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Nicolás Ibáñez: “La elección presidencial es algo secundario en este momento, lo más importante son las listas parlamentarias”

El empresario da por hecho que la centroderecha ganará la elección presidencial. "Jeannette Jara no tiene ninguna posibilidad en el Chile de hoy", asegura. A su juicio, lo relevante es que la oposición vaya unida en una lista única para competir por el Congreso. Es optimista y cree que ello se va a resolver, porque, de lo contrario, "no va a haber financiamiento para un circo como este".

29/07/2025 - NICOLAS IBAÑEZ - Foto - Mario Tellez / La Tercera MARIO TELLEZ

El martes por la mañana, el empresario Nicolás Ibáñez Scott fue hasta el Hotel W para escuchar al historiador británico y escritor Niall Ferguson en la conferencia anual de BCI. Salió con su libro “Doom: The Politics of Catastrophe”, firmado por el mismo autor.

Posterior al seminario y tras conversar por varios minutos con los asistentes, Ibáñez -que controló junto a su hermano D&S, la empresa que vendieron a Walmart, y que hoy administra sus inversiones a través de su family offices Drake- accedió a conversar en un café cercano, en el mismo barrio El Golf, en la comuna de Las Condes, donde se explayó sobre la situación política del país y las elecciones presidenciales.

29/07/2025 - NICOLÁS IBÁÑEZ - Foto - Mario Téllez / La Tercera MARIO TELLEZ

¿Cómo evalúa el momento político?

Hay una escaramuza muy natural que ocurre en un periodo preeleccionario, algo que sucede en todas partes del mundo. Es la competencia por el espacio político. Así que no hay que preocuparse demasiado. Naturalmente, se va a producir un ordenamiento.

Diría que Chile está en un momento muy positivo. Desde luego hay un contrincante tremendamente valioso para todos nosotros, que es una reedición del extremismo ideológico-político. Eso es un momento político interesante, que el candidato que presenta la izquierda sea pro-Cuba, me imagino que pro-Venezuela, un resabio en parte de la Unión Soviética, un contrincante tremendamente inapropiado para la izquierda, porque se muestra con un ropaje antidemocrático. Es un buen candidato para nosotros, un mal candidato para ellos.

Claramente, la elección presidencial la va a ganar la centro-derecha. No sé si las encuestas son correctas o no, pero el próximo presidente de Chile parecería que va a ser José Antonio Kast. Pero lo importante no es eso, lo importante es el Parlamento. Diría que la elección presidencial es algo secundario en este momento, lo más importante son las listas parlamentarias. Y ahí se están dando las escaramuzas que siempre se producen, pero se van a ordenar, no me cabe la menor duda, dentro de los próximos días y semanas, porque nadie va a aceptar esto. Desde luego, no va a haber financiamiento para un circo como este.

No tiene ningún futuro un gobierno de derecha, o un gobierno más bien de una coalición, donde la llamada extrema derecha juega un rol, y los Amarillos, los democratacristianos de verdad, los concertacionistas también juegan uno. Aquí tiene que haber cabida para todo el mundo, pero con un claro liderazgo, fuerte y decisivo, donde la capacidad de ordenar al país va a ser un elemento clave.

¿Qué espera del próximo gobierno?

Hay dos cosas prácticas, como sabemos, el crecimiento económico/permisología y la seguridad. Son las cosas básicas que cualquier gobierno tiene que hacer bien.

Después del experimento anti-Concertación de Michelle Bachelet, que deriva en algo más extremo, que es el gobierno actual, tenemos que volver a la cordura, un país esencialmente democrático, con alternancia en el poder, con respeto por las minorías, y con un crecimiento económico en torno al 4%. Pero con un proyecto país, con una clara orientación hacia un sueño colectivo, un proyecto de identidad nacional, de aspiración compartida. No hemos escuchado nada de eso todavía.

29/07/2025 - NICOLÁS IBÁÑEZ - Foto - Mario Téllez / La Tercera MARIO TELLEZ

Políticamente hay un vacío enorme, y nos ayuda inmensamente que la contraparte presente como carta al pasado. Al pasado que está absolutamente fuera de foco, como es Jeannette Jara. Por eso, yo diría que están dadas las circunstancias para que, frente al vacío y frente a las escaramuzas propias de los seres humanos, nos ordenemos y surja algo muy potente. Yo soy más bien optimista. Además, no es tan difícil, porque si no, no hay plata, nomás.

¿No va a apoyar a ninguna campaña si la derecha no se ordena?

Ninguna. Por supuesto. Y nadie lo va a hacer. Nadie en su sano juicio lo va a hacer. Es un mal negocio, por así decirlo. Tenemos que preocuparnos por la cosa pública, no somos meros observadores, tenemos que estar cerca de los actores políticos, especialmente la nueva generación. Especialmente los candidatos al Congreso, los candidatos a diputados y al Senado. Y que ellos sientan que hay interés, que hay preocupación, cariño y apoyo por la cosa pública de parte de gente como nosotros. Y no estoy hablando de los, comillas, empresarios. Estoy hablando del común de la gente.

¿Es requisito necesario que haya una lista única? ¿A eso se refiere también con que se ordene la derecha?

