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7 pequeños síntomas de salud aparentemente inofensivos pero que no deben ignorarse

Estos síntomas podrían ser señales de enfermedades más graves. Médicas detallan los siete síntomas más subestimados que, según la evidencia científica, nunca deberían ignorarse.

7 pequeños síntomas de salud aparentemente inofensivos pero que no deben ignorarse

En una época marcada por el estrés, las jornadas laborales extensas y el poco descanso, muchas personas tienden a restar importancia a molestias físicas cotidianas que, aunque parezcan menores, podrían ser señales de alerta. Dolores que interrumpen el sueño, indigestión repentina o fatiga excesiva suelen pasarse por alto o justificarse por el ritmo de vida moderno, pero los expertos advierten que hay ciertos síntomas que deben ser evaluados por un médico.

7 pequeños síntomas de salud aparentemente inofensivos pero que no deben ignorarse

En conversación con The Independent, la Dra. Lori Solomon, directora del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria del New York Medical College, y la Dra. Estelle Williams, directora médica de CityMD para la región del sur de Nueva Jersey, detallaron siete síntomas que nunca deberían ignorarse, porque pueden estar vinculados a enfermedades como diabetes, trastornos neurológicos, enfermedades cardiovasculares o incluso cáncer.

1. Ir al baño con demasiada frecuencia

Orinar en la noche es normal (lo que se conoce como nicturia), pero despertarse dos o tres veces todas las noches puede ser una señal de que el cuerpo está intentando eliminar el exceso de glucosa a través de la orina, un síntoma clásico de diabetes tipo 1 y tipo 2.

“Cuando el nivel de azúcar es alto, una de las maneras en que el cuerpo intenta eliminarlo es a través de la orina”, explicó la Dra. Solomon a The Independent. “Durante el día, simplemente vas al baño con más frecuencia, pero por la noche, a menudo tienes que despertarte”.

La Dra. Williams advirtió además que otras señales preocupantes pueden ser la sensación de mayor sed y un aumento significativo del apetito, síntomas relacionados con la hiperglucemia. Si se combinan con visión borrosa, pérdida de peso involuntaria o fatiga, pueden indicar un trastorno metabólico que requiere diagnóstico y tratamiento urgente. “Creo que ese tipo de cosas deben revisarse cuanto antes”, afirmó.

2. Dolor durante la noche

Cualquier dolor lo suficientemente intenso como para despertarte mientras duermes debería hacer sonar las alarmas. Aunque las causas pueden ir desde problemas articulares hasta infecciones, lo preocupante es su persistencia o su aparición sin causa clara.

“Si te despiertas en mitad de la noche con dolor de cabeza, tienes un problema... porque normalmente no nos despertamos con dolor de cabeza en mitad de la noche”, advirtió Solomon. “Si eso te despierta por la noche, me preocupa un poco más”.

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Según la Sociedad Americana de Cefaleas, los dolores que interrumpen el sueño pueden estar asociados a trastornos neurológicos graves como tumores cerebrales, hipertensión intracraneal o apnea del sueño. También podrían indicar una neuralgia o una cefalea en racimos, un tipo de dolor de cabeza extremadamente intenso.

3. Dolores de cabeza repentinos e intensos

Aunque los dolores de cabeza son comunes, los que aparecen repentinamente y con gran intensidad, especialmente si no hay antecedentes, podrían tratarse de lo que los médicos llaman un “dolor de cabeza en trueno” (thunderclap headache), que suele estar vinculado a hemorragias cerebrales o aneurismas.

“Una migraña es, en realidad, un diagnóstico y un patrón de dolor de cabeza muy específicos, que requieren una evaluación neurológica”, explicó Williams. “Es recomendable que te evalúen si tienes un dolor de cabeza inusual, si es muy intenso”.

Solomon insistió en que este tipo de cefaleas de alta intensidad, que aparecen rápidamente y sin previo aviso, definitivamente deberían requerir una visita a la sala de emergencias.

Otros síntomas de alerta incluyen visión doble, dificultad para hablar, debilidad o adormecimiento en una parte del cuerpo, lo que puede indicar un accidente cerebrovascular.

