En el estricto ámbito de la canción popular, ¿es un hombre enamorado un hombre aburrido? En su quinto disco solista, 5, el argentino conocido como Vicentico decide compartir la plácida estabilidad ganada en diecinueve años de convivencia con la actriz Valeria Bertuccelli. El nombre de ella aparece tatuado sobre su mano en la foto de carátula, su voz se asoma para los únicos dos duetos del álbum, y juntos entonan versos de tal candidez como “Enamorarse es así: / me pongo a llorar sin saber por qué”. Si el tiempo obliga a darle un trofeo al cantante de Fabulosos Cadillacs que sea, además del de buen marido, por haber saltado sin ironías desde su formación rockera a un cancionero romántico (propio y ajeno) que su voz profunda acaricia con convicción. Antes fueron temas de Franco Simone y Chico Navarro; hoy son de Roberto Carlos, Abba y Xuxa (sí, Xuxa). Sus versiones son interesantes (la traducción de “The winner takes it all” ya la había grabado Pimpinela, eso sí), pero la producción de Cachorro López es más blanda que en grabaciones previas, y hace extrañar el filo áspero que también incluye toda historia de amor adulto, y que nunca ha dejado de ser parte de la mejor canción romántica latinoamericana. Un disco correcto, pero en deuda. Qué envidia de Valeria, en todo caso.