Las Salinas: La década de un proyecto infructuoso que cambia de estrategia

Zona de Las Salinas en Viña del Mar, donde se planeaba un proyecto inmobiliario.

En 2012 se constituyó Inmobiliaria Las Salinas. Copec había comprado 16 hectáreas donde antes se emplazaban varias petroleras, para desarrollar un nuevo barrio. En una década, el avance ha sido mínimo, pese a haber invertido US$180 millones. El lunes tuvieron un pequeño espaldarazo. Ahora insisten en que solo aspiran a limpiar el terreno. “Hoy más que un proyecto, lo que tenemos son un compromiso ambiental y uno urbano, para la etapa posterior a la remediación”, dicen en la firma.


“Resulta incomprensible que haya transcurrido una década desde que se efectuó el concurso internacional para definir el Plan Maestro, y que aún no nos permitan avanzar, con el consecuente perjuicio para todos los vecinos y la ciudad en general”. El presidente de Empresas Copec, Roberto Angelini, fue claro. En la memoria de 2021 de la compañía, el empresario fue crítico respecto al devenir que ha sufrido el proyecto que intentan desarrollar en la zona de Las Salinas en Viña del Mar.

Es que ya han pasado 10 años desde la constitución de Inmobiliaria Las Salinas, una sociedad que buscaba desarrollar un barrio en un paño de 16 hectáreas donde anteriormente se emplazaron las compañías petroleras. En 2001, Shell, Copec, Sonacol y Esso firmaron un acuerdo con el municipio dirigido en ese entonces por Jorge Kaplán para terminar sus operaciones de combustibles y lubricantes en la zona y disponer de ese paño para levantar un polo de desarrollo. Si bien Copec tenía solo un cuarto de ese terreno, decidió adquirir las partes del resto para impulsar un desarrollo integral. En 2012, se creó así la sociedad que estaría a cargo de ese propósito: Inmobiliaria Las Salinas.

De ahí en adelante, la historia ha estado teñida de inconvenientes. La resistencia por parte de vecinos que temen que se levante un proyecto inmobiliario de amplia envergadura ha empañado lo que -insisten fuentes cercanas al grupo- ha sido el leitmotiv de Copec: recuperar el terreno, completando el compromiso de saneamiento iniciado el 2001. De hecho, han tenido dos opciones de venta, a Abraham Senerman por unos US$70 millones, y a un jeque que quería el terreno para un hotel. Pero no han querido enajenarlo.

Y en el intertanto, Copec ha podido hacer solo un pequeño avance en el paño. En 2004 se le autorizó a limpiar una primera capa. De ahí en adelante, el desarrollo ha sido nulo. “Cuesta entender el sentido de ponerle tantas trabas a un proyecto de este tipo, que cuenta con respaldo técnico de destacados científicos y universidades tanto locales como internacionales”, decía Angelini en la memoria de 2021.

El lunes recibieron un espaldarazo que les dio un nuevo aire. El Comité de Ministros mantuvo la calificación favorable del proyecto de saneamiento, aunque dejó claro que esta RCA no habilita la construcción de un proyecto inmobiliario. Y puso condiciones: activar un amplio proceso de comunicación con página web, carteles de información en las faenas, folletos, y presentar un plan de monitoreo participativo de las variables que deberá evaluar.

En la tarde, la Comisión de Evaluación Ambiental de Valparaíso rechazaba un recurso de invalidación sobre la misma RCA; otra buena noticia.

Ahora, con estos fallos a favor se abre una nueva ventana. “Si se hubiese rechazado, significaba ponerle candado al terreno por 10 años”, señalan fuentes cercanas al grupo, aunque todavía falta por esperar. La oposición es fuerte.

