SEÑOR DIRECTOR:

Respecto a la columna de opinión publicada en su diario el sábado 26 de julio, me llama poderosamente la atención cómo Giorgio Jackson sigue dividiendo el mundo, de manera simple y axiomática en buenos y malos, dependiendo de su origen y trayectorias vitales.

Jackson argumenta o esboza cierta superioridad meritocrática de Jeannette Jara por sobre José Antonio Kast lo que la haría una mejor gobernante para el país. Obviamente que no se hace cargo de que parte importante de la trayectoria de Jara se da en el sector público donde me imagino su militancia PC algo tuvo que ver. En ese sentido sería más justo decir que Jara pertenece a otra élite o que tiene otras redes en vez de decir que es meritocráticamente pura.

Sin embargo, lo más curioso de la columna no es su argumentación mañosa a favor de por qué hay que votar por Jara, sino que el mismo Jackson y parte importante de su generación del Frente Amplio pertenecen precisamente a la élite que dicen criticar. Jackson asistió a un colegio privado de élite y jugaba tenis diariamente en un club deportivo privado del sector oriente de Santiago formado precisamente por... hijos de inmigrantes alemanes (quizás le ganó algún set a un sobrino o primo de José Antonio Kast). Luego es conocido su paso por la Pontificia Universidad Católica.

En definitiva, el argumento de Jackson no es sólo mañoso, sino que poco honesto; él y su generación no están lejos en su origen y redes de aquellos que tanto critican.

Carlos Anwandter G.