader de Fitch Ratings en Chile, quien aclara que “no hay una correlación entre los resultados de la primera vuelta con la nota de Chile, porque la clasificadora evalúa los fundamentales y cuál podría ser el potencial impacto de ciertas reformas”.
En esa línea, explica que “algo que es muy importante resaltar, es que el perfil de riesgo de Chile es estable, independientemente de las políticas que tengan en sus programas los partidos que pasaron a segunda vuelta”.
Fitch mantiene a Chile con una nota A- desde 2020, cuando la recortaron un escalón. Ese mismo año S&P redujo la clasificación desde A+ a A, mientras que en 2022 Moody’s la bajó de A1 a A2.
Uno de los aspectos que Pérez destaca en la nota de Chile es la gobernanza, donde el país es uno de los “mejor clasificado por diferentes factores, como estabilidad política y un historial de transiciones políticas estables y pacíficas, que es sumamente importante. También tiene una sólida capacidad institucional, un Estado de Derecho efectivo, un bajo nivel de corrupción. Entre los países en Latinoamérica, es de los mejores clasificados en este ítem”.
En septiembre, cuando ratificaron la clasificación de Chile, mencionaron que era difícil que hubiese grandes cambios en las macrotendencias del país, independiente de quién ganara en primera vuelta.
-Seguimos manteniendo esa posición. Chile ha tenido mucha prudencia en el tema fiscal, aunque internamente parezca que debe haber ajustes. Los debe haber porque quisiéramos ver una reducción de la relación deuda/PIB y un incremento en el crecimiento, y para esto se necesitan reformas estructurales.
¿Cuál es el nivel de deuda que debiera tener el país?
-Hoy la deuda de Chile está en el orden de 42% del PIB, cifra que está por debajo de la media de los pares en su categoría de riesgo, por ese lado es positivo. Pero lo que vemos que tendría que mejorar, es que este ratio se ha duplicado en los últimos 10 años, cuando se encontraba en torno al 20%-21%. Es importante resaltar la tendencia. El 42%, en términos abstractos, está por debajo de la clasificación que ostenta Chile, pero la tendencia va al alza y pronosticamos que esta se va a incrementar el próximo año hacia un 43%. Ahí debe haber un foco.
¿Cuál es la media de la deuda los pares en esta clasificación?
-En algunos países están por arriba del 45%, la mediana es el 57%. Ahí se puede apreciar la diferencia respecto a los demás.
Ustedes mencionaron en septiembre el bajo crecimiento del PIB per cápita como un elemento a mejorar. ¿Qué medidas estructurales se pueden tomar para ello?
-En el tema del crecimiento son sumamente relevantes todas las reformas económicas, por ejemplo, agilizar permisos, reducir los cuellos de botellas administrativos y, sobre todo, incentivar la inversión.
¿El programa del candidato de derecha, José Antonio Kast, cumple con eso?
-Necesitamos verlo, y aquí voy a citar a nuestro analista soberano Richard Francis, quien en un entrevista señaló que ‘ser candidato es diferente a ser presidente’. Hay un tema que debemos tener en cuenta que es el Congreso: como hoy está conformado, puede tener un lado negativo donde quizás puede tener cierta resistencia a iniciativas de cualquiera de los dos candidatos, o puede tener un lado positivo donde podría tender hacia un balance.
¿Es viable el recorte presupuestario de US$6.000 millones que ha propuesto el candidato Kast?
-Vemos como un reto que se logre en tan poco tiempo. Esto podría ser de manera gradual porque hay muchos factores alrededor del recorte. Por un lado está el recorte que implementaría, pero recordemos que en la consolidación fiscal estamos viendo ingresos contra gastos. Si hay un recorte, también podría haber un detrimento en el tema de la inversión, y la inversión va directamente a ingresos. Ahí tiene que haber un foco importante, lo vemos como algo difícil de lograr en 18 meses, como lo ha comentado.
¿Por el lado de la candidatura de Jeannette Jara, ven algún tema que les preocupe?
-Ella se ha pronunciado mucho sobre incrementar el gasto por programas sociales, entre ellos el ingreso vital. Para poder soportar estos gastos debe haber algún ítem que lo balancee con ingresos. Entonces, queremos ver, como agencia, dónde está el detalle de esa ecuación para saber si la propuesta tiene viabilidad, tal como en el caso de Kast.
Déficit fiscal
Se ha hablado de recortes en impuestos para fomentar la inversión. ¿Cuál es el balance que ven respecto de la reducción de ingresos que eso implicaría?
-Para finales de este año pronosticamos un déficit fiscal de 2,2% del PIB, pero para los siguientes años lo vemos más bajo. Obviamente tenemos que monitorear las propuestas del candidato o la candidata que sea elegido presidente, pero nosotros vemos, por ejemplo, para 2026, un déficit de 1,6% y de 1,3% para 2027. Más que enfocarnos en el ratio puntual en el tiempo, lo hacemos en la tendencia.
¿Cómo se compara el déficit fiscal de Chile con sus pares?
-Hay un déficit fiscal importantísimo en los diferentes países de Latinoamérica, que no son pares exactamente. Chile tiene un déficit fiscal prudente y un tema de gobernanza positivo. Pero, por ejemplo, en términos de clasificación de riesgo, Brasil tiene una nota BB; México es BBB-; Perú es BBB; Panamá es BB+; Colombia es BB+, pero con perspectiva negativa; Argentina es CCC+; mientras que Chile es A- y tiene una perspectiva estable.
En resumen, ¿en el caso de la candidatura de Kast les preocupan los ingresos, y en el caso de Jara los gastos?
-No es una preocupación per se, pero queremos ver qué hay detrás para que se concreten sus propuestas. Los vemos como planes, pero reitero, a veces ser candidato no es lo mismo que ser presidente; entran muchos factores para saber si realmente se pueden implementar sus propuestas. Desde el lado de Fitch no tenemos una preocupación.
¿Factores como el Congreso?
-La composición del Congreso es importante para saber hacia dónde van a ir estas propuestas. Algo interesante sobre lo que ha pasado en Chile es el Partido de la Gente y los escaños que tiene. Este es el partido un poco bisagra y dentro de su bancada hay perfiles muy diferentes, algunos de derecha y otros de izquierda. Vamos a ver qué pasa.
Factor China
¿Les preocupan los gastos bajo la línea que han estado en el debate en los últimos meses?
-Preocupante, diría que no. La perspectiva de Fitch respecto a Chile en este tema del gasto es, digamos, estable. No vemos un tema mayor para el país en este ítem.
¿Qué medidas estructurales consideran ustedes que debiera implementar el país para mejorar su PIB per cápita, y mejorar la clasificación de riesgo?
-En cuanto a medidas no puedo decir alguna en específico. Nosotros, por ejemplo, tenemos sensibilidades sobe un alza en la clasificación de riesgo o para mejorar la perspectiva a positiva que implican bajar el ratio deuda/PIB y, por supuesto, un aumento sostenido del precio del cobre. Esas son las dos variables más representativas para que la clasificación de Chile vaya hacia una perspectiva positiva.
¿Ven que la guerra arancelaria y sus eventuales efectos sobre la economía de China tendrá implicancias sobre Chile?
-China es uno de los países a los que más exporta Chile. Entonces, su crecimiento importa. China se ha visto afectada, aunque en las últimas semanas ha habido mayor diálogo entre el país asiático y Estados Unidos. En Chile, por ejemplo, no vemos ningún impacto importante por estas políticas comerciales de Estados Unidos porque, en realidad, el comercio con el país del norte no es tan representativo como lo puede ser con China.
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