El lío en RD

El viernes antepasado, la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti (RD), habló fuerte. E instó al Ejecutivo a rechazar el proyecto. “Yo le quiero decir al Presidente y al Comité de Ministros, si firmaron como gobierno nacional el Acuerdo de Escazú para ser justicia ambiental, tienen que tomarlo en consideración y aplicarlo a la hora de resolver este conflicto ambiental. Tenemos la confianza en el Presidente y en sus ministras y ministros para que hagan lo correcto, están a tiempo”. Y agregó: “En menos de 72 horas”.

El Comité de Ministros tenía programada una sesión para el lunes 12 de septiembre en la que analizaría la iniciativa, puntualmente la RCA que viabiliza la biorremediación del paño: en palabras simples, la descontaminación del terreno. Ripamonti ha sido una férrea opositora de Las Salinas. Generó más de 500 observaciones a la iniciativa cuando ingresó la RCA en 2018. Copec le ha solicitado varias reuniones, ninguna ha sido aceptada.

El fuerte emplazamiento de la alcaldesa no solo causó sorpresa al interior del grupo Angelini, sino que tensionó a su mismo partido, Revolución Democrática, uno de los conglomerados del Frente Amplio, base del Presidente Boric. “Como partido lo discutimos en la directiva nacional, el comité político y en diálogo con el gobierno, no compartimos el tono ni el emplazamiento”, señaló el presidente de RD a CNN, Juan Ignacio Latorre. El ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, también RD, contactó directamente a Ripamonti: “Le hemos hecho saber que para este gobierno la prioridad siempre va a ser el diálogo, la participación y el cuidado del medioambiente”, reconoció. Agregó que “en esa línea es la que los ministros y ministras que conforman el Comité de Ministros van a actuar”.

Macarena Ripamonti, alcaldesa de Viña del Mar.

Para muchos, el episodio recordó la bajada del proyecto termoeléctrico Barrancones por parte del Presidente Sebastián Piñera. En el mundo de los negocios lo comparaban con lo sucedido con Mall Plaza en el terreno donde se emplazaría Mall Plaza Barón, que ante la resistencia de años terminó siendo desechado.

La aprobación del Comité de Ministros devolvió el aire a la iniciativa. Contactada la alcaldesa Ripamonti, el municipio optó por mandar un audio con declaraciones de la edil: “Se pone expresamente que este proceso de saneamiento no constituye estudio fundado para levantar el riesgo que hoy está gravado en nuestro plan regulador comunal; significa que una empresa que estuvo por más de 100 años contaminando y con prácticas negligentes, hoy día puede aprovecharse de comprar los restos de lotes de ese terreno, gastar US$55 millones en un proceso de saneamiento, y luego edificar inmuebles, cuestión que es muy sentida por la comunidad viñamarina y mi responsabilidad es representar esos intereses”. “Lo que también se relaciona con el medioambiente, y frente a eso no podemos temblar”.

Fuentes cercanas al grupo Angelini insisten en que hoy solo quieren limpiar el terreno. Han hecho miles análisis al paño con diferentes expertos. Y con el estándar exigido por la autoridad: el italiano, que básicamente garantiza que si una persona vive en un segundo subterráneo durante 20 años no corra riesgo su salud. La biorremediación se realizaría en un plazo de cinco a seis años y exige unos US$55 millones. Hay que limpiar 6 a 7 metros de profundidad de hidrocarburos.

Reconocen que inicialmente la estrategia puede haber sido comunicada de manera errónea. De hecho, la alcaldesa Ripamonti asegura que el destino inicial eran departamentos de lujo.

“Quedó la sensación de que levantaríamos unas torres y eso no es así. No hay proyecto”, dicen cercanos a Copec. Subrayan que lo único que han hecho son ciertos master plan donde lo principal son las áreas verdes. Se estima que de avanzar 40%, sería parque. De hecho, en febrero del año pasado se hizo un concurso para desarrollar una propuesta de área verde dentro de dos hectáreas de un llamado parque central que incluiría -lo llamaban- el futuro Barrio Las Salinas. Un mes antes habían sacado la Revista Barrio Las Salinas, una publicación trimestral para ir plasmando detalles del proyecto Las Salinas y el futuro barrio para Viña del Mar.

