Narcofunerales
SEÑOR DIRECTOR:
El narcofuneral no es solo una demostración de poder del crimen organizado; es, ante todo, un síntoma cultural. Una puesta en escena que exhibe la derrota de la legalidad, la autoridad y la pertenencia comunitaria frente a un modelo alternativo de reconocimiento que ofrece el narcotráfico. Que estos ritos emulen funerales de Estado no es casual: lo grave no es solo que existan, sino que encuentren adhesión. Para ciertos jóvenes, en ciertos barrios, el narco representa más futuro que el Estado.
Por eso, responder únicamente con fuerza pública es insuficiente. Esta es una batalla cultural y hay que darla como tal: con presencia institucional, integración social y oportunidades reales. Dejar este debate fuera del espacio público es rendirse sin pelear. Y eso, simplemente, no puede ser una opción.
Samira Chahuán
Socióloga
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