La ciudad que se esconde tras la Corte: Justicia para La Haya

Schveningen ok
El panorama en la playa de Scheveningen.

Toda la semana hemos visto despachos por televisión y leído noticias desde una ciudad que parece solemne y algo aburrida. Nada más lejano a la realidad. La Haya, sede del gobierno holandés, es una ciudad de inmigrantes, con vida callejera y atractivos para el visitante que incluyen hasta playa. Fue destacada como la ciudad donde mejor se come en el mundo.


Al menos para los que vivimos por esta parte del continente, turísticamente hablando, La Haya tiene mala prensa. De esta ciudad holandesa, la tercera más grande de los Países Bajos, con 550.000 habitantes, en esta semana hemos visto por la televisión o los diarios días fríos y sombríos, grandes escalinatas de señoriales edificios por donde caminan apresuradas delegaciones, un par de hoteles cinco estrellas, además de extensas jornadas de alegatos al interior de la Corte Internacional de Justicia. Y nada más. Prácticamente no sabemos de sus encantos, sus atributos turísticos, sus espacios de entretención, ni mucho menos de los secretos que esconde al visitante y que no son pocos.

Es cierto que La Haya se ve ensombrecida por Ámsterdam, que atrae a gran parte de quienes visitan Holanda. Pero La Haya, cuyo nombre oficial es Den Haag, es mucho más que la capital administrativa holandesa, sede del gobierno y de la familia real. Es una ciudad con atractivos arquitectónicos, totalmente cosmopolita -la mitad de su población es inmigrante- y que ofrece estupendas escapadas a muy poca distancia, desde visitar los extensos y coloridos cultivos de tulipanes, hasta conocer el ventoso pero encantador mar del norte europeo.

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El jardín japonés en el parque Clingendael.[/caption]

Aunque, sin duda, una de las mayores conquistas de La Haya en el último tiempo a sus visitantes ha sido a través de sus sabores, al punto de haber sido destacada como la ciudad donde mejor se come en el mundo. Así, sin exagerar, hace unos meses el diario español El País publicó un extenso reportaje basado en el informe de Oxfam -una organización no gubernamental presente en más de 90 países-, que se realizó considerando la disponibilidad de los alimentos, su precio, su calidad y los índices de diabetes y obesidad. En palabras simples, no evalúa la calidad de los restaurantes y su gastronomía, sino si en el destino hay suficientes alimentos para nutrirse bien, si sus habitantes pueden pagar esa comida, si es de buena calidad y los efectos sobre la salud. Y el informe de 2017 consideró que La Haya era la mejor ciudad para comer sano, rico, de manera orgánica y, además, barato.

Si en Holanda se suele comer arenque crudo con cebolla picada (un pescado parecido a las sardinas, boquerones y anchoas, muy alto en omega 3) así sin más, sin marinar ni ahumar, aquí en La Haya está presente de muchas otras maneras. Y es que la ciudad ha hecho suya una campaña gubernamental de salud y de la entidad Cocinas de Holanda que promociona la regla 80/20: consumo diario de un 80% de frutas y verduras y un 20% de carnes y pescados como acompañamiento, lo que hace que los productos locales y de temporada estén siempre en las casas y en los restaurantes.

La gastronomía holandesa no es de las más famosas. Tampoco pretende serlo. Pero el país luce con orgullo una cantidad de productos y comida atractivos y sabrosos. Además, aseguran contar con el mayor número de chefs por kilómetro cuadrado del planeta. Por ello, ha surgido en los últimos años una serie de restaurantes que cultivan la "cocina consciente", aquella que privilegia siempre los ingredientes de temporada, frescos y locales, a los proveedores que forman parte de la comunidad, promueven la sustentabilidad y el comercio justo (ver recuadro). Si a todo esto sumamos la gran cantidad de inmigrantes que habitan la ciudad, aportando parte de su cultura, tradiciones y sabores, no es un riesgo asegurar que comer bien y variado en La Haya es parte fundamental de la experiencia de un visitante.

Provincia pródiga, ciudad guapa

La Haya está emplazada en una provincia llamada Zuid Holland, que es una indiscutible sorpresa para el visitante: grandes espacios, paisajes típicamente holandeses, con extensiones de tierra que han vencido espacio al mar, numerosos molinos, cabezas de ganado para la industria láctea y plantaciones de bulbos, como tulipanes, azucenas, narcisos y jacintos que, a partir de marzo, llenan los campos de colores y se han convertido en uno de los más importantes productos de exportación del país. De hecho, Holanda es el principal exportador de tulipanes del mundo. Un paseo en auto o mejor en bicicleta por los campos floridos es inolvidable.

Hay una rima que es del todo sorpresiva: en La Haya también hay playa. Así, si los alegatos judiciales, los abogados internacionales y las serias cortes terminan por aburrir, mejor subirse a un tranvía en el centro -la red de transporte público de la ciudad funciona de manera impecable- y en apenas 15 minutos alcanzar la costa atlántica, de gran belleza y muy extensa. Scheveningen es, probablemente, la playa más conocida de Holanda; vivió su apogeo en el siglo XIX, pero hoy sigue conservando popularidad. Aquí es posible conocer el muelle, con un mirador panorámico, recorrer restaurantes pintorescos con frescos productos del mar o admirar la impresionante Kurhaus, un edificio de estilo imperial que actualmente alberga un hotel de lujo que se construyó en la época de esplendor de este balneario: 1885. Muy cerca está el Sea Life Scheveningen, con túneles de vidrio desde los que se pueden observar rayas y tiburones. Si no hay mucho viento, un paseo en lancha o, incluso, en botes pesqueros puede ser una opción para pasar la tarde.