Yo diría que es un requisito absolutamente necesario. Circunscripción por circunscripción tiene que haber un acuerdo, eso va a generar mucho dolor, pero aquí hay que ser dictatorial, la unión es más importante, incluso que la calidad intrínseca de la persona involucrada. Y si la persona escogida no es la mejor persona, bueno, eso se arregla en el camino, pero tiene que haber una coordinación desde Amarillos hasta Republicanos.

¿Da por ganada la elección presidencial?

Sí, la doy por ganada. Jeannette Jara no tiene ninguna posibilidad en el Chile de hoy.

¿El mercado está subestimando a Jara?

Yo fui a la elección primaria, voté, no sé si debía haber votado o no, pero yo fui a votar y voté por mi candidata, Carolina Tohá. A mí me sorprendió lo que pasó, porque creo que nos merecemos tener un buen candidato por el lado de la izquierda. Un mal candidato para la izquierda es un mal candidato para Chile. Pero, coyunturalmente, es algo que nos favorece.

¿Tiene definido su voto?

No, eso es irrelevante. Lo que sí tengo definido es que me voy a poner muy tieso de mecha si es que no llegamos a un acuerdo en las listas parlamentarias. Evelyn Matthei no puede gobernar sin Kast, ni Kast sin Matthei, y no podemos gobernar sin la socialdemocracia tampoco; porque lo que el país demanda es un gobierno bastante autoritario, quieren ver a carabineros en la calle, quieren ver a carabineros disparando y matando a delincuentes. Políticamente, es un momento más bien de extremos, polarizado, y es la realidad del mundo.

¿Qué nota le pone al gobierno de Boric?

Es el gobierno que se merece Chile en este minuto. En una entrevista tomándonos un café en el barrio alto de Santiago, es fácil hablar así: yo conozco la realidad allá afuera, donde hay gente que sufre la delincuencia y la inseguridad. Pero Boric nos permitió pasar por una clase de política, de educación cívica magistral, con el intento de refundar el país, muy costosa, pero que nos ha hecho bien, porque nos recordó cómo era la bandera, a Bernardo O’Higgins y Arturo Prat. Nos recordó qué es ser chileno. Creo que es una clase de educación cívica muy costosa, pero nos ha hecho bien, y lo genial es que volvimos a la Constitución de Ricardo Lagos.

El crecimiento per cápita está estancado hace 20 años.

Exactamente, y eso tiene consecuencias para la gran mayoría de la gente. Eso es gravísimo y tenemos que volver a retomar un crecimiento del 4%. Los dos temas son: crecimiento y seguridad. Pero quizás, desde el punto de vista político, y ahí sí que quién es Presidente no es indiferente, habría que ver quién tiene la capacidad de articular una renovada aspiración e identidad nacional, un sueño para el país que aglutine a la gran mayoría de la gente.

¿Cuál sería ese sueño; ser desarrollado, como era la aspiración en los años 2000?

No diría que es sólo un tema económico, porque todo el mundo en Chile tiene aspiraciones económicas, empleo, casa, vacaciones. Nunca hay que olvidar que hay ciertas cosas básicas, humanas, pedestres, que son relevantes, y mucho más importante de lo que los cientistas políticos piensan. También el electorado es muy conservador, es curioso lo de Jara, es curioso lo de Boric, porque son opciones disruptivas y una vuelta al pasado. El electorado es muy conservador y le encanta la idea de patria y ser parte de un proyecto ganador, no ser un país propio de la mediocridad latinoamericana.

Necesitamos un sueño que nos aglutine, entonces es economía, es integración social, es paz, es dignidad, porque lo que está pasando en Chile es indigno. Va más allá de los dos ejes del futuro gobierno. Estamos en un momento muy interesante. Soy más bien optimista, si se desatan los espíritus animales, se reforma la permisología, la construcción, la minería, las obras de infraestructura, diría que en un periodo de 10 o 15 años podemos ser un país descollante, no solamente por su economía, sino que por la dignidad de la nación, el grado de integración, de cohesión social que es una cosa que falta mucho en Chile todavía.

¿Pueden hacer más los empresarios para llegar a ese sueño o es solamente algo político?

Un buen empresario tiene que tener una visión política. Acabamos de estar en un seminario con Niall Ferguson, auspiciado y desarrollado por una gran empresa, que es un reflejo, quizás el más clarividente, del poder blando que tiene Chile, el mercado de capitales, el mundo financiero, y el Banco de Crédito e Inversiones (BCI) hoy día es una entidad internacional de mucha relevancia para Chile. La reforma que se hizo al sistema de pensiones felizmente no acabó con las AFP: el “No más AFP” es un ejemplo extremo de cómo dispararse a los pies. Los fondos de pensiones, y tener en Chile una fuente de financiamiento a largo plazo, ha sido fundamental, y va a seguir siendo cada día más importante. Salió bastante mejor de lo que esperaba.

¿Qué es lo que hay que hacer para que los inversionistas vuelvan a confiar en el país?

De partida, todo lo que tenga que ver con las trabas estatales. El Estado de Chile es un perjuicio para el desarrollo. Hay que hacer reformas, pero en el corto plazo, en materia de días, hay que intervenir el sistema, a todos los elementos que están trabando las inversiones. Hay que hacer un fast track, y eso está claro dentro del programa de cualquiera de los partidos, pero obviamente que hay que tener el apoyo del Parlamento.

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