Cambio de estrategia

“Nuestra intención es contribuir a la ciudad y a lo mejor no hemos sabido gestionarlo de buena forma”, dijo el gerente general de Las Salinas y el gerente general de Copec, Arturo Natho, a fines de junio en El Mercurio de Valparaíso. En la publicación reiteró que solo buscan limpiar el paño. Y que el desarrollo futuro que se haga tiene que ser en consenso con la municipalidad y los vecinos. Asumieron públicamente dos compromisos: uno ambiental -completar de forma segura el saneamiento del terreno- y, uno urbano: promover el desarrollo de Las Salinas como fruto de un acuerdo, con la participación de las autoridades y la comunidad, en beneficio de todos los involucrados.

Fuentes señalan que tales compromisos fueron enviados vía cartas a la Municipalidad de Viña del Mar. E incluso ingresaron una de estas misivas al proceso que tiene abierto el municipio para la modificación del plano regulador.

“Hoy, más que un proyecto definitivo para el terreno, lo que tenemos son un compromiso ambiental y uno urbano, para la etapa posterior a la remediación, de promover un barrio a escala humana en Las Salinas, como fruto de un acuerdo público-privado, con la participación de las autoridades, gobierno y la comunidad, que permita el desarrollo armónico y sustentable de la ciudad”, señala Inmobiliaria Las Salinas a Pulso. Añaden: “El proyecto que se materialice en la zona debe ser fruto de un acuerdo con autoridades y la participación de la comunidad”.

Copec ha invertido ya más de US$180 millones en la iniciativa. US$150 millones en el traslado de todos los residuos e instalaciones existentes; y US$35 millones en la primera etapa de remediación. Ahora se sumarían los US$55 millones de la biorremediación. Conocedores de la iniciativa sostienen que la intención de la compañía es rentabilizar en algún minuto todo lo gastado. “La lógica es buscar una rentabilidad razonable, de tal manera de generar un barrio sustentable a escala humana, con características distintivas y que pueda ser un aporte para Viña”, dicen personas ligadas a la firma.

Hoy existen varios opositores al desarrollo: Un parque para Las Salinas, Rescate Las Salinas y la Agrupación 14 asientos, entre otros.

El mandato del Comité de Ministros obliga al diálogo. Si bien antes hicieron algún tipo de relacionamiento, dado que la sensación era que esto estaría en stand by por varios años, el trabajo fue poco intenso. Ahora cambia el panorama, y la idea es activar mesas de diálogo. Conocedores de la iniciativa descartan que haya interés de levantar torres. La base -insisten- será el espacio público de uso mixto donde se proteja la vista de los vecinos, la congestión vial, que apunte idealmente a primera vivienda, etc, aunque faltan pasos y tiempo para ello: la biorremediación tarda cinco años. Y aun debe publicarse la resolución completa del Comité y las posibles reclamaciones que surjan ante el Tribunal Ambiental.

Copec está preparando una propuesta de monitoreo que sea validada por la Superintendencia de Medio Ambiente. Y que pueda dar espacio para que la comunidad y la Municipalidad vean que las acciones que se van desarrollando están en línea con lo autorizado.

Hoy, el grupo -confirman cercanos- sigue paciente. “Hay cosas que tienen tiempos distintos a los negocios y eso es algo que quizá se ha entendido a nivel del grupo”. “Hay que entender los tiempos que se demora la ciudad y la comunidad en ir llegando a acuerdos”, añaden.

Ahora esperan, eso sí, que se den los espacios para reunirse con la alcaldesa. “Aquí se necesitan varias partes para encontrar los acuerdos. Y tener la altura de miras para entender las exigencias y las peticiones. Y confiamos que eso se va a lograr”. Claramente, eso sí, no está en los planes esperar otra década más.

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