Si le sorprende saber lo de la playa, sepa que incluso los europeos lo desconocen. La Haya es y ha sido conocida por su famosa Corte Internacional de Justicia, además de ser una de las sedes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Corte Penal Internacional y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (QPAQ), entre otras. Aquí se emplaza la mayoría de las embajadas de Holanda, pese a no ser la capital del país. Títulos que no suenan, precisamente, a entretención. Pero La Haya ni se inmuta.

En el viejo centro de la ciudad, imprescindible resulta recorrer el Binnenhof, un espectacular complejo de edificios del siglo XIII y que alberga a varias instituciones públicas, como ambas cámaras del Parlamento y la oficina del primer ministro, esta última en una pequeña torre muy llamativa, al lado del edificio del museo Mauritshuis. El edificio principal, la Ridderzaal -o Sala de los Caballeros-, es el mayor edificio gótico no religioso de Europa. Se puede visitar sólo con tours, pero el patio está siempre abierto.

El museo Mauritshuis reúne una colección de pinturas de la Casa Real, con piezas valiosísimas que lo elevan al rango de uno de los mejores del país. Hay varias de Rembrandt y tres de las escasas obras de Vermeer, como Joven con Perla (1655), un retrato de su hija María.

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El fino interior del museo Mauritshuis.[/caption]

Si bien la arquitectura de La Haya se caracteriza por mantener muchos edificios históricos, como el ultra-fotografiado Palacio de la Paz -neorenacentista sede del Tribunal Internacional de Justicia, donde se realizan los alegatos del juicio entre Chile y Bolivia-, o el más moderno Museo Municipal, último proyecto del arquitecto H.P. Berlague, fundador de la Escuela de Ámsterdam, la ciudad da espacio a nuevos barrios, sean residenciales o financieros, estimulando la construcción de grandes edificaciones como el Ayuntamiento y el Het Strijkijzer, un edificio de oficinas de 132 metros de altura y 42 pisos.

También en el centro histórico está la zona de Het Plein y de Grote Markt, sin duda la más animada de la ciudad, llena de vida, locales con terrazas en la calle y gente joven cualquier día de la semana. Nada de jueces con toca.

Un poco de historia

* La Haya creció en torno al Binnenhof (que quiere decir "patio interior") y que, desde el siglo XIII, ha sido un importante centro político. Los príncipes de Orange, la aristocracia y el cuerpo diplomático encargaron la construcción de palacios y grandes mansiones que aún se mantienen en las principales calles del centro y alrededor de este complejo de edificios.

* En 1247, Guillermo II fue proclamado emperador del Sacro Imperio Romano y mandó construir el Ridderzaal -o Sala de los Caballeros- como salón de banquetes. El Binnenhof desde entonces ha sido residencia de estadistas, príncipes y gobiernos.

* En 1581, las provincias del norte de los Países Bajos se liberaron del dominio español y lo celebraron ofreciendo a Guillermo de Orange un gran festín en la Ridderzaal.

Comer bien

Club Vers. Desayuno hasta las 15.30, almuerzo y cena, cocina saludable, opciones vegetarianas y veganas, sin gluten y sin lactosa. Variedad de ensaladas, sopas, sándwiches, dulces y smoothies, Amplios espacios con decoración que mezcla lo moderno y lo provenzal y un público variado, desde estudiantes extranjeros, turistas y familias. www.clubvers.nl

Happy Tosti. Considerado el N°2 de la ciudad según TripAdvisor, llama la atención por sus desayunos por 5 euros con jugo natural, yogur con cereales y frutos secos, capuchino y sándwich.

SLA. Ubicado bajo la torre de Sint-Jacobskerk, donde se tiene una panorámica de 360° de la ciudad y sus alrededores. Es ya una cadena de 10 locales en Holanda, donde el 90% de lo que está en la carta es orgánico. Tienen menús détox, una gran cantidad de ensaladas frescas, sopas, smoothies, bowls con humus, entre muchísimas alternativas sanas y sabrosas. www.ilovesla.com

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Uno de los platos de SLA.[/caption]

HanTing. Considerado el mejor restaurante chino de Holanda, su chef (con estrella Michelin) mezcla preparaciones milenarias con técnicas modernas, sabores locales y la filosofía de "cocina consciente", privilegiando productos de temporada, proveedores cercanos y hierbas medicinales chinas. www.hantingcuisine.nl

Brasserie 't Ogenblik. Famoso por sus croquetas, también ofrece carnes, hamburguesas y opciones vegetarianas, con productos de la temporada. Uno de sus dueños habla español.

Curiosidades

* La Nueva Gran Estafa (Ocean's Twelve, 2004), cinta dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por Brad Pitt, George Clooney y Julia Roberts, se rodó en La Haya, mientras que una segunda versión del video ¡Viva la vida!, de los ingleses Coldplay, fue grabada también aquí.

* A diferencia de muchas otras ciudades holandesas, en La Haya casi no hay canales, sólo un gran lago.

* Aquí está la galería comercial más antigua del país, llamada Passage y, además, es la única galería porticada cubierta del siglo XIX que se conserva en Holanda. Alberga numerosas tiendas, cafeterías y curiosidades, como un local de paraguas y otro especializado en plumas fuente.

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