4. Dificultad para respirar o fatiga excesiva

La disnea o sensación de falta de aire repentina puede tener muchas causas, desde infecciones respiratorias hasta trastornos cardíacos o coágulos en los pulmones (embolia pulmonar). Según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., cuando esta sensación aparece durante actividades cotidianas o en reposo, debe consultarse con un profesional.

“Si piensas: ‘Qué raro. Estaba haciendo mis actividades habituales y me quedé sin aliento’, hazte una revisión”, recomendó Williams. “También diría que, si respiras hondo y sientes un dolor en el pecho o la espalda que nunca antes habías sentido, a veces puede ser una señal leve de un coágulo de sangre en los pulmones”.

En cuanto a la fatiga, la Dra. Solomon explicó que si interfiere con actividades diarias como caminar, subir escaleras o ejercitarse, podría estar relacionada con afecciones como insuficiencia cardíaca, anemia, trastornos tiroideos o incluso cáncer.

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Tampoco debería interferir significativamente con las cosas que haces día a día, advirtió.

5. Indigestión inesperada

Una presión en el pecho, sensación de ardor o dolor en la parte alta del abdomen no siempre es indigestión. En muchos casos, estos síntomas pueden enmascarar una angina de pecho o un infarto, sobre todo si se presentan durante la actividad física y desaparecen al descansar.

“Es muy común que quienes sufren un infarto piensen que tienen indigestión”, indicó Solomon. “Si estás caminando y de repente sientes: ‘Ay, tengo indigestión’, y luego mejora al parar de caminar, ese es el problema del corazón”.

Una combinación de fatiga e indigestión, sin relación con una comida copiosa, es algo que debería consultarse con el médico, afirma. Podría deberse a una falta de flujo sanguíneo al corazón.

Williams dijo que los episodios de síntomas similares a la indigestión (presión o tensión) que duran 15 o 20 minutos pueden ser reveladores, especialmente para aquellos que no suelen sufrir de indigestión o acidez estomacal.

Según la Asociación Americana del Corazón, este tipo de “dolor atípico” es más frecuente en mujeres, adultos mayores y personas con diabetes. “A veces la gente piensa: ‘Ay, acabo de comer algo raro y debo tener una burbuja de gas en el pecho’”, dijo Williams, y agregó que “esa sensación de indigestión puede ser un indicador de una enfermedad cardíaca… Puede enmascarar algo más grave”.

6. Sangre en las heces o la orina

La aparición de sangre (visible o no) puede tener múltiples causas, pero nunca debe ignorarse. En el caso de las heces, puede ser signo de hemorroides, fisuras anales o enfermedades inflamatorias, pero también es uno de los primeros síntomas del cáncer colorrectal, especialmente si viene acompañado de cambios en los hábitos intestinales.

“Si estás experimentando un cambio en tus hábitos intestinales, si ves heces negras o mucha sangre al ir al baño, creo que quizás no sea una señal sutil”, dijo Williams. Solomon advirtió que la sangre en las heces puede ser una presentación común del cáncer de colon.

Respecto a la orina, la sangre puede indicar infecciones urinarias, cálculos renales o incluso cáncer de vejiga. “En general, tampoco es recomendable ver sangre en la orina”, recalcó Solomon.

7. Síntomas persistentes

Cuando un síntoma dura semanas o meses, aunque parezca menor, requiere atención médica. La tos crónica (más de cuatro semanas), cambios inexplicables en el peso o dolores que no ceden podrían revelar condiciones subyacentes más graves.

“Si la tos dura más de cuatro semanas, generalmente conviene consultar con un médico”, explicó Solomon. “Por lo general, si se tiene tos después de un resfriado, suele desaparecer en unas semanas. Así que, si dura más de un mes, queremos saberlo”.

Williams subrayó que incluso síntomas menores pero persistentes pueden tener implicancias serias. Vale la pena investigar cosas que han estado sucediendo durante meses. Bajar de peso sin querer es definitivamente algo que vale la pena mencionar a su médico, dijo.

Tanto la Dra. Solomon como la Dra. Williams coinciden en que muchas personas tienden a subestimar los síntomas por miedo a exagerar o molestar, pero eso puede ser riesgoso. Solomon anima a las personas a ser más precavidas, en lugar de infraprecavidas. Consultar con un médico de cabecera regularmente permite detectar cambios sutiles, hacer exámenes preventivos y evitar que lo que parece menor se transforme en algo grave.

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